Borrar

¿Quién será el tapado?

A mi aire ·

Martes, 6 de marzo 2018

Si no existiera el invierno, la primavera no sería placentera (Anne Bradstreet)». Tres victorias consecutivas en Anoeta. 33 puntos. A siete de Europa. Trece por encima del descenso. Caras amables. Sonrisas cómplices... y un Canales que se convirtió en el hombre del día. Salgo del campo... y me preguntan por Canales. Llegó a la redacción... y Canales. Navego en internet, leo los titulares de prensa... y más Canales. El cántabro volvió a salir reforzado gracias a unos primeros minutos exquisitos, en los que se le vio sobrado, abriendo el juego a bandas, desbordando... y dando la asistencia del 1-0. También salió reforzado De la Bella, ofreciéndose siempre. Y Zubeldia. Y Oyarzabal.

Pero aquí y ahora quería hablar del portero Moyá, que ha caído de pie en la afición realista. Antes de nada me gustaría decir que el domingo, al ver a Moyá de amarillo inmaculado, me recorrió un escalofrío. Lo digo porque el amarillo está proscrito en el teatro, por ejemplo. Verán. La superstición teatral tiene su origen en la muerte de Molière, que con una bata de ese color tuvo un vómito de sangre representando 'El enfermo imaginario'. Lo digo porque si hubiera sido Luis Aragonés el entrenador realista, Moyá se habría tenido que cambiar de indumentaria (Luis llegó a pintar de rojo los conos de los entrenamientos). Y es que en el mundo del fútbol existía (y existe) gente supersticiosa. Por ejemplo, Jabo Irureta, que siempre pedía una habitación par y repetía el traje del último triunfo. O Lineker, que nunca tiraba a puerta en el calentamiento porque no quería gastar el gol. O Cristiano Ronaldo, que entra con el pie derecho al campo.

A lo que iba, todos pudimos comprobar que Moyá no es supersticioso. Y más importante, es un portero que en solo dos partidos se ha ganado a la afición y ha dado al equipo esa serenidad en el juego defensivo que no tenía. Sí, ya sé que solamente llevamos 180 minutos, pero el efecto Moyá se siente, se nota. Yo al menos lo noté en el ambiente. Y en el campo.

Con la permanencia en el bolsillo, la Real tiene tiempo para pensar en el futuro (habrá novedades)

La verdad es que Sander Westerveld, el que fuera guardameta de la Real ya predijo que Moyá sería bueno. Les cuento. El holandés y el balear coincidieron en el Mallorca. El verano de 2004 la Real, que pasaba apuros económicos, declaró transferible a Westerveld (que tenía una alta ficha) para dar una oportunidad a Riesgo. Sander se fue cedido al Mallorca en la confianza de ser titular pero el puesto fue para Moyá, pese a que solo contaba con 20 años. «Es un porterazo», dijo ya entonces Westerveld, que le quiso llevar a la Premier. Un Westerveld que reconoce que Moyá va a ofrecer ahora mismo a la Real la tranquilidad y el sosiego que necesita.

P.D. Asegurada la permanencia, la Real tiene tiempo para pensar en el futuro. Stop. ¿Temas a resolver? Para empezar, la portería. Stop. Tras el fichaje de Moyá y a la espera de lo que decida Lunin, todo parece indicar que Rulli saldrá a final de temporada... y que Toño con contrato hasta 2019, se irá cedido... Stop. También me consta que la Real quiere fichar un centrocampista de pierna fuerte y presencia física... si sale Canales. Stop.¿Eusebio? Se le nota más serio. Se sabe cuestionado, sabe que su futuro está en manos de los resultados y de Aperribay, y ha perdido hasta la sonrisa. Stop. «Si no existiera el invierno la primavera no sería placentera» (Anne B.).

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco ¿Quién será el tapado?