Takefusa Kubo, a todo gas

El japonés da la sensación de que es un veterano de la Liga porque ha pasado por el Mallorca, Villarreal, Getafe y de nuevo Mallorca antes de recalar en Donostia, pero un vistazo a su pasaporte revela que solo tiene 21 años, algo que muchas veces se olvida a la hora de juzgarle. Pocos atacantes habrá tenido la Real con semejante aportación ofensiva a esa edad. En la época moderna, López Ufarte, Bakero, Griezmann, Oyarzabal y pocos más.

Roberto Olabe lo tenía apuntado en rojo en su agenda desde hacía tiempo y cuando en verano vio que se abría una puerta para ficharlo no lo dudó. El Real Madrid ya tenía cubierto su cupo de extracomunitarios y, además, contaba con atacantes contrastados como para hacerle un hueco. Aperribay puso toda la carne en el asador en la negociación con Florentino Pérez y logró traerlo por seis millones. Ahora mismo su valor de mercado ya se ha doblado en la presente temporada y portales como Transfermarkt lo tasan en doce millones.

Tiene contrato hasta 2027 con una cláusula de 60 millones y el Real Madrid posee algo parecido a un derecho de tanteo en caso de que algún día la Real se decida a venderlo e iguale la mejor oferta que se reciba en Anoeta. Lo más importante de la operación es que no tiene opción de recompra, lo que garantiza a la entidad txuri-urdin recoger con su rendimiento futuro toda la confianza que le está dando en el presente para que termine de formarse como futbolista de élite. Es decir, que no ocurra como con Odegaard, que volvió a Madrid al finalizar el primer año cuando tenía dos firmados.

Hay dos claves para explicar la explosión que ha tenido en la Real y de la que no disfrutaron en sus clubes anteriores, aunque en la primera etapa en el Mallorca firmó cuatro goles y cinco asistencias con 18 años. Ahora ya está por encima de esas cifras.

La primera razón es que ha encontrado un hábitat favorable para desarrollarse. Tanto en el vestuario como en el terreno de juego, donde le favorece el estilo de juego propositivo de Imanol. En Getafe y en su segunda experiencia en Mallorca se encontró con dos equipos que peleaban por la permanencia y que se entregaron a un juego directo que no le iba nada bien a sus condiciones. Y en Villarreal apenas jugó dada la competencia con la que se encontró arriba.

El segundo motivo es que la necesidad le ha hecho jugar más cerca de la portería contraria y ello ha redundado en unos mejores números en cuanto a goles y asistencias. Isak fichó por el Newcastle tras la segunda jornada de Liga, su sustituto Sadiq se rompió la rodilla nada más llegar, Oyarzabal y Barrenetxea no han estado disponibles hasta enero y Carlos Fernández venía de estar un año parado. Así las cosas, ha formado junto con Sorloth la pareja de delanteros que ha tirado del carro en ataque en estos siete meses de competición.

Cuando llegó en verano venía a cubrir el hueco de Januzaj dada su habilidad con el balón en el pie para manejarse tanto por fuera a pierna cambiada como en los espacios interiores. Su demarcación sobre el papel era la de extremo derecho para abrir el campo y la de mediapunta para dar un respiro a Silva en el enganche, pero al final ha terminado jugando de delantero y lo ha sabido aprovechar.

Suyo fue el gol de la victoria en Cádiz en la primera jornada tras asistencia de Merino y después, cada vez que ha marcado o asistido, la Real ha ganado con esa excepción del día del Celta. En tres partidos, incluso, con aportación doble. En Girona dio la asistencia a Sorloth del 0-1 y firmó el 3-5 de la tranquilidad. En el derbi hizo un golazo con caño incluido a Vivian y provocó el penalti del tanto de Oyarzabal, mientras que en la visita a Cornellá abrió el marcador de una genial volea y firmó el 0-3 con un centro a pierna cambiada que acabó alojando Cabrera en propia puerta ante la dificultad de despejar un balón complicado.

Falta la asistencia que dio a Sorloth en la sexta jornada contra el Espanyol en Anoeta tras robarle el balón a Álvaro Fernández en el área contraria y la diana que anotó contra el Elche en la última jornada, intercambiando los papeles con Silva al que había asistido en la visita a Almería para que el canario adelantase a la Real aquel día. En Liga tiene otros dos pases de gol, a Brais contra Osasuna para que el gallego definiera de disparo cruzado y a Oyarzabal frente al Celta, mientras que en la Europa League dio a Sorloth hecho el gol del triunfo ante el Omonia (2-1) en Anoeta y a Navarro el que cerró el marcador ante el Sheriff (3-0).

Los seis goles y seis asistencias que lleva en la Liga le colocan como el joven más determinante fijando como límite los 21 años que tiene, compartiendo protagonismo con Gabri Veiga (Celta), que con 20 años y jugando de mediapunta lleva nueve goles –varios de bella factura desde fuera del área– y tres asistencias. Es el futbolista del momento y suena como futurible del Real Madrid. Una trayectoria meteórica que está detrás del buen momento que atraviesa el cuadro gallego.

El Bilal Touré, de 21 años, ha conseguido seis goles y dos asistencias para el Almería, que pagó 7 millones por su fichaje cuando perdió a Sadiq. En el Stade de Reims no destacaba como realizador pero en el cuadro andaluz se ha convertido en una de sus referencias. Ahora sufre una lesión muscular que puede limitarle en este final de temporada.

Pedri completa a sus 20 años el póquer de elegidos con otros seis goles, cinco de ellos determinante en las victorias del Barça ante el Celta (1-0), Osasuna (1-2), Getafe (1-0), Girona (0-1) y Villarreal (0-1). Se trata de una de las perlas del fútbol español, aunque ahora mismo está parado por una lesión en el muslo derecho.

Nico Williams (Athletic), Aimar Oroz (Osasuna), Álex Baena y Yeremy Pino (Villarreal) son otros futbolistas sub-21 que están destacando en sus equipos, aunque sin llegar a los números de Kubo en la Real, claves en la cuarta plaza que ocupa el equipo.