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Desde el balcón

DESDE EL BULE ·

Beatriz Campuzano

San Sebastián

Miércoles, 18 de marzo 2020, 19:51

En estos días mi ventana, no digital, al mundo es mi balcón. Solo tiene tres metros cuadrados pero son más que suficientes para sentir, de vez en cuando, la brisa, escuchar en el patio de manzana a los vecinos conversar y entretenerme viendo cómo, por ... ejemplo, un padre se sienta, cuando el tiempo se lo permite, a intentar distraer a su hija pequeña con cualquier cosa. A veces, es la ropa tendida, a veces, la pareja de enfrente limpiando los cristales. Es curioso porque me había asomado muchas veces, pero nunca había visto nada igual. Llevo dos días emocionándome cada vez que dos señoras, de balcón a balcón y cada una en su banqueta, se asoman, minutos antes de las ocho, y se ponen a hablar tan tranquilamente. No les oigo, pero no tienen prisa. Pocos la tienen, al menos, estos días, donde hay más incertidumbres que certezas. Hay trabajos que se destruyen sí, pero volverán. Paciencia. Y los que se mantienen no queda otra que dar el do de pecho. De todo este caos que se ha montado con el coronavirus del que no sabemos cuándo ni cómo vamos a salir más vale aprender algo. Empecemos por tomar nota de la solidaridad y agradecer a todos los que se esfuerzan, día a día, en que podamos seguir con nuestra vida. Aunque sea a pesar de los pesares.

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