Con la victoria en Balaídos el 28 de octubre la Real se situaba colíder junto al Real Madrid. En la imagen, Aritz celebra su gol con Lobete y Merino. alterphotos
Balance de la temporada

Una travesía exitosa contra viento y marea

Por tercer año seguido la Real Sociedad arrancó como un tiro y luego sufrió un bache pero esta vez tuvo que sortear más dificultades

Miguel González

San Sebastián

Sábado, 28 de mayo 2022, 07:31

La Real Sociedad ha vuelto a cumplir el objetivo con la obtención del tercer billete consecutivo para la Europa League. Más allá de haber igualado los 62 puntos de la campaña 20/21, el conjunto de Imanol ha seguido creciendo respecto a los cursos anteriores ... y se puede decir sin peligro a equivocarnos que esta temporada ha sido mejor que la pasada. En la clasificación se ha quedado un puesto por debajo pero se ha igualado la puntuación, sin embargo la plantilla ha tenido que superar muchas más dificultades que hace un año. Ahí reside gran parte del mérito de una Real que ha vuelto a mostrarse madura y consistente para llegar a buen puerto.

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Durante el camino ha tenido que sufrir hasta cuatro lesiones de gravedad en hombres importantes. Monreal, el lateral izquierdo titular de los dos cursos anteriores, no ha podido jugar por una grave lesión de cartílago en la rodilla, mientras que Carlos Fernández sufrió la rotura del cruzado en pretemporada que le ha mantenido todo el campeonato en el dique seco. Además, Barrenetxea se rompió el aductor en enero y ha sido baja cinco meses, y Oyarzabal también ha tenido que pasar por el quirófano tras otra lesión de cruzado en el mes de marzo que le tendrá parado todo 2022 y le hará perderse el Mundial de Catar a final de año.

La Real enlazó 17 partidos sin perder entre agosto y noviembre que le pusieron de cara el curso tanto enla Liga como en Europa

A pesar de todo, la Real ha mantenido el pulso en la Liga, ha llegado más lejos que la pasada temporada en la Copa tras dejar en la cuneta al Atlético en octavos de final y ha competido mejor en Europa, ya que plantó cara y estuvo vivo en la eliminatoria contra un Leipzig que acaba de proclamarse campeón de Copa en Alemania. El siguiente sería el análisis cronológico de un curso para valorar en el futuro.

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    Poderosa txanpa inicial.

Como buen oriotarra, Imanol puso enseguida a su trainera en proa de la regata consciente de que un buen arranque es clave si se quiere llegar lejos. Al igual que la campaña anterior fue líder virtual durante varias jornadas en las que el Real Madrid tenía un partido pendiente por jugar.

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A pesar de la derrota inicial en el Camp Nou, enseguida enlazó tres victorias seguidas ante Rayo, Levante y Cádiz que le situaron arriba en la tabla. Fue un inicio basado en la fortaleza defensiva y en echar el candado a la portería porque entonces ya se veían los problemas del equipo. Isak no hizo pretemporada al tener más vacaciones por la Eurocopa y sufrir después problemas musculares, Oyarzabal enlazó la Euro con los Juegos y volvió la misma semana de arrancar la Liga, Carlos Fernández se había roto, Willian José fue traspasado al Betis y Sorloth acababa de llegar y no sabía por dónde le daba el aire. Cómo sería la cosa que el primer 'nueve' de la Real en el estreno ante el Barcelona fue Oyarzabal y los revulsivos ofensivos que salieron desde el banquillo, Lobete y Bautista.

Pero con una zaga bien armada y un centro del campo integrado por Zubimendi, Merino y Silva dispuesto a dar batalla, la Real echó a andar liderada en zona de tres cuartos por Silva y arriba por la aportación de Januzaj y Oyarzabal y los goles del siempre oportunista Aritz en la estrategia.

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Después del parón de septiembre el cuadro blanquiazul encadenó dos meses brillantes con cinco victorias en Liga y cuatro empates que le llevaron a lo más alto y partidos como el del Wanda Metropolitano (2-2) que le hicieron soñar en grande. Ese buen momento también tuvo su reflejo en Europa, con un empate inicial en Eindhoven ante un PSV que partía como el favorito del grupo, otro contra el Mónaco en Anoeta y la victoria en Graz (0-1) con gol de Isak que dejaba bien encaminada la clasificación.

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    Otro invierno crudo.

Pero como había sucedido en los dos años anteriores la Real volvió a sufrir su particular travesía por el desierto. En la 19/20 fue en el desconfinamiento y en la 20/21 en los meses de diciembre y enero, cuando solo ganó un partido en once jornadas tras caer Silva en el Carranza. Esta vez soportó algo mejor el invierno y ello fue clave para alcanzar el objetivo marcado en el mes de mayo.

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El frenazo llegó tras el parón de noviembre. El Valencia de Bordalás planteó un duro partido en Anoeta (0-0) que acabó con la expulsión y sanción de dos encuentros a Aritz, que estaba siendo uno de los puntales del equipo, y cinco días más tarde la Real se volvió de Mónaco con la primera derrota (2-1) tras 17 partidos oficiales invicta y las lesiones musculares de Merino y Silva. El golpe era más que importante y, como era de esperar, se hizo de noche.

