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La Real Sociedad tiene una mina inagotable de futbolistas en Zubieta. Una maquinaria perfectamente engrasada para confeccionar jugadores que estén listos y prestos cuando Imanol Alguacil los requiera para el primer equipo. Y la última joya en ser extraída del criadero txuri-urdin es ... Urko González de Zárate, uno de los cinco potrillos que el técnico oriotarra reclutó para viajar hasta la capital del Turia junto a Pacheco, Turrientes, Olasagasti y Ayesa, habitual portero suplente en las convocatorias desde la lesión de Moyá.
El vitoriano, que acaba de cumplir 20 años hace tres semanas, fue una de las grandes novedades del once que sacó ayer la Real sobre el terreno de juego de Mestalla. Era su redebut. Se estrenó jugando un minuto frente al Real Madrid en la jornada dos de la presente liga, por lo que a buen seguro que la sensación de volver a vestir la zamarra blanquiazul ayer por la tarde fue similar. Sobre el papel, el canterano actuaría en el doble pivote junto a Ander Guevara en el 4-4-2 que dispuso Imanol sobre el césped, aunque su posición concreta fue cambiando cuando el colegiado señaló el inicio del encuentro.
Al preparador txuri-urdin no le tembló el pulso para darle galones a Urko González de Zarate, que fue el encargado de llevar las manijas de la nave realista durante el primer acto. El pivote gasteiztarra era el encargado de sacar el balón jugado desde atrás para iniciar las jugadas de ataque. Se incrustaba entre los dos centrales, Aritz y Le Normand, en una línea de cinco cuando la Real atacaba y volvía a replegarse en el doble pivote junto a Guevara cuando el equipo defendía.
Con los nervios habituales de alguien que no está en su zona de confort, González de Zárate comenzó acelerado en encuentro. Tanto es así que cometió la primera falta cuando apenas habían transcurrido treinta segundos desde el pitido inicial. Una tarascada a Maxi Gómez que el colegiado señaló y que bien le podría haber costado una tarjeta amarilla. Una amonestación que, sin embargo, no se libró de recibir en el minuto seis tras una plancha sobre Racic y la cual condicionó su concurso para el resto del partido.
Pasados los primeros minutos de inseguridad, la figura del vitoriano fue creciendo en el encuentro y, por ende, la Real. No se complicó a la hora de jugar el esférico y trató de hacer lo que mejor sabe. En ese sentido, Guevara, situado un escalón más arriba, fue su mejor socio a la hora de iniciar jugadas. No le quemó el balón en los pies y distribuyó la posesión a uno y otro lado buscando siempre la mejor opción.
Su buena colocación en el campo, además, le permitió robar algún balón en la salida del balón del Valencia como en la acción del primer disparo a puerta de Portu que paró sin mayores dificultades Domenech. Asimismo, se atrevió a filtrar un pase vertical al delantero murciano que no cazó por escasos milímetros y que le hubiese dejado solo frente al guardameta ché.
Por desgracia, la cartulina amarilla vista en los minutos iniciales obligó a Imanol a sustituir a Urko González de Zárate al descanso, una nueva joya de la inagotable factoría de futbolistas de Zubieta que la Real tiene atada hasta junio de 2026.
Modibo Sagnan saltó al terreno de juego de Mestalla al comienzo del segundo acto y mostró su versión más ofensiva. El francés actuó en una defensa de tres centrales junto a Aritz y Le Normand y fue el protagonista de varias de las acciones de peligro de la Real. Por un lado rematando de cabeza dos saques de esquina y, por otro, poniendo un centro tenso que no pudo cazar nadie.
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