La Bretxa, 125 años con fachada al Boulevard
Comercio. ·
El mercado busca su enésima transformación al cumplirse siglo y cuarto de su ubicación en un edificio cerrado y con cubiertaComercio. ·
El mercado busca su enésima transformación al cumplirse siglo y cuarto de su ubicación en un edificio cerrado y con cubiertaEl incendio y destrucción de la ciudad en 1813 marcaron el hueco por donde entraron las tropas anglo-portuguesas y el lugar donde a futuro se ubicaría el mercado de la ciudad. El derribo de las murallas medio siglo después permitió su construcción en la ... zona que hoy conocemos. Pero este espacio ha sufrido multitud de variaciones a lo largo de la historia.
Publicidad
Los planos originales del primer mercado los dibujó en 1870 Antonio Cortázar, el arquitecto que trazó el Ensanche de la ciudad tras el derribo de las murallas, y ese primer edificio abierto fue completado en 1899 con un proyecto de José Goicoa que cerró el mercado por sus cuatro costados mediante una fachada al Boulevard –la que conocemos hoy– y le puso cubierta. En el año 1928 se construyó el edificio de la Pescadería, con proyecto de Juan Rafael Alday.
Noticia relacionada
El Plan Especial de Reforma Urbana redactado en 2017 para acometer la actual transformación de la Bretxa incluye una memoria histórica de los orígenes del mercado, que ya aparecía en las previsiones del arquitecto Pedro Manuel Ugartemendia en sus planes para reconstruir la ciudad tras el incendio de 1813. El replanteo que hizo este arquitecto en 1841 de la nueva ciudad delimitó la futura ubicación del mercado en la «manzana número 27», que coincide con su actual ubicación. Pero la construcción del mercado que hoy conocemos tuvo que esperar medio siglo hasta al derribo de las murallas (1863) para hacerse realidad.
En el año 1850, concluida la reconstrucción intramuros de la ciudad, la Parte Vieja quedaba conformada principalmente por cinco calles en orientación norte-sur y otras tantas en sentido este-oeste. La calle San Juan y la calle Iñigo, que delimitan el área futura de la Bretxa, ya existen, al igual que la plaza Sarriegi y Enbeltran, San Lorenzo, Fermín Calbetón y Pescadería, calles que, sin embargo, no llegan a tener el recorrido completo actual y desembocaban en un gran espacio sin definir, «delimitado con fortificaciones al este y al sur».
Publicidad
En 1862 se convoca el concurso para la expansión urbanística de la ciudad y un año después se logra y se inicia el derribo de las murallas, unas demoliciones parciales que se completan en el año 1864. El debate sobre la ciudad balnearia o la ciudad mercantil vinculada al puerto lo ganan los primeros y el Boulevard, convertido en una alameda, se integra en el proyecto de Ensanche de Antonio Cortázar, que incluye un nuevo mercado en la ubicación que hoy conocemos, un espacio vacío y sin definición desde 1813.
La construcción del edificio del mercado de la Bretxa se llevó a cabo en 1870, con proyecto de Cortázar. Era un edificio con forma en planta de U, con el lado abierto de cara al Boulevard, que tenía un patio central descubierto y cerrado mediante una verja de hierro. Pese a que aquellos tiempos proliferaban los mercados construidos con grandes estructuras de hierro y cristal, siguiendo el ejemplo de Les Halles de París, Cortázar apostó por una construcción con muros de sillería y aberturas en su parte superior para ventilación e iluminación, dejando la estructura metálica para la cubierta. Su emplazamiento frente al mar y la desembocadura del Urumea (no existía entonces el Ensanche Oriental ni Reina Regente) aportaba suficiente ventilación y, además, una construcción con hierro hubiera elevado sustancialmente el coste de las obras.
Publicidad
Tres décadas después, en 1898, el arquitecto José de Goicoa inició la segunda fase de construcción del mercado cubriendo el patio central, dando origen a una nave más ancha y cerrando el edificio con un nuevo tramo de fachada al Boulevard, la que hoy conocemos, «siguiendo el criterio compositivo de los testeros del primer edificio». Probablemente, la aparición de la nueva cubierta por encima de la fachada fuera un inconveniente que Goicoa quiso paliar «anteponiendo un remate central sobre la cornisa consistente en un orden menor apoyado por volutas laterales en donde se sitúa el reloj» que hoy preside el edificio.
Hoy se cumplen 125 años de la apertura del este mercado cubierto y cerrado con fachada al Boulevard que, en su cornisa, recuerda las dos fechas de construcción de su primera y segunda fase (1870-1899). Durante esa época, el edificio sufrió varias modificaciones, según recuerda el Plan Especial de la Bretxa, «con aperturas de verjas, puertas, cierre y cubrición de paños entre pilastras. Se añadieron también diferentes estructuras para puestos temporales y fijos, pegadas al edificio en el lado de la plaza de la Bretxa, inicialmente construidas en madera y finalmente con un pórtico de estructura de hormigón y cubierta plana».
Publicidad
En el año 1928 se construyó el edificio de Pescadería que hoy conocemos, con proyecto de Juan Rafael Alday. Pero anteriormente, en esa misma ubicación, se construyeron y derribaron dos edificios: la primitiva pescadería construida por Joaquín Ramos Echeveste, en el año 1842, derribada en 1898-1899, y el edificio del año 1901, probablemente de Goicoa y que no llegó a durar 30 años.
La plaza de la Bretxa y las calles que delimitan el área, aun habiéndose identificado como espacio público de referencia en el propio Plan de Ugartemendia, eran un vacío urbano desde los primeros derribos de las murallas. Posteriormente, el espacio fue ocupado por todo tipo de estructuras fijas y temporales, edificios de madera y hormigón, el parque de Bomberos, kioscos, bancos de madera y piedra, puestos para las baserritarras, pérgolas metálicas y diferentes pórticos pegados al mercado que daba al Boulevard.
Publicidad
En el año 1999, un siglo después del proyecto de Goicoa para el mercado con acceso desde el Boulevard, y 70 años después del proyecto de Alday para la Pescadería, los dos edificios, la plaza y toda el área de la Bretxa fueron nuevamente objeto de una profunda transformación, siendo los dos edificios vaciados y ocupados por el centro comercial Bretxa. La plaza se conectó con los sótanos de los dos edificios y enlazó con el parking subterráneo del Boulevard, que fue vaciado y construido también en esa misma época. El mercado se trasladó al sótano de la plaza, dejando el resto de los edificios con usos comerciales, terciarios y de servicios. Un gran estructura de acero y cristal –el denominado espacio Cánovas– ocupó el centro de la plaza y una pérgola metálica se colocó en el lateral del edificio del Boulevard, frente a la plaza Sarriegi, para resguardar a las caseras, hoy instaladas en unas jaimas provisionales mientras se ejecuta la última transformación de la Bretxa.
El mercado busca ahora su nueva identidad en medio de una batalla jurídica del Ayuntamiento con el último concesionario del centro comercial, que dejó paradas las obras durante más de un año sin dar explicaciones. El consistorio ha tomado ya las riendas del proyecto y los trabajos se han reactivado con la urbanización del entorno. La clave es rematar la transformación interior del edificio Pescadería, donde se reubicarán los asentadores del mercado en su planta de calle. Si el nuevo mercado se abre en la primavera de 2026, como aseguran los responsables de la Sociedad de Fomento, sería como para labrar esa fecha en piedra tras los innumerables avatares que ha tenido que superar el proyecto.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.