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El término japonés 'shinrin yoku' significa baño de bosque. Y hace referencia a una metodología creada hace 40 años en el país nipón con el objetivo de disminuir el estrés de la población y poner en valor los espacios naturales. Una práctica que ya ha llegado a San Sebastián y que la Fundación Cristina Enea quiere fomentar con las sesiones que organiza en varios bosques de la ciudad. La próxima cita se celebra este sábado en el monte Ulia, de la mano de la asociación Basona, y pretende llevar a las personas participantes a estados de relajación y bienestar solamente a través de las herramientas que ofrece la naturaleza. Más allá de esa convocatoria puntual, la propia fundación y Donostia Kultura han llegado a un acuerdo de colaboración para que esta práctica de origen japonés se incluya desde este otoño en la programación cultural donostiarra con jornadas que se van a celebrar en el parque de Aiete.
Los procesos de globalización que conectan a todos los países del mundo en términos sociales, económicos, políticos o culturales, también lo hacen en el ámbito sanitario. Afecciones cardiovasculares, respiratorias y de salud mental y el estrés son comunes en los países más desarrollados y las soluciones para hacerles frente también son cada vez más universales. De ahí que estos baños de bosque hayan llegado hasta nosotros para quedarse con el objetivo de intentar hacer frente a los problemas físicos y mentales que el día a día produce.
Violeta Torán, de la asociación Basona, será la encargada de dirigir la sesión de baño que comenzará el próximo sábado a las 9.30 horas, que se realizará en euskera, y para la que hace falta inscribirse en la web de la Fundación Cristina Enea. Cuenta que la práctica se hace con el fin de «conectar con la naturaleza a través de los sentidos». Para ello, tratan que las personas participantes en las sesiones experimenten los estímulos que ofrece el bosque –sonidos, colores, texturas...– en una cita que, «según diferentes estudios, aporta beneficios tanto físicos como mentales».
Entre las primeras, «podemos destacar que las sesiones de baños de bosque sirven para reforzar el sistema inmunológico, mejorar la salud cardiovascular y evitar el sedentarismo», mientras que entre las principales aportaciones mentales cita las que pueden ayudar a «gestionar el estrés y fomentar habilidades como la memoria, la concentración, la creatividad y la intuición».
Torán quiere dejar claro que el 'shinrin yoku' «no es un paseo por el monte o un recorrido para identificar plantas y animales», sino que va más allá, llevando a las personas que participan a estados de relajación y bienestar. Además, entre los beneficios que aportan estas sesiones, la responsable de Basona destaca las ventajas sociales, ya que «fomenta la cohesión de grupo y la interacción social».
Más allá de esta sesión del sábado, este año los donostiarras podrán disfrutar de un amplio programa de baños de bosque durante todo el año, gracias al acuerdo al que han llegado la Fundación Cristina Enea y Donostia Kultura.
Las sesiones organizadas se celebrarán una vez al mes en el parque de Aiete desde el próximo mes de octubre. «Estas sesiones son fruto del proyecto piloto de baños de bosque llevado a cabo en el último año por la Fundación Cristina Enea y el Ayuntamiento, y por primera vez se ha organizado un amplio programa dirigido a la ciudadanía», señalan.
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Fernando Morales y Sara I. Belled
Amaia Núñez
Patricia Rodríguez e Izania Ollo | San Sebastián
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