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Ronaldo, ante el escudo del Valladolid. V. CARRASCO
Ronaldo, el presidente que quiso ser y no ha sido en Valladolid
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Ronaldo, el presidente que quiso ser y no ha sido en Valladolid

El brasileño se hizo con el club con un discurso ilusionante pero siete años después tiene al equipo que visita el sábado Anoeta camino de Segunda

Álvaro Vicente

San Sebastián

Jueves, 27 de marzo 2025, 01:00

En cinco años lo normal es que el Real Valladolid pelee por jugar la Champions», predijo Ronaldo Nazário da Lima cuando en septiembre del 2018 se presentó como máximo accionista. «Compré el club con dinero de mi bolsillo. No hay ninguna inversión externa ni ningún fondo de inversión. No tengo socios. Es un proyecto mío y me encanta que sea así», dijo. En la misma conferencia de prensa, el legendario exdelantero prometió su máxima implicación: «¿Qué te crees, que me voy de vacaciones y me compro un equipo? Hay mucho trabajo por hacer, hay que seguirlo de cerca».

El que fuera dos veces campeón del mundo y goleador del Barcelona, Inter de Milán, Madrid y Milan, entre otros, siempre dijo que el club funcionaría desde la autogestión, sin ampliaciones de capital, pero a los pocos meses de llegar estaba entregando a Porzingis una camiseta del Real Valladolid en el Madison Square Garden, le dieron varios premios por su gestión, se hablaba del club en muchos medios extranjeros.. Era lógico pensar que todo eso supondría la llegada de inversores.

Transcurridos casi siete cursos, los blanquivioletas firman los peores números de su historia —son colistas con 16 puntos en 28 jornadas— y se encaminan a un descenso casi irremediable, el tercero bajo la responsabilidad de un presidente ausente. Solo tres veces esta temporada, que se sepa, ha visitado Valladolid.

Así que en Valladolid miran al césped, pero más al palco, donde focalizan el origen de todos los males en Ronaldo Nazario, el astro brasileño que compró el 51% de las acciones del club en septiembre de 2018 por 30 millones de euros a través de su empresa Tara Sport 2018 S.L.

El pasado mes de noviembre, el club convocó una ampliación de capital que eleva su paquete de control hasta el 82% y que fue recurrida ante los tribunales por Ágora Inversiones, propietarios del 9% de las acciones. El resto está en manos de pequeños accionistas y del Ayuntamiento de Valladolid, que tiene un 0,785% del capital social.

Pese a aumentar su poder, Ronaldo tiene al Valladolid en venta. Quiere desprenderse del club para cumplir su sueño de presidir la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF). «Tengo cientos de motivaciones, pero la más grande es devolver al fútbol brasileño el respeto a nivel mundial», reconoció en 'Globoesporte'.

Antes ya se había deshecho del 90% del Cruzeiro tras una mala racha deportiva que le llevó a ver una foto suya quemada en la grada. «Quiero irme, ya no me sirve nada, estoy decepcionado», confesó al comprador.

En Valladolid va por el mismo camino. En la grada del Nuevo Zorrilla ya proliferan los carteles amarillos con la leyenda de 'Ronaldo Go home'. Nadie le perdona lo que ocurre con el equipo.

La gestión de Ronaldo desde que llegó a Pucela ha sido de mínimos. Ha estado cuatro temporadas en Primera, con dos descensos, si bien su paso por Segunda acabó siempre en ascenso.

En el banquillo ha tenido cuatro entrenadores, dos queridos, Sergio González y Pacheta, y dos que aterrizaron por deseo del propitario con los que nunca hubo conexión: Pezzolano y Diego Cocca. El uruguayo llegó a hacer burla en la celebración del ascenso de los cánticos de dimisión que había escuchado toda la temporada. El argentino, por su parte, nada de nada. Ambos han hecho las maletas.

Ventas y más ventas

A la complicación de enderezar una temporada torcida se suma la venta en el mercado de enero de los mejores jugadores. Ya había arrojado la toalla: Juma Bah, traspasado a City por 6 millones; Lucas Posa al Ajax por tres y Kike Pérez al Venezia por un millón. Raúl Moro se quedó probablmente porque estaba lesionado. A esas se suma la de Boyomo a Osasuna por cinco.

En el balance de fichajes y ventas de Ronaldo siempre hay beneficio. Salvo la temporada 22/23, en la que fichó por 11 millones más de los que generó en traspasos, en el resto ha comprado por 48,28 y ha vendido por 87,7, lo que arroja un saldo favorable de casi 40 millones de euros. Así ha evitado que las cuentas de club arrojen pérdidas continuadas.

La operación más cara que ha afrontado el Valladolid en la etapa Ronaldo fue la compra de Gonzalo Plata por nueve millones, que una temporada después vendió por 12. Otro buen pellizco dejaron Fresneda, Larin o Weismann.

Esta temporada su mayor inversión la hizo en el croata Stipe Biuk, que llegó cedido en enero de 2024 y sumó en el ascenso. Ya en Primera, pagó cuatro millones para curiosamente enviarlo en préstamo al Hajduk Split.

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