Las lesiones de Merino y Silva y el cansancio por la acumulación de esfuerzos le llevó a bajar su nivelen diciembre y enero

De repente enlazó cuatro derrotas seguidas en Liga ante Espanyol (1-0), Real Madrid (0-2), Betis (4-0) y Villarreal (1-3) que le hicieron caer de la segunda a la sexta plaza y llegar a navidades con el depósito de combustible en la reserva. Eso sí, la gran victoria conseguida en Anoeta ante el PSV (3-0) mitigó la sensación de crisis porque continuaba viva en la Europa League y demostraba que seguía manteniendo potencial suficiente para ganar a cualquiera.

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Pero enero no amaneció mejor. El robo de Del Cerro Grande en Vitoria (1-1) y un empate sin goles en casa ante el Getafe dejaron el triunfo por la mínima ante el Celta (1-0) como única alegría liguera del mes. Esta vez fue la Copa la que mantuvo la moral alta a la tropa tras cumplir el expediente ganando en Leganés y superar con brillantez al Atlético en octavos (2-0) en uno de los partidazos de la temporada.

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    En febrero se hizo la luz.

No arrancó bien el mes porque el día 3 la Real y su afición sufrieron seguramente el mayor varapalo del curso. El bombo había deparado un enfrentamiento copero contra el Betis en cuartos en Anoeta y muchos se veían en semifinales con opción de reeditar final en La Cartuja, esta vez con público. Pero todo salió mal. Con 0-1 a Oyarzabal le anularon un tanto legal por un fuera de juego que no lo pareció y luego Isak falló un gol cantado a puerta vacía. El rival aprovechó la situación y acabó goleando a la contra.

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Pero curiosamente ahí comenzó el renacer del equipo con un empate en Mestalla y un triunfo solvente ante el Granada en Anoeta. La eliminatoria europea ante el Leipzig demostró que la Real no está tan lejos de un equipo que en la fase de grupos de la Champions había tuteado a PSG y Manchester City a pesar de que en la ida no pudieron jugar Isak ni Januzaj y en la vuelta, con estos dos tocados, Merino fue baja por la conmoción cerebral sufrida en el derbi en San Mamés.

Apeada de Europa, el conjunto de Imanol tomó velocidad de crucero en la Liga al ver su calendario aliviado y poder trabajar mejor durante la semana. En apenas 15 quince días ganó a Osasuna (1-0), Mallorca (0-2) y Alavés (1-0) afianzando su sexta plaza con siete puntos de ventaja sobre el octavo y a cuatro solo del cuarto. La Champions estaba más cerca que quedarse fuera de Europa.

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    Se rompe Oyarzabal.

Pero en mejor momento de la temporada el infortunio volvió a cruzarse en el camino de la Real. En un entrenamiento de esos rutinarios en los que nunca pasa nada, el 17 de marzo el capitán se rompía el cruzado de su rodilla izquierda y decía adiós al 2022. Un duro golpe por lo que representa tanto dentro como fuera del campo el líder del equipo y máximo goleador.

Nuevamente, como a principio de temporada, el ataque volvía a quedar seriamente mermado, ya que en enero se había lesionado de gravedad Barrenetxea e Imanol se quedaba casi sin jugadores para maniobrar por fuera. Porque Januzaj era un extremo más de partir desde fuera hacia adentro y Portu, un segundo delantero de atacar la espalda del rival que de alcanzar línea de fondo para centrar.

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Tras caer en Europa ante el Leipzig el equipo volvió con fuerza a la Liga y ni la lesión de Oyarzabal evitó que se lograse el objetivo

El oriotarra reaccionó pronto y después de empatar en el Pizjuán (0-0) tras estrellar dos balones en la madera y ganar al Espanyol (1-0) de penalti en el descuento, cambió el sistema para jugar en un 1-4-4-2 en rombo que diera cabida a la vez a Rafinha y Silva en el centro del campo y a Isak y Sorloth en ataque, hasta entonces jugadores excluyentes en el 1-4-3-3.

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    Reacción en la adversidad.

La primera experiencia resultó gratificante porque la Real se trajo un buen triunfo de Elche (1-2). Sin embargo, abril deparó más juego que puntos ante la falta de acierto arriba para concretar las ocasiones. Los dos partidos de casa dejaron un mal sabor de boca, porque se fue vivo el Betis (0-0) y no se mereció perder contra el Barcelona (0-1) después de una gran segunda parte. Imanol habló de que se habían escapado tres puntos importantes. Con todo, seguía siendo sexta con tres puntos de ventaja sobre el Villarreal y siete con el Athletic. Y el calendario le beneficiaba.

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Pero contra pronóstico falló en el que hasta entonces había sido su punto fuerte: los partidos ante los rivales más modestos de la categoría. Ahí donde acumulaba victoria tras victoria fue incapaz de lograrla en Vallecas (1-1) después de ir en ventaja al descanso y firmar una segunda mitad en la que acabó pidiendo el tiempo. Lo peor llegaría después con la derrota en el campo del colista Levante que encendió todas las alarmas. La clasificación para competición europea estaba en peligro.

Ahí, en la dificultad, volvió a emerger para pegar un puñetazo de autoridad encima de la mesa. Con Isak y Le Normand sancionados fue capaz de endosar una goleada al Cádiz (3-0) que le aseguró billete para la Conference y tres días más tarde superó a domicilio al Villarreal (1-2), su rival directo por la Europa League, contra el que selló el pasaporte para la segunda competición continental convirtiendo en un trámite la despedida ante el Atlético de Madrid.

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Fue una recta final de protagonistas secundarios como Sorloth, Zubimendi, Diego Rico y Gorosabel que llegaron con las pilas cargadas y que dieron el empujón final para alcanzar el objetivo europeo.

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