El Atlético SS, cuna del baloncesto

Con más de 60 años de historia, la sección de baloncesto del Atlético San Sebastián arranca este próximo fin de semana su enésima temporada. Serán los equipos de categoría sénior masculino de Primera División y júnior femenino de Rendimiento los que den el pistoletazo de salida a una campaña ilusionante en la que cada uno de los dos equipos luchará por objetivos bien diferentes.

Es en 1958 cuando el fundador y primer presidente del club, Josean Gasca, tenía entre ceja y ceja fundar un equipo de baloncesto. Solo nueve años más tarde, en 1967, logró el ascenso a Primera División de la Liga Española de Baloncesto. Por aquel entonces, el jugador que más destacaba entre las filas del club donostiarra era el olímpico Luis Carlos Santiago Zabaleta. A pesar de que el equipo continuó siendo aficionado, logró el patrocinio de Fagor y en su primer año en esta categoría, obtuvo la 5ª plaza (mejor resultado jamás obtenido por un equipo guipuzcoano de baloncesto) y llegó a batir al todopoderoso Real Madrid, campeón de Europa, en el Frontón de Anoeta. Permaneció dos temporadas más en la máxima categoría para, finalmente perderla en 1970. Tuvo que pasar una década para que el Atlético SS recuperara su sección de baloncesto. En esta segunda etapa, más modesta que la primera, el club aún no ha llegado a alcanzar la máxima categoría, aunque a mediados de los años 80 llegó a Segunda División. El carácter amateur del club ha provocado que haya cedido el testigo, primero al CB Askatuak y luego al Gipuzkoa Basket (un club exclusivamente profesional) como equipo de baloncesto más representativo de la ciudad. En la actualidad, lucha por subir a la liga EBA y ese es el objetivo principal del primer equipo.

Los de Miguel Asturias, que se estrena al frente del banquillo del Atlético, se miden este próximo fin de semana al Astigarrako Mundarro La Salle. Hablamos con Luis Comendador (Donostia, 1979), director técnico y responsable de la sección de baloncesto desde hace más de veinte años para conocer más en profundidad el trabajo que se hace dentro del club. «Nuestro primer equipo no se estrena hasta el 5-6 de octubre. Llevamos seis temporadas consecutivas luchando por el ascenso a la Liga EBA y en cuatro de ellas hemos llegado hasta la final four, pero nos hemos quedado a las puertas. Para esta temporada hemos recuperado a Julen Ugarte, un jugador formado en nuestra cantera que ha jugado en Primera Nacional en Madrid. También nos hemos reforzado con Jaime Bisabarros, del Askatuak y con un base que tiene muchísimo talento y un físico portentoso».

Quien va a estar en el foco de todas las miradas durante este próximo fin de semana es el equipo sénior, que comparte categoría con otros cinco equipos donostiarras: Donosti Dolphins, Cafés Aitona Askatuak, Santo Tomás Lizeoa Azkune, Bosteko Irauli y CD Internacional. «Dentro de unos días abrimos la temporada contra el Astigarrako Mundarro La Salle. Somos los actuales campeones de la categoría. Quedamos primeros, jugamos la final four y la ganamos, pero renunciamos al ascenso porque no tenía sentido alguno tener a dos equipos en categorías similares. Nuestro objetivo en el sénior es seguir formando a jugadores para que den el salto al primer equipo, como ha ocurrido esta temporada con Ander Larzabal, Mikel Salvidea y Jon Eizagirre que ya tienen ficha del primer equipo. Primera Regional es lo que antiguamente se llamaba sub-21 y sirve de trampolín para dar el salto al máximo nivel».

Pese a ser un equipo puente, es una división realmente complicada, puesto que hay muchos equipos con jugadores que vienen de EBA o Primera Nacional. «También hay jugadores júnior muy talentosos que han estado con la selección de Gipuzkoa o Euskadi. Sobre todo, hay gente muy experimentada y muy veterana que quizá tiene el físico un tanto abandonado y por lo tanto ralentiza y juega un baloncesto más agresivo. A nosotros, en cambio, nos gusta correr. Años atrás luchábamos por mantener la categoría hasta que la ganamos la temporada pasada. Este año trataremos de mantener el nivel, aunque nos da un poco igual estar más arriba o más abajo. El objetivo es la formación de los jugadores para que en un futuro puedan ayudar al primer equipo».