La Santísima Trinidad y el banquillo

Real Madrid, Santiago Bernabéu y árbitros forman la Santísima Trinidad que ayer volvió a manifestarse en su máxima expresión. El 3-3 llega de un córner que nunca debió sacarse por un fuera de juego de libro de Mbappé. Luego que si la roja a Olasagasti, que si el penalti a Bellingham. Humo.

Jugar ante el Real Madrid es hacerlo frente a la mejor plantilla del mundo. Cuando hubo que recurrir al banquillo para dar aire a ambos equipos, en la Real salieron Olasagasti, Mariezkurrena, Aritz, Óskarsson, Traoré y Sergio Gómez. Enfrente lo hicieron Mbappé, Modric, Güler, Rüdiger, Brahim y Fran García.

Marcar cuatro goles en el Santiago Bernabéu no está al alcance de cualquiera. Ayer la Real lo consiguió por quinta vez en su historia y por tercera vez en este siglo. En estos 25 años sólo el Barcelona, en cinco ocasiones, lo ha logrado más veces.

Es el gran objetivo de la Real en lo que queda de temporada tras cerrarse ayer la puerta de la Copa. Hay nueve partidos por delante para conseguirlo. La Conference League parece la competición más al alcance, aunque nueve partidos dan para mucho porque aún deberán pasar muchas cosas. Entre otras conocer el futuro de Imanol.