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Roberto Olabe ha comparecido este jueves para explicar su decisión de dejar la Real Sociedad en junio. Reconoce que le es difícil hacer un balance de estos siete años porque «esto aún no ha acabado», tiene la esperanza de «volver a ganar algo con este ... club» en los próximos meses y ha explicado que en junio ya le comunicó a Aperribay su decisión de dar un paso a un lado en 2025 porque «esta temporada teníamos muchas cosas por hacer para consolidar el proyecto que tiene ahora la Real».
El director de fútbol ha confesado que en su contrato, que vence en 2026, hay una cláusula que permite a cada una de las partes que concluya un año antes, como así va a suceder, y ha relatado cómo se han sucedido los acontecimientos en las últimas semanas. «El inicio de temporada ha sido complejo. En octubre tuve un encuentro con Jokin y este lunes pasado el presidente convocó un Consejo de Administración para ayer miércoles comunicar de forma natural y oficial lo que le había dicho, intentando generar una transición natural, lógica y coherente para seguir trabajando en este proyecto que está muy vivo y tiene margen de crecimiento».
El vitoriano se ha reafirmado en su apuesta por no extender demasiado su estancia en un club por el desgaste que ello supone. «Los ciclos comienzan y acaban. Hay que intentar elegir bien cuándo ocurren esos momentos. Siento que es el fin de este ciclo. No tengo intención de despedirme ni de hacer balance porque no es el momento, pero sí de agradecer a este club por hacernos mejores y ser tan valiente. Más allá de la experiencia que tengamos, confía en las personas y en sus capacidades. Siento que estoy decepcionando a Jokin con mi decisión por la confianza que tiene en mí, pero él sabe cuál ha sido el proceso en estos siete años y me gustaría seguir trabajando con toda la ilusión del mundo hasta junio pensando en que podemos volver a ganar algo».
Esa sensación de estar decepcionando al presidente la asienta en la complicidad que hay entre ambos. «Las conversaciones con Jokin son muy buenas y el desgaste con él también es muy elevado. Jokin ha confiado mucho en mí. No me ha dicho que le esté decepcionando, es una impresión mía. Él tampoco está de acuerdo conmigo en todo ni al revés. La exigencia tiene que venir desde todas las partes. Jokin es exigente y ambicioso y tiene la ilusión de seguir explorando para ver hasta dónde podemos llegar como club».
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No apunta a un aspecto concreto que haya motivado su decisión de marcharse, más bien lo achaca a una suma de factores. «No hay nada concreto. Ahora igual se necesita generar un relato que dé base a la decisión que he tomado. Cuando vives esto 24 horas los siete días de la semana y no te puedes quitar de la cabeza todo lo que sucede en la Real, el desgaste es grande. Y este desgaste tiene que ver con lo que uno puede hacer por el club. Necesitas frescura para tener energía y creer que tú puedes aportar. Ese desgaste no te ayuda a tener la mejor mirada para seguir proponiendo o inspirando. Los proyectos se deben trabajar a medio y largo plazo pero las personas tienen una fecha de caducidad. Para que los proyectos sigan vivos y estén frescos se necesita de personas nuevas que sigan empujando».
Por todo ello transmite que su decisión no ha sido fruto de un momento sino la consecuencia de un proceso, aunque reconoce que no le ha resultado fácil tomarla. «Ha sido una reflexión profunda y responsable. Consensuada con los más cercanos. De junio a octubre hemos tenido tal vorágine, con este verano tan intenso en la gestión y las emociones, que no me ha dado tiempo de pensar mucho más en mi decisión».
Olabe descarta que su adiós se haya dado porque vea agotado el proyecto de la Real Sociedad. «Tenemos un proyecto muy especial y puro, pero esos modelos tan puros tienen ciertas imperfecciones y debilidades. Es muy importante que haya gente que trabaje sobre ello y se cambie la mirada sobre ese modelo y haya una perspectiva diferente para mejorar esas imperfecciones. No hay nada que haya ocurrido de ayer a hoy que justifique mi decisión. Me siento orgulloso de pertenecer a este club y de que este club haya entendido que la forma de hacer las cosas es mediante una transición coherente para seguir trabajando con la misma intensidad. Yo ahora siento que necesito escuchar otras conversaciones de otros ámbitos, observar otras cosas para reconectar. No sé lo que va a ser de mi en el futuro. No tengo nada y no ha habido nada externo que haya influido para condicionar esta decisión».
También ha negado que su deseo de salir del club guarde relación con una oferta futura para trabajar en otro equipo a partir de la próxima temporada. «No tengo nada. La decisión no está basada en el futuro. Estoy hablando de que en junio de 2024 comuniqué mi intención de acabar en 2025 pero también mi compromiso de seguir una temporada más que no iba a ser sencilla en la gestión. Para mí lo más sencillo habría sido irme entonces pero entendí que era importante que siguiera trabajando para el proyecto. Y tengo ilusión y compromiso porque sigan ocurriendo cosas chulas en este club. Por qué no volver a ganar un título. Ya ha pasado un tiempo de la Copa. Ya lo dije cuando llegué 2018 que queremos seguir aspirando a ganar cosas».
Preguntado por su tan cuestionada relación con Imanol, ha negado que haya influido en su decisión de irse. «No puedo dar una respuesta a lo que penséis vosotros de cómo nos llevamos. La dirección de fútbol tiene tres grandes ámbitos: el fútbol profesional coordinado por Erik Bretos; el formación con Luki Iriarte y el ámbito femenino con Garbiñe. Luego hay tres elementos que sacan brillo a todo lo que hace el club: Sergio Francisco en la academia, José Luis Sánchez Vera en el fememino e Imanol en el ámbito profesional. Les miramos con admiración, deseo y ayuda. A mi lugar de trabajo no voy a hacer amigos, ni a hacer enemigos tampoco. Imanol y yo a veces no pensamos igual pero ahí está la riqueza. Pensar todos lo mismo nos hace más fuertes, pero en la divergencia vamos a ser mejores porque vamos a explorar que hay detrás de esa diferente opinión».
Sobre el oriotarra ha señalado que mantiene con él «una buena relación profesional que no nos lleva a una relación fuera de Zubieta. Pero hemos tenido el mismo compromiso por un modelo. El desgaste con Imanol es el mismo que tengo con todos los que trabajan en Zubieta y que hacen este proyecto tan apasionante. Es importante que sepamos cuál es el espacio de intervención de cada uno trabajando para lo mismo. El motivo de mi decisión no es mi relación con Imanol».
Con siete meses de trabajo por delante aún en el club y sin saber qué va a hacer la temporada que viene, afirma que es imposible saber si volverá algún día a la Real o será su despedida definitiva después de tres etapas en el club. «Lo que veo es que tengo más años que el Tajo. No tengo la mirada puesta en cuál va a ser el próximo lugar porque estoy muy presente en lo que tengo en la Real. Están siendo días algo incómodos porque no me he visto en otra situación como ésta. No voy a explicar a nadie cuánto siento la Real. Es lo que he mamado. Mi carrera profesional aquí me ha ayudado a entender muchos de los procesos que hoy defiendo y he aplicado en otros lugares del mundo. Amo casi todo lo que ocurre en este club. Va a ser así siempre aunque no sé qué va a ocurrir en el futuro. A partir de junio lo que voy a necesitar es pensar en otras cosas».
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