

Secciones
Servicios
Destacamos
DV
Martes, 2 de junio 2015, 17:30
Aunque a veces puedan pasar desapercibidas para los viandantes, las baldosas de las aceras de la ciudad tienen su historia y su significado. Para algunos donostiarras constituyen, incluso, un sello de identidad. Llegan a comparar su importancia con otros emblemáticos símbolos como la barandilla de La Concha, los tamarindos o la sirena de las doce del mediodía.
Pero este tipo de baldosa no ha estado siempre en las aceras de la capital. Las actuales se fueron imponiendo cuando se iniciaron las obras del ensanche de la ciudad, a principios del siglo XX. Fueron diseñadas por un arquitecto municipal cuyo nombre se desconoce. Antes eran parecidas a las que había en esa época en Madrid, cuadradas o de rombos, acompañadas de franjas negras. "Tal vez el que sean de forma hexagonal tiene que ver con unos motivos más marineros o de marketing para Donostia", aventura el arquitecto Javier Puldain.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Las olimpiadas de la FP cántabra
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.