El Sanse alcanza la gloria entre la agonía

El encuentro comenzó bajo el guion esperado. Un Sanse dominador de la posesión, frente a un Algeciras ordenado sin conceder demasiados espacios. Los dos equipos aceptaron sus roles. El filial blanquiazul trató de llevar a buen cauce su juego por dentro para luego acelerar la acción desde fuera. Las bajas de Olasagasti y Pacheco obligaron a Xabi Alonso a retocar las posiciones. Petxarroman no actuó de lateral derecho, sino de pivote, dejando el costado diestro a Blasco, mientras que Urko se desempeñó como central con Arambarri.

Turrientes y Aldasoro ocuparon los pasillos interiores, el segundo ubicado a mayor altura el terreno de juego, y Robert Navarro y Xeber Alkain se repartieron los extremos. Esta vez Alonso apostó por Lobete como única referencia arriba y Karrikaburu arrancó desde el banquillo.

El balón fue blanquiazul en el primer acto, pero el Algeciras sostuvo muy bien a Aldasoro y Turrientes por dentro con marcajes por momentos al hombre. El Sanse volcó su ataque por el costado zurdo y el cuadro andaluz intensificó las vigilancias en Robert Navarro. Fue precisamente por el flanco izquierdo por donde surgió la primera ocasión del primer acto. Un envío profundo de Ezkurdia a Lobete posibilitó al lezotarra un uno contra uno contra el central Robin, y tras perfilarse la pelota a la pierna derecha, éste estrelló el esférico en el palo izquierdo de Vallejo. Era el minuto nueve.

El delantero txuri-urdin fue el que más se acercó al gol. Dispuso de dos remates de cabeza en dos córners bien botados por Petxarroman al segundo palo en los minutos 18 y 20. La Real comenzaba a acosar al rival que no conseguía intimidar a través de contragolpes. La pausa de hidratación a la media hora supuso un respiro notable para los de Salva Ballesta.

El cuadro gaditano, que había sufrido varios sustos en la salida de balón, comenzó a jugar en largo descolgando a tres hombres en ataque. El Algeciras cerró mejor y arriesgó menos. Incluso un disparo de Raúl desde fuera del área que se marchó rozando el palo izquierdo de Ayesa provocó la reactivación ofensiva de los andaluces. El partido se igualó al descanso.

Siete minutos después de reanudarse el partido se abrió un escenario inesperado. El Algeciras se adelantaba después de colgar un centro por la izquierda y que Ezkurdia introdujera el balón en su propia portería. El Sanse se veía por debajo en el marcador por culpa de un desgraciado accidente.

El cuadro blanquirrojo se vino arriba y comenzó a bombardear el área txuri-urdin con centros laterales. Alonso reaccionó desde el banquillo. Ezkurdia y Alkain dejaron su lugar en el campo a Ekaitz y Sola y el Sanse se reactivó. El lateral derecho dio otro aire a la banda diestra y Ekaitz profundizó más por la izquierda antes de que la fatalidad se trasladara de un área a la otra.

Pasado el minuto 60 de juego Figueras empatizó con Ezkurdia y al tratar de despejar un envío de Aldasoro mandó el balón a su portería. El marcador volvía a igualarse y Alonso metió más madera sobre el verde. Turrientes, fuera, Garrido, dentro. Sola revolucionó la ofensiva blanquiazul primero y después Garrido aportó más presencia en las inmediaciones del área rival, aunque insuficiente como para desnivelar el marcador.

El Algeciras resistió sin balón y no concedió oportunidades a la carrera. El Sanse se ahogaba en el repliegue algecireño que inquietaba con contados ataques rápidos. Karrikaburu añadió más pólvora arriba, pero el partido, cada vez más descontrolado, estaba condenado a la prórroga. Aunque antes quedaba por vivir el minuto loco, en el 86. Ayesa salvó un mano a mano definitivo ante Álvaro y segundos después Karrikaburu erró una gran ocasión.

El Sanse inició con aplomo el tiempo extra, pero no supo encontrar el camino del gol hasta que Karrikaburu perforó la meta de Vallejo. Al Algeciras no le valía el empate y el ascenso no corrió peligro. La Real Sociedad B es de Segunda División.