Xabi Alonso sigue persiguiendo sueños

La Real Sociedad y Zubieta llevan años generando talento desde hace décadas. Consiguió fabricar a uno de los mejores porteros de la historia como Arconada, a un Griezmann que fue tercero en la gala del Balón de Oro en 2018 o a Xabi Alonso, el jugador vasco con mayor y mejor palmarés. Nadie se acerca a un tolosarra que mañana sopla 40 velas inmerso en un reto de altura; su primera etapa como entrenador en el fútbol profesional de la mano del Sanse.

Pero antes de sentarse en los banquillos, Alonso disfrutó del mejor aprendizaje posible. Deleitar con el balón por todos los rincones del planeta. Ningún jugador euskaldun llegará a tener su palmarés. Es casi imposible. Un Mundial, dos Eurocopas, dos Champions League, una Liga, dos Copas, tres Bundesliga, una Copa alemana... no quiero aburrir. El guipuzcoano se convirtió en uno de los mejores centrocampistas de Europa tras mostrar su valía en una breve etapa en el Eibar y terminar de derribar la puerta del primer equipo de la Real en la campaña del subcampeonato. Aquel año no hubo ningún realista mejor ni con más clase.

Esa sobresaliente campaña le sirvió para catapultarse al fútbol europeo, donde alcanzó la cima de su nivel. En todos sus equipos triunfó. Indispensable en el Liverpool campeón de Europa, jefe en el Real Madrid de la Liga de los 100 puntos con Mourinho o maestro y profesor en el Bayern de Múnich con Pep Guardiola. Sin olvidarse de que tanto para Luis Aragonés como para Vicente del Bosque fue primordial en la selección española más exitosa de toda la historia. Disputó la final de la Eurocopa en 2008 mientras que fue titular en el Mundial ante Países Bajos y en la Eurocopa ante Italia dos años más tarde.

Su primera gran noche europea, más allá de aquella Champions League con la Real en la 03/04 en la que el conjunto realista cayó en los cuartos de final ante el Lyon, llegó en Estambul en la inolvidable final de la Champions de 2005. El Liverpool comenzó perdiendo 3-0, pero los ingleses igualaron la final gracias a un gol de Xabi Alonso en el rechace de un penalti. Fue en ese preciso instante, con su primera orejona bajo el brazo con 23 años, donde comenzó su carrera de futbolista a despegar.

Xabi Alonso colgó las botas sin volver a vestirse la camiseta de la Real. Lo hizo con 35 años y en el Bayern tras tres ligas consecutivas en Baviera dando exhibiciones domingo tras domingo en Múnich. Sin embargo, seguramente sin saberlo, comenzaría entonces el camino de regreso a casa cuando comenzó a formarse como entrenador. Tras obtener el título de entrenador su carrera como técnico arrancaría en las categorías inferiores del Real Madrid, hasta que llegó la oportunidad de continuar impartiendo cátedra en Zubieta.

El tolosarra se hizo cargo del filial en verano de 2019 y en dos años lo ha llevado al fútbol profesional. Aquella tarde en Almendralejo Karrikaburu devolvió a los potrillos a Segunda sesenta años después.

La temporada será complicada, pero su equipo compite jornada tras jornadas. En su juego se vislumbran toques de todos sus entrenadores. La capacidad de asociación de Aragonés o Del Bosque, la verticalidad del Madrid de Mourinho, el lateral que juega como centrocampista de Guardiola, o todo lo que generaba Denoueix por las bandas con Karpin y De Pedro. En definitiva, en la flor de su carrera como técnico, Alonso tiene los mimbres suficientes como para prolongar todos sus éxitos también a los banquillos, incluso a nivel internacional. La Real de Imanol es una de las mejores de la historia, pero en caso de que algún día el oriotarra se canse o simplemente se consuma, Jokin Aperribay tiene un as en la manga capaz de ganar cualquier partida de póker. De momento, con dos parejas compite en una mesa más pequeña.

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