![Los que sí se acuerdan del belén](https://s1.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/201912/22/media/cortadas/51328881-kdhD--624x368@Diario%20Vasco.jpg)
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El belén viviente de la asociación Mundo Nuevo es un espectáculo de luz y sonido de media hora de duración que podrá verse este sábado día 28, a las 19 horas, en la calle Amara. Comienza la función recordando un edicto de Roma formulado ... por el emperador César Augusto 2019 años atrás. «Manda a las familias de Palestina que vayan a sus lugares de origen, a los lugares de procedencia de sus estirpes», relata Mari Pepa Martínez Apezteguía, coordinadora de Mundo Nuevo. «A María y José les toca ir a belén. Como estaban en Nazaret, se ponen en camino pero cuando llegan a belén no hay sitio en ninguna posada. Un pastorcillo les señala una cueva donde pueden cobijarse y allí es donde nace el niño».
Es la primera escena que representan de una historia que cambió el rumbo de la humanidad. La pequeña Nora, que cumple 8 meses precisamente el día 24, hará de niño Jesús. «He solido venir a ver a mi marido, que hace de San José», explica la madre, Estitxu. «El año pasado vine embarazada y este les veré a los dos en la función». Por su parte Ander Arizaga, padre de Nora y San José en la función, se encuentra muy satisfecho de participar en la función con su propia hija. «Lo llevo con mucha ilusión», dice.
En la sede de la Asociación Belenista de Gipuzkoa, en el barrio de Loiola, se afanan estos días para terminar las tareas pendientes. José Javier ha entrado este año como socio. «En el curso que hicimos para aprender, construimos una casa para un belén y me gustó», explica. «Se la enseñé a mi nieto y le gustó tanto que se la quedó».
Luis Egaña también ha entrado este año. «Varias veces había pensado apuntarme pero lo dejaba, hasta que una conocida me animó», dice. Se considera 'un manitas'. «Tengo en casa un edificio hecho con pequeños ladrillos, que es un convento asturiano», explica. «Son ladrillos de 1 x 0,5 cm y me gustó mucho hacerlo. Era cuestión de paciencia. Hice miles de ladrillos ». Jubilado hace 10 años, ha sido pintor en el sector de la construcción y «siempre me han gustado los detalles», explica. «Tengo paciencia». En sus tiempos de trabajo no hubiera podido apuntarse a la Belenista. «Éramos jefes y salíamos tarde de trabajar. No daba tiempo para esto».
Maypi se apuntó en la caseta que la asociación tiene en el mercadillo de Navidad del paseo de Francia. «Íbamos tres amigas y nos apuntamos las tres», dice. «Me gustan mucho los trabajos manuales. Hago punto de cruz, patchwork, restauro muebles... El salseo manual me entretiene muchísimo. Aquí vienes y haces lo que quieres o lo que te mandan. Ahora que ha habido muchas cosas para hacer, con la exposiciones y la venta de complementos para los belenes, las veteranas de la asociación plantean '¿Quién pinta carros?'. Y aquí estamos todos pintando carros. ¿Qué hay que hace metas? Pues hacemos metas».
Cuando se acerca la Navidad se hacen trabajos para vender en el paseo de Francia. «Vas colaborando en lo que puedes y aprendiendo las técnicas, que para mí son novedosas», comenta Maypi. «Vengo del mueble grande y ahí hay que lijar y pintar. Aquí el trabajo es más pequeño y minucioso. Me resulta muy satisfactorio porque ves resultados rápidos y lucidos. Aunque no lo hagas muy bien, siempre hay un poco de musgo para tapar un defecto. Son los trucos. Y siempre encuentras a alguien que te echa una mano. Que te dice que si algo sale mal se puede repetir. Hay muy buen ambiente».
Eso sí, Maypi quiere hacer una reclamación. «En Irun hay una sala para exposición de belenes, como hubo antes en San Sebastián y ahora estamos en una carpa», dice. «Nadie nos deja un sitio bueno para exponer belenes teniendo como tenemos tantas salas de exposiciones en la ciudad. La carpa es pequeña y resulta un poco triste estar ahí».
En los jardines del centro Rezola de la Fundación Matia luce el belén que fabricaron en su día los vecinos de Beharko de Intxaurrondo y que montaron por última vez en 2017.
Se quedaron sin locales para guardar las figuras y decorados y decidieron donar a la Fundación Matia un belén que construyeron hace 28 años y que llegó a tener un total de 32 figuras y 80 animales y accesorios.
«En los jardines del centro Rezola ponemos el belén de Navidad hace unos 10 años», explica Naroa Otaegi, trabajadora social en Rezola. «El primer belén lo hicieron los residentes y trabajadores del centro. Se hicieron a mano, tanto los cuerpos como los trajes, que fueron cosidos por los residentes. Este Belén nos duró unos 7 años, ya que debido a las ciclogénesis de todos esos años, el belén se fue deteriorando».
Pero llegaron las casualidades. «En el centro trabajaba una persona, Blanca Salinas, que era vecina de la comunidad de Beharko y que hizo de intermediaria. «Desde que nos lo donaron lo colocamos todas las navidades en los jardines».
Idoia Larrumbide, trabajadora del centro, dice que el momento del montaje es especial para los residentes. «Este año, con las tormentas, hemos tenido que recolocarlo varias veces».
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