El adiós al mítico restaurante Mendizorrotz

Mendizorrotz no ha cambiado su fisonomía interior desde 1970. Comenzaron los aitonas de los actuales propietarios, Paco Calonge y Dolores Lizarazu. Tomaron el relevo su hija Dolores Calonge con su marido Víctor Echeveste y más tarde Nekane Echeveste con su hermano Víctor y su esposa Esperanza Remiro.

Ampliaron el bar hasta convertirlo en local con comedor para casi 60 personas, mesas también en el bar y una pequeña y solicitada terraza en el exterior en la época de verano.

Nekane, Víctor y Esperanza dejan el negocio por el que han luchado siempre con ilusión y ganas de agradar a los clientes, pero ya ha llegado el momento de descansar y dedicar su vida a otros menesteres. Quienes transmiten su tristeza son los clientes, acostumbrados a visitar Mendizorrotz todas las semanas. Familias que no fallaban el fin de semana para comer y cenar y otros que entre semana se acercaban para disfrutar de unos huevos fritos con patatas y los manjares que preparaba Víctor en la parrilla, cogote, txipirones, bacalao y platos de temporada como hongos y xisas.

A las once de la mañana abrían las puertas y las cerraban pasada la medianoche. En los últimos años el horario era más reducido, pero la dedicación era la misma. Miles de clientes han pasado por Mendizorrotz, entre ellos muchos conocidos como el investigador Pedro Miguel Etxenique, la familia del exjugador de la Real Sociedad Xabi Alonso, la actriz Carmen Machi, el político Borja Sémper, o Jesús Mari Satrústegui, exjugador de la Real Sociedad.

Mendizorrotz cerró las puertas el pasado domingo 25 de septiembre, pero el lunes 26 organizaron una fiesta para agradecer a los clientes y amigos su fidelidad y apoyo. No faltó la trikitixa ni los bertsos de Sebastián Lizaso. Lleno a rebosar y jamón cortado a cuchillo, tortilla de patatas y croquetas. Gente de la ciudad y familias conocidas como los Irizar del Buenavista; el golfista José Mari Olazabal con sus aitas Gaspar y Juli Manterola y Lourdes Guenechea con sus hijos Lourdes y Oscar Barbieto con su esposa Nieves. También, Pablo Imaz de Hanbel y más de un centenar de invitados.

En unos años han cerrado sus puertas en la zona el restaurante Valentín, en la subida a Igeldo; Buena Vista; Txistu, en la plaza; ahora el Mendizorrotz y el también conocido Txapela, antes de la familia del exalcalde Juan Karlos Izagirre, que cambió de dueños. Es una pena que Igeldo se quede sin estos referentes gastronómicos.