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Día triste para el barrio de Gros. El carrusel centenario que desde hace más de una década ha hecho las delicias de los niños se ... despide entre muestras de emoción, gratitud y pena. Los dueños de la atracción, Patxi y Andoni, hubieran seguido con la actividad de haber sabido que el Ayuntamiento les concedía una ampliación extraordinaria del contrato hasta que se adjudique la nueva concesión, pero nadie ha contactado con ellos desde Ijentea y ya han vendido el tiovivo a un feriante de Aragón.
Varios operarios han iniciado este martes el desmontaje del carrusel, que data de 1909 y llegó desde Valencia, para llevarlo en un camión hasta su nuevo destino. Desde la tienda de chucherías de enfrente, que también regentan, Patxi y Andoni agradecen todo el cariño que han recibido por parte de niños, padres y vecinos en estas últimas semanas. Desde que empezaron a informar de que con la llegada de octubre cerraban el tiovivo, se ha generado un movimiento en las redes sociales -con recogida de firmas incluida- para frenar su marcha. Algunos padres se acercaron incluso hasta el Kursaal durante el Zinemaldia para preguntar en persona sobre el asunto al propio Eneko Goia.
Tal y como publicó DV el pasado sábado, el Departamento de Patrimonio tiene previsto volver a sacar a concurso la explotación de un carrusel tipo Belle Époque en esta plaza donostiarra, que languidecía como zona de paso sin apenas actividad comercial y hostelera hasta que se instaló la atracción. Durante la tramitación y hasta la adjudicación del nuevo contrato, los actuales responsables del carrusel -que han agotado la décima y última prórroga prevista- podían mantenerlo en funcionamiento como hasta ahora, gracias a una figura legal administrativa que se utiliza con frecuencia en estos casos para evitar que un servicio público deje de prestarse. Por desgracia para todos, esa información nunca les llegó desde el Ayuntamiento y ellos dieron por hecho que tenían que desmontar.
«De haberlo sabido, nos habría gustado seguir aquí hasta la jubilación», admiten con pesar Andoni y Patxi, sobrepasados por las «increíbles» expresiones de cariño que les ha dedicado el barrio. El pasado jueves, un grupo de cuarenta padres y niños les entregó algunos dibujos hechos por los menores con mensajes en la parte trasera -que han colgado en su establecimiento de golosinas- y otros obsequios. Este lunes, último día del tiovivo, el viaje era gratuito.
«Jamás habríamos imaginado cuánto nos quieren los niños y sus padres. Nosotros siempre hemos tratado a todos por igual, nos sabemos sus nombres, les hemos visto crecer, hemos sido parte de su infancia...», cuentan emocionados. Ahora, el viejo carrusel hará felices a otros niños en Huesca, mientras los asiduos de la plaza Zuberoa advierten de que aunque instalen otro tiovivo, ya no será lo mismo sin las personas que lo hacían girar.
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