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Obras del nuevo puente de Astiñene, entre Egia y Loyola, que será el primero de la ciudad con trazado curvo. USOZ
Astiñene, el puente de nunca acabar
San Sebastián

Astiñene, el puente de nunca acabar

Una de las grandes inversiones de la legislatura parece gafada. Las obras debían concluir en 2020, pero problemas de todo tipo han impedido el estreno de esta conexión viaria entre Egia y Loiola

Jorge F. Mendiola

San Sebastián

Sábado, 1 de octubre 2022, 07:08

La construcción del nuevo puente de Astiñene parece no tener fin. Las obras han sufrido todo tipo de contratiempos, desde la absorción de la contrata por otra empresa hasta la pandemia y la guerra de Ucrania, que ha encarecido las materias primas. La conexión entre Egia y Loiola que sustituirá al viejo puente debía haberse inaugurado en verano de 2020 y a día de hoy, más de dos años después, los trabajos sobre el terreno no han concluido ni hay fecha de apertura prevista.

Febrero de 2019. Con un presupuesto de 3 millones de euros cofinanciados por el Ayuntamiento y URA, la Agencia Vasca del Agua, la construcción del puente arrancó hace tres años y siete meses a cargo de Murias, que se impuso en el concurso público con una oferta económica menos ventajosa para la administración pero una propuesta técnica –organización, plan de obra y memoria– que superó con mucho a las de sus competidores. Por desgracia, los problemas comenzarían pronto...

Enero de 2020. Un año después, apenas se vislumbraban avances en la zona. Ya con diez meses de retraso a sus espaldas, la contrata pidió una ampliación del plazo al consistorio alegando causas ajenas a su responsabilidad. El diámetro de los pilares exigía disponer de maquinaria micropilotadora especializada, escasa y muy demandada en el mercado. Como solución alternativa, Murias decidió reducirlos de 2 a 1,5 metros aumentando, a su vez, la proporción de hierro en su interior para garantizar su solidez. Esta medida obligó a recalcular las cimentaciones. Además, la necesidad de introducir una tubería de gas por el interior, unida a los cambios en el pilotaje, llevó a recalcular también el tablero del puente. La nueva fecha de entrega quedó fijada en febrero de 2021.

A las dificultades técnicas del proyecto se sumaron la absorción de la contrata por otra empresa, la pandemia y la guerra

Agosto de 2020. La actuación supera los recortes municipales en inversiones por la pandemia pero, tras el estado de alarma, Murias recurre la ampliación del plazo al considerarla insuficiente y el Ayuntamiento rechaza sus argumentos. Se atisba conflicto de fondo y poco movimiento sobre el río. Las esperanzas de que la nueva infraestructura esté lista el 15 de febrero se desvanecen.

Octubre de 2020. Finalmente, el gobierno municipal acepta un aplazamiento de siete meses –hasta septiembre de 2021– y un sobrecoste del 10% porque los cambios en el proyecto son debidos a modificaciones no sustanciales no previstas en la documentación de la licitación. Mientras se construye la estructura del tablero en León, la obra espera con los nuevos estribos y los dos pilares sobresaliendo por encima de la lámina de agua.

Febrero de 2021. Murias es absorbida por el grupo Urbas, operación que frena la obra varias semanas porque la refinanciación de deuda de la compañía perjudica la formalización de los pedidos de acero. El departamento de Proyectos y Obras espera que los trabajos finalicen definitivamente a finales de ese año.

Con un presupuesto inicial de 3 millones de euros que se amplió un 10%, la actuación está financiada por Ayuntamiento y URA

Agosto de 2021. La contrata vuelve a solicitar una ampliación del plazo, hasta mayo de 2022. La alta demanda de acero y otras materias primas y las restricciones a la exportación desde China provocan un nuevo retraso de ocho meses. En noviembre se empieza a colocar la estructura sobre sus apoyos, proceso que se alarga por la huelga de transporte.

Mayo de 2022. La crisis de suministro de materias primas, las demoras en el izado de la estructura y la falta de disponibilidad de la grúa son las causas que provocan una nueva ampliación del plazo de cuatro meses, hasta el 16 de septiembre. Esta última previsión tampoco se ha cumplido.

La instalación de las tuberías del gas causan el último retraso

Llevan meses depositadas en una de las orillas del Urumea y están a la espera de ser colocadas bajo el tablero del puente de Astiñene. Las tuberías de gas que conducirán el suministro hacia los barrios de Egia y Gros se han convertido en el penúltimo obstáculo para la apertura de esta infraestructura, una operación de montaje que sigue pendiente de que la empresa constructora complete los preparativos para que Nortegas pueda acometer el ensamblaje de la red. Con posterioridad, serán los técnicos del departamento de Industria del Gobierno Vasco los que deban certificar la instalación para su puesta en servicio. Desde el departamento de Proyectos y Obras del Ayuntamiento no se atreven a aventurar cuándo terminarán estos trabajos.

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