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20 AÑOS NO ES NADA

Desde el Bule ·

Beatriz Campuzano

San Sebastián

Miércoles, 27 de noviembre 2019, 13:41

Del solar K ya no queda nada. Ni la explanada ni las vistas que iba a tapar y a las que ya nos hemos acostumbrado. Ahora rodeamos los cubos y problema solucionado. El mar sigue ahí. Eso ya lo hicieron entonces. La construcción no fue ... ajena a la polémica y muchos donostiarras protestaron y se preguntaron para qué iba a servir un edificio de semejantes dimensiones. Pasearon por la ciudad con pancartas en las que pedían una modificación del proyecto. «En el estado actual de la obra todavía es posible rectificar», se leía. Insistieron, pero fue en vano. Por aquel entonces Moneo, en una entrevista, dijo que «los cubos serán bellos aunque soy consciente del riesgo». Son bellos sí y, a veces, hasta de colores. Se iluminan en fechas señaladas como la Tamborrada, el Jazzaldia o para defender al colectivo LGTBI. Ahora, veinte años después, nadie duda del potencial de un Kursaal que acoge ferias, congresos y conciertos. Pero es que echar la vista atrás es más fácil que mirar hacia adelante. Lo que ocurre con el paso del tiempo es que nos acostumbramos a esos cambios que entonces nos escandalizaron. Acuérdese del debate que se generó con la construcción del bidegorri de La Concha en 2002 o el revuelo por la peatonalización de la calle Getaria. Y no hablemos de las obras del Boulevard. Esos debates quedaron atrás y nadie, o al menos los que han nacido con las obras acabadas, se plantea un cambio. Quién sabe si pasará lo mismo con el Metro. Toca esperar. Pero qué son 20 años. La respuesta ya la dio Gardel en su tango.

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