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El cuerpo sin vida de un joven turista australiano de 22 años fue hallado ayer poco antes de las ocho de la mañana en la playa de Ondarreta de San Sebastián, en la zona del Pico del Loro. El cadáver no presentaba signos de violencia, por lo que la principal hipótesis que barajan los investigadores es que se trate de una muerte accidental, tras precipitarse desde lo alto del muro -de algo más de siete metros- por causas que están siendo investigadas. No obstante, será la autopsia la que determine las causas del deceso.
Según ha podido saber este periódico, el chaval llegó a San Sebastián el lunes con un grupo de una treintena de personas de diferentes nacionalidades. Donostia era una más de las paradas de un viaje en el que estaban recorriendo diferentes ciudades europeas. El grupo llegó a la capital guipuzcoana -donde se alojaban en un hostel- y, tras dos días en la ciudad, hoy tenían previsto poner rumbo a Barcelona. Sin embargo, la tragedia tiñó ayer de luto sus vacaciones.
A las 7.50 horas de la mañana un empleado del servicio de limpieza municipal localizó sobre la arena de la playa de Ondarreta el cadáver de este joven, en la zona más próxima al muro a la altura del Pico del Loro. Tras recibir el aviso, varios agentes de la Guardia Municipal de San Sebastián se trasladaron al lugar del suceso y procedieron a acordonar la zona.
Sobre las 9.30 horas, la comitiva forense certificó el fallecimiento y se ordenó el levantamiento del cadáver. El cuerpo fue trasladado al Instituto Vasco de Medicina Leal (IVML), donde durante la mañana de hoy se le practicará la autopsia que determinará las causas del deceso.
Según han confirmado fuentes municipales, la inspección preliminar del cuerpo apunta a que la muerte podría haber sido causada por un accidente, tras precipitarse a la arena desde lo alto del muro. Lo que está por determinar es cuándo y en qué circunstancias se pudo producir esta caída. No obstante tampoco se descarta la muerte natural, por lo que las hipótesis siguen abiertas. La opción de la muerte violenta ( por homicidio o suicidio) sí está en principio desechada.
Hace justo un mes, el pasado 15 de septiembre, el cuerpo sin vida de un irlandés de 41 años fue hallado por un operario de limpieza en la playa de La Concha. El fallecido había salido de fiesta por la noche con dos amigos por San Sebastián y se separó de ellos sobre las seis de la mañana. Pasó por la habitación del hotel, dejó sus llaves y documentación en ella y fue a bañarse a La Concha con la tarjeta de acceso al alojamiento como único objeto entre sus pertenencias, encontrado en el montón de ropa que dejó en un pilar del voladizo de la playa antes de meterse al agua.
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