El termómetro del árbitro

La opinión de ·
El colegiado, que nos la lío contra el Madrid, tuvo decisiones valientes y a partir de ahí los jugadores del Betis se fueron del partido

Aitor López Rekarte

Lunes, 19 de octubre 2020, 07:39 | Actualizado 10:58h.

Cuando se enfrentan dos equipos con un claro afán por la posesión, ocurre que normalmente uno de ellos se declina ante el otro. Cambios de estrategia operativa. Esto tiene más que ver con la capacidad de adaptación de los jugadores que con la desvirtualización del ... modelo de juego. Pellegrini ha aterrizado a orillas del Guadalquivir con el ánimo de gestionar a un equipo destinado a la genialidad de algunos de sus jugadores. La pasión con la que Imanol vive los momentos, y sobre todo su capacidad de adaptarse a los escenarios, evocan todo lo contrario: primar el colectivo. Un mismo objetivo, con caminos diferenciados.

Creo que los realistas piensan que solo se llega antes, pero juntos se llega más lejos. Para mi hay una diferencia entre los puntales de cada equipo. Cuatro zurdos. Dos por cada equipo. Los Txuri-urdin (Merino y Silva), pensando en que al balón hay que quererlo mucho y tenerlo poco. Lección magistral de ambos en momentos clave del partido. No se les vio mucho, pero es que no hace falta. Los verdiblancos (Fekir y Canales), por el contrario, y sobre todo cuando se atascan los partidos, confiando en la conducción y en eliminar a todos los contrarios que salgan a su paso. En este caso el Betis salió totalmente perjudicado colocando a Canales en el doble pivote. Partíamos con dos equipos que manejan la amplitud pero que dependen mucho de su profundidad. Algo que se vislumbró desde un inicio con incorporaciones de Gorosabel y con desmarques de ruptura de Portu y de Oyarzabal, aprovechando los espacios que generaba Willian José. El primer gol me retrotrae a pase de Aranzabal (Monreal) a De Pedro (Oyarzabal) y entrada a remate de Darko (Portu). Primera parte donde la Real fue fiel a su estilo, mantuvo el balón en campo contrario la mayoría de minutos y pudo llevarse algún susto en salida de balón.

Lección magistral de Merino y Silva: el balón hay que quererlo mucho y tenerlo poco

El Betis cambia al Panda en el descanso. Y empieza la segunda con asedio y jugadas muy comprometidas para la Real. Un arbitro, valiente donde los haya. Por cierto, el que nos la lio contra el Madrid… Imanol se decanta por cambio de jugadores, por puestos. Parece que le gustaba lo que veía. Cuando todo tiene que salir bien, sale bien. Pregúntenle a lo sevillanos… Una de las cosas que más deberíamos de trabajar como entrenadores es la impotencia ante la injusticia. Y es que desde aquí en adelante los jugadores del Betis se fueron del partido. Es verdad, o no, que todo cambia con cualquier gol que te pueda acercar al adversario. La salida de Isak con espacio y la posterior incorporación de Januzaj dieron la puntilla. Portería a cero y un resultado contundente nos hace dormir líderes. Buena dosis de autoestima para el equipo y para la afición en general.