Monreal trata de proteger el balón anteel acoso del barcelonista Sergiño Dest,anoche en el Camp Nou. ALTERPHOTOS

No vale con un tiempo

Una muy mala primera parte condena a la Real, que reacciona con bravura tras el descanso y merece el empate que Isak tuvo dos veces en sus botas

Jueves, 17 de diciembre 2020, 06:50

No me gustó la puesta en escena de la Real. Llegaba al Camp Nou como líder, lanzada y con moral, con estilo claro, con enorme personalidad y dispuesta a seguir su racha. Pero a la hora de la verdad, en la primera parte, nada. Pero ... nada de nada. Esta vez el plan de su entrenador no funcionó. Imanol cambió la forma de jugar y las cosas fueron bastante mal, porque la Real, lejos de ser un equipo compacto y ambicioso, estuvo desajustada en todo momento en ese periodo, llegó tarde ¿a la presión?, fue incapaz de dar tres pases seguidos y especialmente, en defensa y por el centro, se desangró. Fue tan malo ese periodo, que el Barcelona le pudo y hasta mereció marcar más goles que los encajados por Remiro en toda la temporada.

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De hecho, el 0-1 que señaló el marcador durante solo cuatro minutos era entonces todo un espejismo. Si se fijaron en la cara de Imanol, seguía igual de desencajada después del tanto de Willian, porque el resultado decía una cosa y el juego, otra muy distinta.

Una defensa extraña, con Guevara completamente superado en todo momento y con pérdidas de vértigo; con Willian defendiendo por la izquierda delante de Monreal; con Portu por el centro en ataque; Januzaj moviéndose pero sin encontrar un hueco... Demasiados cambios para una Real que no parecía el equipo que habíamos visto hasta ahora, con picos de poco más del 30% de posesión y que no hizo sino facilitarle las cosas a los de Koeman, que además hicieron su mejor fútbol de la temporada. Y no sé si había exactamente un plan para parar a Messi, pero la verdad es que el argentino campó entonces a sus anchas, tanto dentro como fuera del área.

Vuelve la Real

Luego, en la segunda parte, las cosas cambiaron. La Real recuperó la normalidad, dio un paso hacia adelante y mostró todas sus cosas buenas, hasta terminar teniendo claras ocasiones de gol, especialmente en las botas de Isak, que sigue completamente desafortunado en el remate. La temporada pasada le entraban todas; esta temporada, ninguna. Y fue una pena, porque tuvo el mérito de levantarse de su peor primera mitad, para encerrar a un Barça que acusó el esfuerzo y se las vio y deseó para mantener su mínima ventaja.

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Y claro, como las desgracias nunca vienen solas, Imanol perdió por lo menos para lo que queda de año a Januzaj. Y además, para que nada faltara, otra actuación deplorable del colegiado, por supuesto con notable perjuicio a los intereses de los txuri urdin. Un partido fácil de arbitrar, muy fácil, lo convirtió en una desastrosa actuación en contra de la Real. Y, como suelo decir, las cosas que se repiten no son una casualidad...

Una pena, porque durante muchos minutos los de Imanol demostraron que tenían armas para superar a los de Koeman. Y lo hicieron en esa gran segunda mitad, pero sin el gol que merecieron, aunque para ser justos hay que reconocer que seguramente con medio tiempo no le dé a nadie para puntuar allí. Y la Real regaló esa primera mitad, para regresar tras el descanso con otra cara.

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La derrota, en todo caso, no debe hacer daño a los jugadores y a Imanol, que anda justo de efectivos en el centro del campo, pero que cuenta con los mejores fichajes que puede hacer, que no son otros los jóvenes chavales del Sanse.

Quedan tres partidos para cerrar el año, Levante, Atlético de Madrid y Athletic. Toca hacer un último esfuerzo. Porque la Real sigue estando ahí y aspirando a todo. Lo de ayer fue una derrota. La tercera en veinte partidos. Solo fue eso. Nada más.

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