Ama Lur cierra en Gros tras 45 años

Los hermanos Lertxundi que han gestionado el Bar Restaurante Ama Lur de la calle Carquizano de Gros durante 45 años han decidido poner el punto y final a su trayectoria hostelera. El cierre definitivo de su establecimiento no es inminente, calculan que echarán la persiana de forma permanente en abril del año que viene, pero sí que anuncian que el bar restaurante que se ha hecho conocido en Donostia y muchos puntos del territorio por su pollo asado está a la venta. Aquel que quiera hacerse con el negocio deberá abonar a sus propietarios 2,8 millones de euros por este local de dos pisos y 290 metros cuadrados, tal y como se anuncia en el portal de internet Idealista. Por lo que adelanta Isaac Lertxundi, segundo de los hermanos, ya han tenido conversaciones con posibles interesados.

«El motivo principal de la decisión de vender el establecimiento es que estamos cansados de trabajar. Y no tenemos sucesores. Aquí han trabajado mis hijos y mis sobrinos pero ninguno se quiere hacer cargo, les parece un trabajo duro», señala Isaac que tiene en la actualidad 65 años. Todos los hermanos tienen más de 62 años, «y después de tantos años es hora de dejarlo».

Fue en el año 1978 cuando los hermanos Lertxundi, con la ayuda de su aita, decidieron dar el paso que les ha marcado toda su vida adulta. «Mi hermano mayor y yo veníamos de trabajar en la Parte Vieja, en los bares Iñaki y Aitona, y decidimos pasar el puente. Apostamos por un local de la calle Carquizano 7. Luego compramos el que estaba debajo y también el local que estaba al lado, hasta completar el bar-restaurante que tenemos ahora», recuerda.

Considera que desde un inicio fueron «precursores. Recuerdo que fuimos los primeros en cerrar de 15.30 a 18.00 horas, algo que ahora hace todo el mundo, pero entonces ese sistema lo instauramos nosotros», cuenta. A nivel gastronómico, señala, también innovaron con los productos que servían. «Comenzamos a vender cazuelitas de callos, albóndigas, caracoles... fuimos los primeros de San Sebastián en venderlas. Y también apostamos por los pollos asados, codillos, codornices, menús... Después de tantos años podemos decir que nos ha ido bastante bien y que ahora mismo en pollos asados somos los reyes de Donostia».

Cuenta que la fama de su pollo asado, –«la estrella de la casa»–, ha traspasado las fronteras de San Sebastián y que tienen clientes que llegan desde el resto de Gipuzkoa para llevarse su ración a casa. Dice que a día de hoy venden 50 pollos asados cada jornada de la semana y cerca de 150 los fines de semana.

Sobre su clientela señala que muchos son ya amigos, dada su fidelidad, y que sí que les dicen que «ojalá los futuros dueños mantengan su receta de pollo asado en la carta».

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