![Triunfa la Real más pragmática](https://s3.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/2025/02/06/102145653-kDUH-U230784198597ddD-1200x840@Diario%20Vasco.jpg)
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Qué importante es saber ser práctico cuando el rival te busca las costuras. Cuatro partidos le había ganado Osasuna a la Real en el último año, contando el amistoso de verano, y a la quinta fue la vencida. No fue el encuentro más brillante pero ... sí el más efectivo, porque la lección estaba aprendida y de lo que se trataba era de aplicarla. El cuadro de Imanol supo entender que cuando no puedes progresar en corto desde atrás no importa cruzar a campo contrario con balones largos si luego tienes delanteros con calidad que saben buscarse la vida como Kubo, Oyarzabal y Barrenetxea. Así tomó una doble ventaja en el marcador y después, con la autoexpulsión de Catena, no tuvo más que nadar y guardar la ropa. No hacía falta más.
1
El choque arrancó con unos primeros veinte minutos de un pulso interesante entre ambos equipos por imponer su guion de partido. La Real trató de progresar de dos maneras: con los envíos verticales en largo de Zubeldia hacia Kubo y descolgando a Zubimendi para hacer salida de tres y lanzar altos a Aritz y Aihen por banda. No obstante, Osasuna estaba bien asentado en su 1-4-4-2 avanzado y aprovechó el balón parado para llegar primero con mayor peligro. Una falta lateral de Moncayola que no enganchó del todo Budimir y un remate ajustado al palo de Oroz tras un córner en corto llevaron la intranquilidad a Remiro. La Real respondió en un saque de banda largo de Aritz cuya caída no pudo enganchar Barrenetxea en el área encimado por Areso. A falta de fútbol, mandaba la estrategia.
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Como no resultaba nada fácil superar la presión adelantada de Osasuna y tampoco era cuestión de arriesgar el balón en zonas comprometidas, la Real encontró un filón en los envíos en largo de Remiro. En el primero Kubo robó la cartera por arriba a Juan Cruz, diez centímetros más alto, y a partir de ahí Barrenetxea y Oyarzabal desataron la tormenta perfecta ante Boyomo e Iker Muñoz para hacer el primero. Poco después, otro golpeo a campo contrario del meta de Cascante derivó en una serie de disputas que finalizaron con cesión de Catena a Herrera que fue bien presionada para que Marín robase el balón a Muñoz. Oyarzabal asistió a Brais y el 2-0 subió al marcador. La Real que tantas veces ha apostado por una salida limpia en corto desde atrás para progresar a partir de encontrar al hombre libre en la zona ancha, acudía a la practicidad de jugar en largo para tomar una renta de dos goles. Es lo que demandaba un partido en el que ganaría el que menos fallos cometiese, como así fue.
3
El capitán tiró de galones para guiar a los suyos en la primera parte con su omnipresencia. En el tramo inicial, cuando el pulso aún no se había decantado para ningún lado, supo despegarse de Catena y caer a zonas intermedias para poner en ventaja a Kubo frente a Cruz. Zubeldia lo agradeció porque encontró una línea de pase por dentro. En el 1-0 su movimiento ante Boyomo para dejar de cara a Barrenetxea es genial, igual que en el segundo gol es destacable su presión inicial a Herrera para forzar el pase de éste a Muñoz y su frialdad para dejarle el tanto a puerta vacía a Brais. En lo defensivo también fue generoso en la entrega, tanto para defender a Areso en una ocasión situado de lateral como para cortar en tarjeta una contra de Oroz que llevaba mucho peligro y es lo que requería. No sé si es delantero centro o no, pero sí que es indiscutible. Lo demostró una vez más.
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A pesar de tener dos goles en contra y estar en inferioridad, Osasuna no le perdió la cara al partido en ningún momento. Vicente Moreno apostó por jugar en 1-4-3-2, un dibujo que reforzó ofensivamente a la hora de juego dando entrada a Bryan Zaragoza de segundo delantero y soltando por la derecha a Areso. Imanol anduvo rápido para maniobrar, ya que en cuanto entró el malagueño colocó en el campo a Aramburu y a Sergio Gómez. El primero tenía como misión taparle si caía por banda, algo que no hizo demasiado, y al segundo ayudar a Aihen a contener al vendaval que es Jesús Areso. Aunque el marcador favorecía, ambos cumplieron con su cometido e incluso Sergio se tuvo que medir con Zaragoza cuando éste quiso hacer superioridad juntándose con Areso. La Real neutralizó a los dos y el partido se fue consumiendo sin que ocurriese nada relevante.
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La victoria sirvió para reivindicar algunas de las señas de identidad de la Real en los últimos años como la presión adelantada, que genera el segundo gol, o la capacidad de desequilibrio de los hombres de arriba, clave en el primero. También es una buena noticia que la portería volviese a quedar a cero después de una racha en la que, con la excepción del día del PAOK, había encajado ocho goles ante Lazio, Getafe y Osasuna en once días. Por cierto, que Imanol ya es el entrenador con más semifinales de Copa en su haber (3) junto con Benito Díaz, superando a Ormaetxea y Toshack, que llegaron a dos. Tiene mucho mérito lo que está haciendo con este equipo que ha tenido ocho incorporaciones en verano y que en los dos últimos años ha perdido hasta a cuatro jugadores claves.
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