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Kubo procede a ejecutar un lanzamiento ante la presión de Akieme durante el partido de este domingo. AFP
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No solo Rubik tiene su Kubo

El japonés corre, presiona, desequilibra, asiste y también recibe golpes en una gran tarde para él que termina con risas en la entrevista pospartido

Iñigo Villamía

San Sebastián

Lunes, 9 de enero 2023, 07:35

Así como hay personas que solucionan en un periquete el famoso cubo de Rubik, existen otras como Kubo que en ese mismo tiempo son capaces de destruir por completo al equipo de Rubi. Porque este domingo sobre el césped del estadio de los Juegos ... Mediterráneos, el atacante japonés fue un incordio constante para sus rivales, que desde el minuto uno hasta el setenta y dos tuvieron que lidiar con que Take les superara una y otra vez.

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Daba igual que partiera de una banda que de otra, que le defendiera el exrealista Babic o Rodrigo Ely. El resultado final era el mismo: salir victorioso de cada acción. Y aunque no vayamos a descubrir ahora el talento que atesora este futbolista desde su llegada a la liga, lo cierto es que nunca había brillado tanto como lo hace actualmente en esta Real de Imanol. De hecho, él mismo lo reconoció durante la entrevista pospartido concedida a DAZN. «En todos los equipos en los que he estado he aprendido mucho, pero este es diferente, me hacen bueno, yo lo intento con mis compañeros y la afición me quiere. No sé si estoy cumpliendo con las expectativas», dijo.

Si él tiene alguna duda, sus números hablan por sí solos. Y es que en dieciséis jornadas que van de campeonato doméstico, Kubo acumula los mismos goles (2) y una asistencia más (3) que sumadas las tres temporadas anteriores con Mallorca, Getafe y Villarreal. La última este domingo. De ahí que ante los micrófonos de la televisión, en tono jocoso, el nipón se preguntara lo siguiente: «¿Me han contado como asistencia esta vez? Menos mal, la semana pasada me fumaron una». El comentario no tardó en viralizarse.

Contra el Almería, el '14' txuri-urdin mostró gran entrega y un tremendo derroche físico. No paró de correr, ni siquiera con el 0-2 a favor, y fue omnipresente. Mirabas para un lado y estaba él, mirabas para otro, y lo mismo. Incluso si lo hacías de frente, porque también actuó como enganche. Por eso no es casualidad que de sus dos disparos más peligrosos uno llegara desde la izquierda –salió ligeramente desviado cerca del poste– y otro desde la derecha poniendo en apuros a un Fernando que tuvo que poner sus manos para detener el chut.

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Eso por no hablar de que su asistencia a Silva estuvo precedida de una jugada que tiene a Babic todavía desorientado. Solo se había disputado un minuto tras la reanudación cuando le encaró en el costado derecho del área antes de romperle la cintura. Y por si fuera poco, el segundo tanto realista también nació de sus botas. Él fue quien entregó el balón a Merino para que éste hiciera lo propio con Sorloth.

Sale escaldado

Cuando un jugador está en todas y pone de los nervios a sus oponentes por el mero hecho de ir a la presión como lo hace Take, es difícil irse de rositas. Un fuerte golpe en el tobillo y otro en el rostro fueron el peaje a pagar en un partido en el que se demostró que no solo Rubik tiene su Kubo.

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