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J.J. Fdz. Beobide / Lola Horcajo
Domingo, 3 de septiembre 2023, 02:00
Tres de los establecimientos más antiguos de Donostia se reúnen en la calle San Juan, en el tramo frente a la plaza de la Bretxa. Allí se encuentran el centenario bar Gorriti, confecciones Idoia Odriozola desde 1884, y Almacenes La Bretxa, fundado en 1882 y desde hace 90 años en manos de la familia García.
1882. Al Escudo Catalán, Bueno, Bonito, Barato. Juan Vilasaró, un catalán vendedor ambulante de mercería y tejidos, se estableció en Donostia al finalizar la guerra carlista (hacia 1877) y llegó a contar con tres tiendas en la Parte Vieja donostiarra. En 1882 abrió en la plaza de la Bretxa (c/ San Juan 5), su primer establecimiento 'Al Escudo Catalán'. Artículos de mercería, telas, ropa y confección para la clase trabajadora y popular de la Parte Vieja o acudía a comprar al mercado y para las caseras que allí vendían sus productos. Su eslogan 'las 3 BBB, Bueno, Bonito y Barato' garantizaron su éxito.
1882 Juan Vilasaró abre la tienda de ropa 'Al Escudo Catalán' en calle San Juan 5.
1908 La familia Parra-Vilasaró al frente del comercio.
1933 Traspaso a la familia de Ramón García y Tomasa Amiano que la rotulan 'Almacenes la Brecha'.
1960-2001 Ramón García Amiano y su mujer Sonia Dolado se encargan de la tienda.
2001-2023 Regentada por Sonia García Dolado.
El sastre Asterio Parra. A finales del siglo XIX, Asterio Parra llegó desde Quintanilla de Abajo (Valladolid) a Donostia, para trabajar con su tío Balbino Parra que ya era un reconocido sastre con tienda en la c/ Hernani. Con él aprendió el oficio y en 1899 emparentó con los Vilasaró al casarse con Valentina, hija de Juan. Tras la muerte de su suegro y de su tío Balbino, Asterio se fue haciendo cargo de las tiendas de la familia. En 1911 inauguró la Sastrería Parra en la esquina de la Avenida 34 con Hernani, figurando entre las más importantes que ha tenido la ciudad. La saga de los Parra ha tenido numerosas tiendas y se dedicó también a la confección de gabardinas, con las marcas Pluviax, Cóndor y Vendaval que muchos recordamos.
1933. Almacenes la Bretxa de los García-Amiano. Fallecido Asterio en 1933, la familia Parra traspasó el comercio a Ramón García González procedente de Peñaranda de Bracamonte (Salamanca) que lo tituló 'Almacenes La Brecha'. Estuvo asociado los primeros años con Gabriel Sevilla (cuñado de Pepe Camisón). En la tienda trabajaba Ramón con su mujer, la donostiarra Tomasa Amiano, hasta 1944 en que falleció Ramón con 42 años. Tomasa siguió adelante, con la ayuda de dependientas, en varios casos hijas de las mismas caseras que vendían en la plaza. En 1946 la familia García compró a los Parra el local y el primer piso en donde vivían.
Peñaranda de Bracamonte. La familia de Ramón García no fue la primera que llegó procedente del salmantino pueblo de Peñaranda de Bracamonte. Como nos cuenta Carlos Blasco en su reciente publicación Historia del Boulevard y de sus Comercios: «Desde este pequeño pueblo de no más de 5.000 habitantes llegaron a nuestra ciudad emprendedores que crearían comercios como Almacenes Almeida, Almacenes Trueba, Almacenes Matallanas, Ramón Hernández, La Concha Guipuzcoana, Salón de Medias y los comercios Camisón».
Delantales de cine y kaikus aristocráticos. En 1960, Almacenes la Bretxa pasó a ser regentada por Ramón García Amiano, hijo de los anteriores. Ramón llevaba la administración y la compra de género, mientras su madre y su mujer Sonia Dolado junto con su hermana Esther se ocupaban de la atención a la clientela.
En Almacenes la Bretxa siempre se ha vendido ropa de caballero y señora, ropa de trabajo como pantalones de mahón, camisas, ropa interior, bañadores y ropa de casa, pijamas, batas y delantales, prendas 'comunes' para todo tipo de clientela, incluso para una actriz como Catherine Deneuve, galardonada en el festival de cine de 1995, que les sorprendió cuando visitó la tienda y compró unos delantales. La indumentaria tradicional como los kaikus y los trajes de casera también se fueron haciendo hueco llegando a venderse a donostiarras y foráneos, incluso a miembros de la aristocracia, como sucedió con la condesa viuda de Ripalda, abuela de los Marichalar-Borbón, que una Navidad encargó kaikus para ella y todos sus nietos.
Ropa para turistas. En 2001 se jubiló Ramón, siendo sus hijas Esther y Sonia García Dolado, la tercera generación, las actuales titulares, aunque es Sonia la que regenta el comercio donde lleva trabajando 30 años.
Superados los años de continuos disturbios en esta problemática zona que ahuyentaban a la clientela más fiel, el turismo ha vuelto con más fuerza y frecuentan la tienda buscando regalos típicos: boinas, kaikus y trajes vascos. Como nos cuenta Sonia, «en julio y agosto hay tardes en que no paramos de hablar en inglés o francés, e incluso nos entendemos con árabes que vienen a comprar trajes de casera para su mujer y sus hijas. También es frecuente que vengan turistas a comprar algo de ropa básica porque les han perdido las maletas en el aeropuerto o porque llegan empapados por las olas del Paseo Nuevo». No obstante, es la clientela donostiarra la que hoy, como hace 140 años, sigue demandando sus géneros y asegurando la continuidad comercial de este veterano almacén de ropa.
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