Secciones
Servicios
Destacamos
Fumata blanca para la distribución de los puestos del futuro mercado de la Bretxa. Los actuales asentadores dieron el miércoles por la tarde el visto bueno definitivo a la reubicación de sus puestos en la planta baja del edificio Pescadería, inmerso en unas obras ... que no verán la luz hasta principios de 2022. El acuerdo de pescateros y carniceros con la concesionaria supone el penúltimo paso antes de comenzar unos trabajos que transformarán por completo el mercado tradicional y proporciona un soplo de «ilusión y esperanza» a los comerciantes ante el 'annus horribilis' de la pandemia y de las obras del conjunto del centro comercial.
Con el edificio Arkoak, el que da al Boulevard y plaza Sarriegui, casi a pleno rendimiento -solo hay dos espacios por adjudicar-, este otoño las obras en la Bretxa se van a centrar en el edificio Pescadería. Este inmueble acogerá en el futuro y en la planta baja al mercado, ubicado hoy en la planta sótano; el nuevo ambulatorio para Centro y Parte Vieja (plantas cero, uno y dos); una fundación para la puesta en valor de los productos alimenticios locales (planta primera); y una cancha polideportiva (segunda planta).
El proyecto arquitectónico de distribución de espacios se aprobó el pasado mes de diciembre, pero la necesidad de acordar entre los diferentes agentes e instituciones la forma de acometer de forma única y funcional una obra compleja, además de asegurar su financiación, ha dilatado los plazos de los trabajos, que además se han visto también afectados por la pandemia.
Había otro fleco por resolver: el acuerdo con los asentadores para reubicar todos los puestos del mercado. Carniceros, pescateros y comerciantes van a mantener las condiciones de sus contratos, pero había que recolocar a cada uno en un nuevo puesto con una orientación y una superficie que quizás no fuera la misma que hasta ahora. Para abordar este proceso complejo los comerciantes contrataron a la consultora Ikei para que les ayudara en la resolución de los problemas que encontrarían en el camino.
26 asentadores tendrá el nuevo mercado: 22 de ellos tienen en la actualidad puestos en Bretxa y cuatro ubicaciones están por asignar a nuevos comerciantes, uno de los cuales será un bar.
Superficie. Se ha intentado mantener el espacio que ahora tiene cada negocio.
Vitrina. Ha pesado los metros de vitrina de los puestos.
Antigüedad. Los años en Bretxa otorgaban un plus.
Empleados. Ha contado también la cifra de trabajadores.
Número de fachadas. No es lo mismo estar en esquina que en medio de una calle de puestos.
Según explicó el presidente de la asociación de comerciantes de la Bretxa, Salvador Aguirre, el criterio fundamental para reubicar a los asentadores ha sido el actual tamaño de los puestos. Se ha tratado, sobre todo, de que los nuevos puntos de venta tuvieran una superficie semejante a la de los actuales. También se han tenido en cuenta los metros cuadrados de vitrina, la antigüedad del puesto, el número de empleados y el número de fachadas del negocio (no es lo mismo un puesto en esquina que otro con vistas a una sola calle del mercado).
El nuevo mercado tendrá tres entradas: desde plaza de la Bretxa, desde San Juan y por la calle Iñigo. Si se accede por la primera puerta, lo primero que se encontrará el cliente será el puesto de venta de bacalao Uranzu, el charcutero Prontxo y la carnicería de los hermanos Etxezarreta, mientras que las primeras pescaderías que verá serán Conde y Ander. Si el acceso lo realiza por la calle San Juan, los primeros puestos serán la pescadería Espe, la tienda de dietética Kristina Belardenda y el puesto de aceites Bretxoliva. Cuando el donostiarra entre al mercado por la calle Iñigo, los primeros puestos que se topará serán las charcuterías Iñaki Vega y Quintela.
En breve comenzarán las obras en el edificio Pescadería para ejecutar la nueva estructura. Los trabajos se prolongarán todo el año que viene para inaugurar el nuevo mercado en el primer trimestre de 2022.
El presidente de la asociación de asentadores del mercado de la Bretxa, Salvador Aguirre, explicó que están «moderadamente contentos» con el acuerdo alcanzado para reubicar los puestos. Están siendo unos años muy difíciles, desde que en 2018 comenzarán las obras hasta ahora, con unos meses de pandemia que están haciendo del 2020 un año «psicológicamente duro», tanto para clientes como para asentadores. «La gente está nerviosa, hay incertidumbre, y todo eso se transmite», añade el carnicero. Aguirre cree que todo cambiará cuando abra el nuevo mercado. «Es un proyecto ilusionante, que va a dar nuevos aires a la Bretxa. Cuando se inaugure estaremos más contentos que ahora».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La artista argentina Emilia, cabeza de cartel del Música en Grande
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.