Las baserritarras dispondrán en marzo de una nueva estructura acristalada en la plaza de la Bretxa para continuar con su actividad de forma segura y cómoda. Así lo anunció ayer el alcalde, Eneko Goia, tras el visto bueno al estudio de detalle del planeamiento aprobado ... por la Junta de Gobierno Local. Las obras comenzarán a principios del 2023, a mediados de enero, para que no existan afectaciones al comercio durante las fechas navideñas, y durarán dos meses.
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La nueva pérgola, que se ubicará en la fachada sur del antiguo mercado, tendrá una anchura máxima de 5 metros y una altura mínima de 3,5 metros. La longitud será igual a la de la fachada del edificio Boulevard y estará separada como mínimo 20 centímetros del edificio, de modo que los elementos de cierre no tocarán la pared. Goia señaló que «la actividad de los baserritarras será protagonista de la nueva distribución de la plaza de la Bretxa, que dirá adiós al actual 'tupper' para ganar un gran espacio para el disfrute de los donostiarras».
La anterior pérgola que tuvieron como protección, en el lateral del edificio con vistas a la plaza Sarriegi cumplía a medias su función. El nuevo cierre ofrecerá una mayor seguridad y comodidad, según el estudio realizado. El proyecto ha sido supervisado por los diferentes departamentos del Ayuntamiento y las caseras solo esperan que no se les pongan pegas a no tener que recoger cada día la mesa donde se colocan los productos, algo que les ahorrará tiempo.
Entretanto, las obras que se llevan a cabo dentro del edificio Pescadería están muy avanzadas en sus diferentes plantas. El nuevo mercado, por ejemplo, ocupará a partir de la próxima primavera toda la planta baja de este espacio, con puertas a la calle en sus cuatro fachadas.
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El interior mostrará una imagen renovada. Las entradas desde la plaza de la Bretxa, Aldamar, San Juan y calle Iñigo formarán una cruz transitable por la clientela a partir de la cual se distribuirán los diferentes puestos de carniceros y charcuteros, con los 'pescateros' ocupando el cuadrante ubicado entre los accesos de San Juan y plaza de la Bretxa. Los asentadores esperan ilusionados el estreno del nuevo mercado, que les sacará del actual sótano y les devolverá a la planta de calle. «Han sido muchos años de obras, con la pandemia mediante, como para no desear iniciar la nueva fase de la historia de la Bretxa», afirman los comerciantes. En el sótano se reubicará un ampliado Lidl, que crecerá gracias al hueco que dejará el traslado de los asentadores a la planta baja. Contará con una nueva entrada desde la plaza con escaleras, ascensores y escaleras mecánicas para cumplir con las normas de accesibilidad.
La primera planta de Pescadería, con un total de 850 metros cuadrados, pretende ser para la empresa concesionaria Baika un «lugar de encuentro con los productores, un espacio de relación entre restauradores, hosteleros y público, donde se podrán celebrar eventos, presentaciones, cursos y catas».
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Tanto la obra de la cancha polideportiva como la del ambulatorio también avanzan hacia su final. La obra civil de la primera se entregará en enero y el Ayuntamiento espera adjudicar este mes los trabajos para habilitar el recinto deportivo, con un plazo de ejecución de 8-9 meses, por lo que no es previsible que esté para su uso público hasta final del verano de 2023. El nuevo centro de salud dependerá para su apertura del tiempo de equipamiento que emplee Osakidetza.
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