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Entrados ya en septiembre, pocos pueden dudar ya de que estamos viviendo el año más atípico desde la Guerra Civil. Al contrario que durante aquel largo trienio negro entre 1936 y 1938, la Bandera de La Concha sí va a poder celebrarse, aunque ... varias traineras no hayan podido ni llegar a la clasificatoria por el Covid-19. La última, Lapurdi, que ayer comunicó su renuncia. Por todo ello, será una edición diferente. También fue distinta aquella del 11 de abril de 1939 que sirvió para vanagloriar el nuevo régimen instaurado a base de plomo. Hoy, en cambio, no habrá bullicio en el muelle, en el Paseo Nuevo ni en Urgull. La rampa será menos rampa sin la presencia de público, que es víctima de otra dictadura, aunque ahora los bigotes los lleve un virus que mantiene en jaque a la regata y por la calle de la incertidumbre a directivos y entrenadores. Porque un solo positivo mandará a toda la tripulación a casa sin distinción de colores ni palmarés.
Ninguna de las traineras con opciones en la clasificatoria de esta tarde (17.30 horas, ETB1) quiere despedirse antes de tiempo. Pero solo siete embarcaciones regresarán el próximo domingo a la bahía, donde aguarda ya Donostiarra. Sobre el papel, un quinteto tiene más boletos que el resto: Hondarribia –bicampeona en las dos últimas ediciones–, Santurtzi, Orio, Urdaibai y Zierbena. Cabo, siguiente en la lista, abriría la lógica a un sexteto. Faltaría otra más. No hay mascarillas suficientes para proteger los nervios de tanta gente: Lekittarra, Ondarroa, Zarautz, Ares, Pedreña, San Pedro, Tirán.
El orden de salida esta tarde será: Zarautz, Zierbena, Orio, Lekittarra, Ondarroa, Cabo, Hondarribia, Urdaibai, Santurtzi. Ares, Kaiku, Samertolameu, Getaria, Hibaika, San Juan, Mutriku, Zumaia, Deusto, Tiran, San Pedro y Pedreña.
Hace un mes, la clasificatoria habría tenido un punto de tómbola. A nadie le habrían regalado una plaza en La Concha, pero cualquiera podría haber abandonado Donostia de vacío. Agosto impuso un poco de cordura en el agua tras la locura de julio, y la jerarquía está más clara en septiembre. Sin embargo, el metro y medio estipulado como distancia social en tierra, a menudo se reduce en la mar, donde muchos puntos se han decidido por centésimas. Como el que le birló Cabo a Zierbena en Ares o Ares a Orio en Santurtzi. A nada que uno se despiste o tenga unas condiciones peores que el vecino, va al pozo.
Sin embargo, en una contrarreloj en la que las traineras irán de minuto en minuto por la misma calle, se reducen las diferencias pero también el margen para naufragar. Si la única ley que manda hoy es la del Cantábrico, las cinco mejores traineras de la Liga Eusko Label deben de salvar la criba. Porque la mar no estará para grandes sobresaltos. No habrá ni un metro de ola y tampoco mucho viento, apenas cinco nudos. Sin embargo, se anuncia que procederá de Francia, lo que suele ensuciar algo el campo de regateo de Puntas para fuera, ofreciendo algo de resistencia a las tripulaciones.
Sobre esas condiciones, cuesta imaginar que falle uno de los cinco gallos que aparecen en todas las quinielas. A Santurtzi le debería bastar con hacer valer su potencia. A Hondarribia, con su velocidad de crucero de las últimas semanas. A Orio, con su capacidad para no ceder. A Urdaibai, con su tesón para sobreponerse. Y a Zierbena, con su pujanza ya sea dentro como fuera de las regatas ligueras sin cupos.
A lo largo del verano, las cinco han sumado más de un resultado que hoy les dejaría fuera de la Bandera de La Concha. Sin embargo, la eliminación de cualquiera de estos botes que piensan en bandera el segundo domingo, supondría un bombazo. Más un petardazo propio que un golpe de estado de la clase media que lidera Cabo. A los de Boiro no los ha querido mucho La Concha en los últimos años. Solo dos presencias en la última década, en 2014 y 2018. Pero aparecen como un sólido valor para esta tarde... siempre que tengan el día.
Tras los boirenses navega un grupo de traineras que depende sobremanera de su excelencia durante los 20 minutos de regata. Si no la alcanzan esta tarde, se volverán a casa por donde han venido. Es tan imprevisible y caprichosa la inspiración, que cualquier vaticinio resulta escasamente fundamentado.
Con todo, a nadie le podría sorprender que les tocara el premio gordo de la clasificación a Lekittarra, Ondarroa, Ares o Zarautz, que tampoco andan perdidas en la Liga Eusko Label. Pero también traen alguna papeleta San Pedro, Tirán, Samertolameu o, sobre todo, Pedreña, en principio la principal amenaza allende la ACT.
Los pedreñeros ya dejaron fuera de la final del Campeonato de España a Urdaibai, aunque entonces mediaran también las diferencias entre las calles de su campo de regateo. Han marcado el paso en la ARC1 y, aunque miran al play-off, nadie le hace ascos a un caramelo como La Concha que en algunos casos justifica ya la temporada.
Al igual que sucedió en la categoría femenina con Lapurdi y Deusto, otras tres tripulaciones masculinas se han visto afectadas por el coronavirus y no tomarán la salida en la clasificatoria de hoy. Son Arkote, que ha registrado el positivo de un remero por lo que todo el equipo está confinado; Astillero, con dos remeros confinados y un tercero pendiente de un PCR; y Lapurdi, que tiene a dos remeros con síntomas a la espera del resultado de los test.
Para las traineras que se clasifiquen hoy, la pandemia les expondrá a una clasificatoria diaria hasta el domingo día 13. Pero antes, toca remar hoy.
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Oskar Ortiz de Guinea
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