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El octavo día del Carnaval donostiarra ha resultado espectacular. Todo ha acompañado para que las 21 comparsas que han desfilado por el barrio de Altza ... hayan triunfado. El tiempo ha sido inmejorable, las calles del barrio se estaban llenas en muchos puntos del desfile y la actitud de los cerca de 2.000 comparseros ha sido notable. Todos eran conscientes de que el Domingo de Piñata de Altza es especial. Los altzatarras viven esta jornada como uno de los días más especiales del año y ninguno de los participantes ha querido fallar.
«Este es el día más grande del Carnaval. He vivido desde muy pequeño el Domingo de Piñata, toda la gente que creó esta fiesta me enseñó lo que era este día y para mí es el desfile con mayúsculas», decía sin dudar Rubén Rodríguez, responsable de la comparsa Mystic de Altza. «Y a nivel de barrio, participa mucha gente. En las calles finales del desfile yo no veo tanta gente junta en ningún otro evento. El barrio se vuelca, está claro». Junto a Mystic y su 'Carnaval de bichos', han desfilado en 'casa' las compañías Santa Bárbara, Gurea y Alegría de Alza, que casualmente han sido las últimas comparsas en completar un recorrido que ha empezado en Lau Haizeta para acabar en el paseo de Herrera.
El desfile ha dado inicio a las 11.01 horas y ha estado encabezado por la txaranga Pasai y la diosa Momo, Mabel Vidal, junto a los componentes de su séquito. La primera comparsa en desfilar ha sido Coco Dance. Lo ha hecho a ritmo del 'New York, New York' de Frank Sinatra y sus disfraces basados en la ciudad de los sueños.
Tras ellos, ha sido el turno de Eureka, comparsa vencedora por sexto año consecutivo del Gran Premio del Carnaval donostiarra. Oliber Nestar, responsable de esta compañía de Errenteria que desfiló con 194 personas, estaba feliz. «Para nosotros el Carnaval es una forma de vida y lo disfrutamos como se merece». Este 2024 han ganado el galardón con una temática que han llamado 'La circa mágica'. Ha querido explicar que «lo hemos elegido porque creo que todos somos un circo en nuestra vida. Eso sí, todos tenemos nuestro lugar para brillar en el mundo. Y que no se nos olvide esa parte mágica que todos desprendemos para poder incluirnos en este mundo sin que haya diferencias».
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