Luz verde a la construcción de nuevas viviendas de lujo en dos villas de Ondarreta

Las decisiones urbanísticas están generando cierto revuelo en los últimos meses, sobre todo las relativas al patrimonio construido y, especialmente, las que atañen a edificios que por una u otra razón tienen cierta singularidad.

Con varios frentes abiertos y con disposición a calmar las aguas, el gobierno municipal anunció que estudiaría al detalle y de forma individualizada las solicitudes de derribo de la zona Ciudad Jardín 1 -conocido como Villas de Ondarreta- y que revisaría la protección urbanística de este ámbito. Sin embargo, para cuando el Ayuntamiento adoptó esa decisión ya había dos excepciones que confirmaban la regla: Chomin y Kanímar Kanasí. Dos procesos de derribo y reconstrucción que ya se habían iniciado y que el delegado de Urbanismo, Enrique Ramos, confesó que aplicarles la medida con carácter retroactivo sería «complicado».

Por lo tanto, estos proyectos siguieron adelante con el proceso y las promotoras, una vez conseguida la licencia de derribo por silencio administrativo -transcurrieron tres meses desde que realizaron la solicitud sin haber recibido respuesta alguna por parte de la administración local- se aventuraron a requerir las licencias pertinentes para construir viviendas de lujo y de estética más moderna que las actuales.

Transcurrido el tiempo y con el visto bueno de los técnicos municipales, la Junta de Gobierno Local aprobó ayer la concesión de dichas licencias dando luz verde a dos desarrollos urbanísticos que deberán estar finalizados dentro de un periodo máximo de dos años, con un inicio de obra a lo más tardar el próximo mes de febrero.

De restaurante a villa

En el caso de la villa que albergaba el restaurante Chomin, diseñada en 1930 por Eduardo Lagarde y situada en la calle Infanta Beatriz 16, fue derribada por completo la pasada semana. A partir de ahora, iniciará su transformación en un bloque residencial de 6 viviendas de lujo con superficies de entre 92 y 128 metros cuadrados, trasteros y garajes. El proyecto, redactado por Fiark Arquitectos, distribuirá las viviendas de forma que todas sean exteriores, con accesos directos a las terrazas desde el salón y la cocina.

El solar de 632 metros cuadrados albergará un bloque de cinco pisos en total. El sótano se destinará a doce aparcamientos abiertos. La planta baja constará de una vivienda de tres dormitorios y otra de dos dormitorio, ambas con acceso a trastero en la planta sótano. En el primer piso, se distribuirán dos viviendas de tres dormitorios y en la segunda planta otras dos viviendas de cuatro dormitorios. «Estas tienen acceso desde el interior a la terraza situada en el nivel superior», según explica el proyecto básico al que ha tenido acceso DV.

El documento detalla que de las seis viviendas, las de dos dormitorios contarán con dos baños completos y un aseo; la de tres habitaciones dispondrá de dos baños completos y las de cuatro dormitorios sumarán tres baños. Además, los seis inmuebles tendrán un tendedero hacia el patio interior. Y en el exterior de la calle Infanta Beatriz, se proyecta un espacio para el aparcamiento de bicicletas frente al acceso al portal.

Kanímar y Kanasí, siguen en pie

La segunda licencia de construcción aprobada por la Junta de Gobierno Local es la de las Villas Kanímar y Kanasí, construidas en 1929 por el arquitecto Manuel Ignacio Galíndez. Situadas en la calle Infanta Cristina 18-20, el diseño se asemejará al proyectado en Chomin, y al igual que la distribución del edificio de la calle paralela, en este caso también albergará seis viviendas con sus respectivos garajes y trasteros.

Esta villa, a diferencia de la del conocido restaurante, sigue en pie aunque todo parece indicar que una vez recibida la licencia de construcción, se iniciará su demolición.

Frenar el derribo

Tanto la villa de Chomin como Kanímar y Kanasí estuvieron en su día protegidas por la normativa municipal, aunque sus fichas fueron eliminadas de la última versión del Plan Especial de Protección del Patrimonio Urbanístico Construido (PEPPUC). No obstante, las asociaciones en defensa del patrimonio no han cesado en su intento de frenar unos derribos que estaban abocados a su ejecución por una cuestión puramente normativa.

En el caso de estas dos construcciones, la agrupación cívica Áncora interpuso dos recursos de reposición al considerar que la demolición sería «ilegal» porque, según explican, «no se ha producido concesión expresa de la licencia urbanística de derribo ni puede admitirse la existencia del acto presunto de concesión por silencio administrativo positivo al no haber transcurrido el plazo legal de tres meses en el día en que el Ayuntamiento expidió la certificación acreditativa».

Asimismo, desde Áncora recordaron que estas villas se encuentran incluidas en el área urbanística Ciudad Jardín de Ondarreta 1, un ámbito que reiteran «recientemente se ha acordado suspender la concesión de licencias de demolición, con objeto de proceder a la revisión del PEPPUC, al advertir la existencia de unos valores culturales insuficientemente protegidos».

Denuncian que en la última modificación del Peppuc se retiró la protección a 17 villas de Ondarreta y reclaman la declaración del ámbito como conjunto monumental por parte del Gobierno Vasco para garantizar su preservación. «Es imprescindible frenar el proceso de grave deterioro que se viene produciendo en este ámbito tras los derribos de villa Ondarreta, villa Sobrino, villa Izarra o villa Gure Kaiola», concluyó en un comunicado.