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TITO IRAZUSTA
Martes, 20 de septiembre 2016, 07:50
Estudia bachiller Biosanitario y lo comparte con la bicicleta, su gran hobby. Es un joven corredor que empieza a llenar su palmarés con buenos resultados. Xabier Mikel Azparren (Donostia, 1999) acaba de competir por primera vez en una cita internacional fuera de casa, concretamente en el europeo, en el que sobre todo ha aprendido mucho, porque los resultados no han sido todo lo buenos que hubiera deseado: «En la crono no tuve un buen día y quedé el 23 y en la ruta estuve más a gusto y al final me dediqué a ayudar a Elosegui que estaba mejor y acabó el 16».
Acudía a la cita de Plumelec como campeón de España contra el reloj de categoría junior que acababa de conquistar en Reinosa. Es hijo del maratoniano ciclista Mikel Azparren y de casta le viene al galgo. Se le ve un chico de carácter que disfruta sobre la bicicleta y lo da todo cada vez que sale a competir: «En mi casa, la bici siempre ha estado presente. Mi aitona corrió hasta aficionados y mi aita empezó tarde, pero corrió, luego sacó su propio equipo impulsando el ciclismo de base, fue director del Caja Rural y como la cabra tira al monte...».
-¿La crono es su preferida?
- Empecé en infantiles en el club Donosti Berri, que es el equipo de la zona de Donostialdea y fui subiendo de categoría en función de la edad. Gané el campeonato de España como cadete en Lorca. Quizás no estaba en el grupo de favoritos esta vez y mi triunfo fue una sorpresa para muchos, pero venía preparando la crono desde hace tiempo y estaba con muchas ganas. El sacrificio que hice este año con mi aita, que es el que me entrena, tuvo su recompensa. Fue muy importante el buen ambiente que llevamos en el equipo para el campeonato de España, tanto los auxiliares como los corredores nos entendimos muy bien. El día de la crono salí el quinto, marqué el mejor tiempo y la siguiente hora y media fue la de mayor sufrimiento que recuerdo hasta saber si ganaba. Lo pasé peor fuera de la bici que cuando corrí. La cosa fue que gané y luego pasé el control antidoping, algo que me parece necesario que se haga en las carreras y me gustaría que lo hicieran también en todos los deportes.
- Aprendió en el Donosti Berri.
- En el Donosti Berri hasta cadetes estuve con el entrenador Gonzalo Vicente Sarasua, con el que aprendí mucho a cómo moverme en carrera y cosas importantes de la bici. Tengo mucho que agradecerle, lo mismo que a Joxe Cruz Mujika, mi mecánico de confianza, por todo lo que hace para arreglarme las bicis y dejarme material para competir. Entre todos me lo hacen más fácil. El Donosti Berri es una escuela ciclista en la que aprendes a mucho y unido a la experiencia del aita me viene todo muy bien.
- Maneja otras miras
- Si tengo otras opciones que parecen mejores cara al futuro y cambiaré de equipo para la próxima temporada. En eso estoy, pendiente de los papeleos federativos...
-¿Tiene marcado algún objetivo?
- Sería un sueño poder llegar a profesional, porque además aquí en Donostia, desde los hermanos Cabestany, no creo que haya habido otros. De lo que hoy veo en el ciclismo me encanta la forma de correr de Cancelara y me alucina Valverde, que desde el primer día al último de la temporada está ahí y eso dice mucho de él. Lo de los hermanos Izagirre también es de destacar, la temporada de Ion ha sido espectacular.
- Recuerde su trunfo en el campeonato de España...
- Venía de hacer segundo en el Memorial Gervais, estaba en buena forma y aunque el campeonato de Euskadi no me salió bien, el seleccionador Iker Sánchez me conoce y me convocó. En línea también creo que me merecí estar, aunque reconozco que en el sprint soy nulo. Si llegamos cinco seré el quinto. Me va fatal la velocidad y eso que hago pista, pero para ganar o llego solo o no hay nada que hacer. Por eso suelo intentar arrancar a falta de un par de kilómetros.
-¿Cómo es como ciclista?
- Cuesta arriba me defiendo bastante bien, me van las cronos, me considero un rodador potente. La línea me encanta porque estás con mucho nervio, pero la crono me gusta porque todo el rato es sufrir contra ti mismo y me va sufrir mucho sobre la bici, llevar el pulso a tope y que te duelan las piernas... Siempre he pensado que hay que estar un poco loco para ser ciclista y me considero que tengo bastante pedrada. En la Vuelta a Gipuzkoa acabé tercero y en la última etapa que se subían cinco puertos en pocos kilómetros aguanté en el primer grupo. Voy mejorando también en las subidas. Ahora, a pensar en el futuro. Me he dado cuenta en este europeo que hay que salir más para aprender.
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