AINGERU MUNGUÍA
Martes, 17 de febrero 2015, 07:45
El gobierno municipal sacará en breve a la venta el edificio de plaza Lasala por un precio de licitación de 11 millones de euros con el objetivo de que se convierta en un hotel. Pero «no podrá impedir» que el comprador lo destine finalmente a viviendas de lujo. Es lo que se deduce de las palabras del concejal delegado de Urbanismo, Ricardo Burutaran, que ayer tuvo que responder a una interpelación del PP en las comisiones municipales.
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Como ya adelantó DV el 24 de enero, la calificación «residencial» del suelo del edificio de plaza Lasala número 2 impedirá que el gobierno municipal pueda controlar el destino final que le dé al inmueble el comprador del edificio. El ejecutivo de Izagirre pretende vender este solar a una cadena hotelera con el objetivo de financiar varias inversiones no ejecutadas del Presupuesto 2014 y algunas del proyecto de Presupuestos 2015 que acaba de retirar por falta de apoyo de la oposición. Uno de los destinos del dinero que se pretende obtener es la remodelación del edificio Pescadería de la Bretxa para acoger distintos equipamientos públicos. La oposición ha venido criticando tanto la operación de la Bretxa como la venta de Lasala, dado que el Pleno acordó que fuera una concesión y no una enajenación. Si el Ayuntamiento mantuviera la propiedad del edificio podría exigir en una concesión que el titular de la misma la destinase al uso fijado en el concurso. Pero al ser una venta su capacidad de condicionar el uso del bien que enajena es limitada.
A preguntas del PP, el concejal de Urbanismo, Ricardo Burutaran, señaló ayer en comisión que «no es nuestra política vender parcelas para hacer viviendas de lujo», argumentó que el pliego de condiciones de la licitación puntuará «la creación de una actividad económica», pero admitió que «no podemos prohibir que el uso sea residencial». El Ayuntamiento no lo puede hacer porque el Plan General de Ordenación Urbana define ese suelo como residencial y, por tanto, el comprador del edificio podría, antes o después, destinar el inmueble a viviendas.
Burutaran argumentó que los pliegos «puntuarán de forma importante» la implantación de una actividad económica en el edificio, aunque volvió a reiterar que como la calificación es residencial «no podemos impedir» formalmente en el concurso que el comprador le dé un uso residencial al inmueble.
El concejal también ahondó en la polémica suscitada sobre el precio de venta del edificio. El Ayuntamiento tasó en 2008 el inmueble, sin la quinta planta, en 9,5 millones de euros (3.196 euros/m2). Hay dos informes aportados por el PSE y realizados por arquitectos en 2008 y 2011, que valoran el edificio entre 12,3 y 14,1 millones de euros, respectivamente. El quinto piso lo compró el actual gobierno municipal al Estado en noviembre pasado al precio de 1.868.500 euros (3.700 euros/m2). El gobierno de Izagirre sacará «en breve» a la venta el edificio entero al precio de 11 millones de euros (3.163 euros/m2). Según explicó Burutaran, solo faltan un par de flecos por ultimar antes de que los pliegos sean aprobados por el gobierno municipal. «¿11 millones de euros es un precio bajo?», se preguntó. «No, es un precio muy similar al de tasación».
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No es lo que opina la oposición que cree que Izagirre va a «malvender» un edificio por su necesidad de obtener un dinero de forma rápida. «Al final nos encontraremos con viviendas en vez de un hotel, y venderemos a menor precio por sus prisas por tapar agujeros», le replicó el portavoz del PP, Ramón Gómez.
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