![Billetes de bus con récord Guinness y maquetas a mano a todo detalle](https://s3.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/201909/22/media/cortadas/autobus-5-kI0G-U90208764973w6E-624x385@Diario%20Vasco.jpg)
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La exhibición sobre la Compañía del Tranvía de San Sebastián que acoge la casa de cultura de Aiete no estaría completa si no fuera por la aportación de dos donostiarras cuya vinculación con los autobuses va más allá del de simples usuarios. Ellos son Fernando ... Izpura y Jon Garmendia, dos buenos amigos y comerciantes de la calle Matia que han cedido «con honor» sus respectivas colecciones de maquetas de vehículos y billetes antiguos.
La afición de ambos podría decirse que llegó casi de casualidad y por motivos relacionados con la salud. A sus 68 años, Fernando recuerda que todo empezó en el tiempo de baja que se cogió tras sufrir un ataque al corazón y que le obligó a estar año y medio alejado de la librería 'La información' que regenta en el número 3 de Matia. «Jon me pidió que le hiciera algo para decorar el escaparate de su carnicería, que está al lado -en el número 5-». Pues dicho y hecho. Antes de librero explica que fue relojero «y siempre se me ha dado bien andar con cosas pequeñitas». Compró una serie de maderitas pequeñas que, colocadas sobre cartón, le permitieron dar forma a un pequeño trolebús, de los que él recordaba de cuando era pequeño. Fue el primero de tantos, no sabe cuantos, «pero fácil más de cien».
En Aiete se expone uno de sus favoritos y que ilustra el paso del tiempo. Es un trolebús de la CTSS que entra por el túnel del Antiguo en 1951 y que sale por el otro lado ya en el año 2011 convertido en uno de los modernos autobuses de Dbus. En su colección también hay tranvías. «Recuerdo que a uno de los primeros que hice se me ocurrió ponerle un cartel de publicidad de la marca Louit. Y un dentista que lo vio me ofreció 100 euros por él porque su mujer se apellidaba así. Sacó el dinero y se lo di», comenta con una sonrisa. «Pero tengo más y una se la regalaré a Sergio, un chófer de Dbus que conozco desde que es niño», asegura.
La historia de Jon y su relación con los billetes de autobús empezó cuando era mucho más joven. Con 12 años -ahora tiene 53- se rompió el peroné por una caída cuando patinaba, lo que le obligó a empezar a coger el autobús para desplazarse al colegio. En ese momento se metió en su cabeza la necesidad de coleccionar los billetes de transporte desde el número 0 hasta el 999.
Una afición que le acompañó en su adolescencia y que se convirtió en reto cuando decidió que quería entrar en el libro Guinness de los récords. Algo que consiguió gracias a la colaboración de sus compañeros de la escuela. «Cuando la gente se enteró de mi objetivo empezó a ayudarme. Quería llegar a los 10.000 billetes. Y pasé de recopilar unos ciento y pico por semana a casi mil y pico. En apenas siete meses recolecté la cifra que buscaba», rememora sonriente mientras mira la vitrina que tiene expuesta parte de su colección.
En aquel entonces tenía 17 años. Fue a la librería de Fernando a comprar el libro Guinness para rellenar el formulario de la parte trasera e inscribirse. El año siguiente su nombre apareció con el logro de haber reunido 13.500 tickets de autobús. Hubo otros que superaron esa cifra más adelante. En concreto un catalán que llegó a sumar cerca de un millón de papeletas gracias a que heredó una colección ya empezada de su padre, relata Jon. «Pero yo tenía mucha más variedad de países», matiza.
Concretamente, había acumulado billetes de 118 naciones diferentes. «Tenía uno del Vaticano; otro de la isla Stewart, la isla más baja de Oceanía; de Ushuaia, en Argentina… Desde luego yo tenía más variedad». Muchas de ellas no por viajar hasta estos destinos, sino por pedírselo a las embajadas españolas situadas en estos países. «Mandé más de 200 cartas y al cabo de un tiempo empezaron a contestar: llegaban respuestas con billetes de Burkina Faso, isla Stewart... E incluso recibía valijas diplomáticas desde Rusia, Canadá, Israel, Sudáfrica... En Correos hacían apuestas para ver de dónde sería la siguiente en llegar», comenta.
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