Zubimendi evita la injusticia

El error de Remiro fue la confirmación de que a la Real le estaba costando digerir el turrón en un partido que tuvo una media hora inicial muy fría. Después el objetivo fue minimizar los daños y conservar el empate a la espera del arreón final. Pero en el camino se cruzó un mal árbitro que entendió penalti un piscinazo de Guevara por mucho que Merino metiese la pierna y que Jaime Latre, quién si no, no quiso corregirle desde el VAR. Luego sí lo haría con el penalti en el otro área. El caso es que la Real logró evitar la derrota en uno de esos días en los que todo lo que pudo salir mal salió peor y que antaño le hubiese condenado. Ahora, al menos, salva los muebles aunque estos puntos que se le están escapando los pagará muy caros.

Partido cerrado. Imanol ya advirtió la víspera de que el Alavés solo había perdido por un gol ante Real Madrid, Barcelona y Atlético, reflejo de que no iba a ser una perita en dulce. Y bastaron unos pocos minutos para comprobarlo. El cuadro albiazul planteó un encuentro muy táctico con un dibujo de 1-4-4-2 en defensa con Guridi como segundo hombre más adelantado y 1-4-3-3 en ataque con tres centrocampistas peloteros y solidarios para relevarse entre ellos.

La Real, prácticamente con su once de gala y con André Silva en punta de lanza, no entró con buen pie. Como la recta final del 2023, parecía que le faltaba una marcha para todo: para presionar, para circular rápido el balón, para encontrar los espacios... Porque con un ritmo tan bajo de juego se hacía difícil llegar con peligro.

En la primera media hora tan solo Traoré aportó algo de frescura e intensidad en campo contrario. Un centro adelantado suyo despejado por Tenaglia fue rematado por Merino sin encontrar portería. Después el maliense, que se colocó de pivote para tratar de generar incertidumbre por dentro, metió un gran balón interior a Brais pero su envío desde línea de fondo fue despejado a córner por Marín. El lateral derecho pudo incluso marcar tras una serie de rechaces después de un saque de banda pero su disparo se fue rozando el palo.

La mejor opción fue un balón que le cayó a Oyarzabal en inmejorable posición pero se le adelantó Tenaglia cuando se aprestaba a rematar. Fue la única ocasión en la que la Real había robado en zonas avanzadas por medio de Zubimendi y bastó para ponerse delante de Sivera.

Expulsión de Remiro. Con todo, y sin ser nada del otro mundo, el guion del encuentro no deparaba grandes sustos atrás más allá de una pérdida de Zubimendi ante Guridi en la que éste estuvo a punto de marcar tras apoyarse en Omorodion. Zubeldia se cruzó en el último momento para mandar el balón a córner. Al Alavés, bien situado sobre el campo, le costaba llegar arriba. Pero en el minuto 35 vino la jugada que cambió el choque en un balón largo de Sivera sin mayor peligro cuyo bote se lo comió Remiro. Calculó mal y cuando vio que la pelota le rebasaba la paró con la mano fuera del área conllevando la expulsión porque estaba Rebbach cerca. Salvador tantas veces, al de Cascante le tocó esta vez desempeñar el papel de villano. El Reale Arena coreó su nombre en señal de apoyo.

Repliegue y contra. Imanol quitó del campo a André Silva, lo que hubiésemos hecho todos, y dejó al resto del equipo en sus posiciones con Brais de falso nueve. Quedaba mucho tiempo por delante y la Real apostó antes del descanso por ceder metros para reorganizar los planes en el vestuario.

Arrancó la segunda parte con una línea adelantada y la intención de jugar en campo contrario a cambio de asumir riesgos atrás. Luis García Plaza, mientras tanto, apostó por meter a Kike García y Carlos Vicente para intentar ser más profundo con un cambio al 1-4-4-2. El caso es que las ocasiones eran realistas: una de Oyarzabal en un córner que sacó Marín bajo palos, un remate de Zubimendi detenido por Sivera, un pase al espacio de Brais a Oyarzabal...

Pero en el minuto 73 se juntaron el hambre con las ganas de comer: Merino pecó de inocente para meter el pie dentro del área en un balón muerto, Guevara se tiró a la piscina, García Verdura se lo tragó y Jaime Latre acarició el gato en el VAR. ¿Resultado? Gol de Luis Rioja.

Dudas de Imanol y arreón final. Tras el 0-1 el técnico tardó diez interminables minutos en mover el banquillo, ya que metió a Barrenetxea y Sadiq en el 86. Entonces la Real se desmelenó. Porque no fue solo el gol de Zubimendi. Anteriormente Verdura señaló un penalti a favor por supuesto codazo de Marín a Zubeldia, Kubo la estrelló en el larguero tras jugadón de Barrene, Zakharyan pudo marcar en el segundo palo y Sadiq cabeceó centrado un córner del ruso.

Incluso tras el empate tuvo Merino la victoria en su cabeza tras un gran centro de Sadiq desde línea de fondo. No fue el resultado deseado pero una vez más la gente salió orgullosa de la forma en que los suyos se enfrentaron a la adversidad.