Disputar una competición europea supone prestigio para la Real Sociedad, promoción e impacto económico para San Sebastián, pero también un quebradero de cabeza para club, ayuntamiento y fuerzas del orden. Las últimas visitas de Benfica, PSG, Zénit o Nápoles se saldaron con importantes disturbios tanto ... en el Reale Arena como en los aledaños del estadio y mañana llega el Anderlecht belga, club cuyos grupos radicales, especialmente violentos, han protagonizado en los últimos años graves incidentes que han obligado a Ertzaintza, Guardia Municipal y Ayuntamiento de San Sebastián a diseñar un fuerte dispositivo de seguridad ante la llegada prevista de 300 radicales. Su fama les precede.
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Los más futboleros seguramente recuerden los incidentes protagonizados por unos 2.000 ultras en el viejo San Mamés en 2010. Antes del partido la Ertzaintza tuvo que cargar en los alrededores de María Díez de Haro, deteniendo a cuatro seguidores del Anderlecht por los altercados, dos de los cuales llegaron a agredir a la policía autonómica. Durante el partido, además de los habituales insultos y amenazas, se produjo el lanzamiento de objetos y una bengala al terreno de juego. Pero fue tras la finalización del partido cuando, aprovechando un fallo de seguridad de la Ertzaintza, que dejó solos a los ultras belgas en la grada mientras despejaba los aledaños, varias decenas de radicales saltaron al césped y se liaron a golpes con miembros de Herri Norte que también abandonaron sus asientos.
En el partido de vuelta, y pese al precedente, dos seguidores del Athletic fueron agredidos en el centro de la ciudad por una veintena de ultras. Y pudo ser peor porque la policía abortó a tiempo a un centenar de seguidores del Anderlecht cuando se dirigían al encuentro de más aficionados rojiblancos.
Dos años más tarde, en Málaga, con motivo de la disputa de un partido de la fase de grupos de la Champions League, once radicales del Anderlecht terminaron en el calabozo. Seis aficionados flamencos fueron detenidos en la madrugada previa al encuentro por protagonizar altercados en la calle Larios; y durante el encuentro otros cinco terminaron entre rejas tras intervenir los antidisturbios con contundencia después de que los ultras belgas lanzaran botellas a los aficionados y provocaran daños en La Rosaleda.
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Pero su actividad violenta no se ciñe solo a los encuentros que disputa el Anderlecht, ya que tienen tejidas alianzas con otros grupos ultra a los que no dudan en dar su apoyo. De hecho, aquel mismo año la policía interceptó a 54 seguidores belgas que habían viajado hasta Ámsterdam para unirse a radicales del Ajax con la intención de pegarse con seguidores del Manchester United.
Cuatro años más tarde, en otro duelo de la Europa League ante el Mainz, la policía alemana detuvo a 60 seguidores radicales belgas tras resultar heridos cinco agentes por los lanzamientos de petardos y por diversos traumatismos. Según recogió el atestado policial, estos ultras «atravesaron la ciudad corriendo armados con guantes de cuarzo».
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Más recientemente, en 2022, provocaron importantes altercados en dos eliminatorias de la Conference League ante el West Ham inglés y el Young Boys suizo. Lanzaron objetos, asientos y bombas de humo a los seguidores del conjunto 'hammer' y atacaron a aficionados suizos en un café de Bruselas declarado monumento histórico que dejaron destrozado.
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Pero es ante su gran rival, el Standard de Lieja, cuando la violencia alcanza mayores cotas. En los últimos años varios de estos 'clásicos' han tenido que ser suspendidos. El último hace diez meses cuando el encuentro estuvo detenido 15 minutos por diversos incidentes durante el desarrollo del clásico, a semejanza de lo sucedido el domingo en el Metropolitano. El comité disciplinario atribuyó al Anderlecht los disturbios por el uso y el lanzamiento de material pirotécnico desde las gradas, así como diversos objetos, aunque la sanción de un partido en casa a puerta cerrada recayó en ambos equipos. Además, ambos clubes acordaron no permitir que sus respectivas aficiones viajasen a campo rival hasta el 30 de junio de 2025.
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Los incidentes entre estos dos clubes han salpicado incluso al fútbol femenino, ya que en 2018 se tuvo que detener durante 25 minutos el clásico al saltar al campo aficionados de ambos equipos para pegarse.
El grupo ultra más conocido del Anderlecht es BSC (Brussels Casual Service), un grupo de ideología ultraderechista nacido en 1996 que resultó especialmente temible a comienzos de siglo, siendo uno de los principales causantes de que el gobierno belga impulsara en 1998 la 'Loi Football' de cara a la Eurocopa de 2000 organizada junto a los Países Bajos y con la que endureció notablemente las penas por incidentes en los campos de fútbol hasta equiparar a los ultras prácticamente con terroristas.
BCS fue un grupo especialmente temible en Europa, con una historia forjada entre los bares, el estadio y las prisiones.
Los periodistas Louis Dabir y Barthélémy Gaillard, que llegaron a infiltrarse en este grupo, les dedicaron un libro titulado 'Gang of Brussels' en el que dibujanel contorno de un grupo cimentado en la violencia. «La presencia de delincuentes es realmente constitutiva de la identidad del grupo», llegó a afirmar Gaillard. No obstante, en los últimos años BCSha perdido algo de fuerza debido a que han surgido otros grupos ultra como 'Mauves Army', creado en 2003 y que a partir de 2006 se radicalizó en sus acciones; 'South Leaders', nacido en 2012 o 'Forest Fighters Anderlecht', un grupo que desde 2019 ha dado un nuevo brío al hooliganismo del Anderlecht.
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