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Plaza de la Bretxa, San Juan, Iñigo y Aldamar. Los cuatros lados del edificio Pescadería tendrán un acceso directo al nuevo mercado que su ubicará en la planta baja. Tras los derribos, la rehabilitación de las fachadas y la renovación integral de la cubierta, comienza ... ahora la tercera y última fase del proyecto que consiste en la adecuación interior del inmueble para permitir los nuevos usos. El gobierno municipal dio ayer el visto bueno al proyecto, autorizó unas obras que se prolongarán durante 15 meses y aprobó su coste: 9,2 millones de euros, de los que 3,8 millones correrán de su cuenta.
El nuevo mercado de la Bretxa, con los asentadores (pescateros y carniceros) reubicados en la planta baja del edificio Pescadería, se abrirá al público en poco más de un año. El alcalde, Eneko Goia, señaló en la rueda de prensa posterior a la junta de gobierno, que pese a que las obras de la última fase del proyecto tienen 15 meses de plazo el mercado podría reabrir «a finales de 2022». Es algo improbable, aunque los trabajos vayan como un reloj. Los asentadores no quieren ni oír hablar de un traslado en plenas Navidades, uno de los meses más importantes en cuanto a ventas, con lo que es previsible que el estreno se produzca a comienzos de 2023.
El Ayuntamiento dio ayer el visto bueno al proyecto de acondicionamiento interior del edificio, cuyo presupuesto final asciende a 9.256.487 euros. El importe que sufragará la administración municipal es de 3.870.890 euros, casi 900.000 euros más de lo previsto inicialmente. La pandemia no solo ha retrasado los trabajos sino que los ha encarecido en los últimos meses en todo el sector de la construcción. Un informe de la Dirección municipal de Proyectos y Obras explica que el presupuesto de las obras «se considera conforme a los precios de mercado actual».
La principal novedad en el proyecto es que el nuevo mercado tendrá un acceso peatonal por fachada. Es decir, que se podrá entrar al mismo desde cualquiera de las cuatro calles que lo delimitan: plaza de la Bretxa, San Juan, Iñigo y Aldamar. El último acceso en aparecer en el proyecto es el de Aldamar, en cuya fachada habrá otro acceso para subir al ambulatorio (plantas 1, 2 y 3) y a la zona deportiva (planta 2 y entreplanta). Muy cerca ya de la plaza de la Bretxa, esta calle alojará una puerta de acceso que conducirá a los clientes a la zona de hostelería que habrá dentro del nuevo mercado. Los asentadores, hoy ubicados en la planta sótano, suben a la planta de calle en el futuro mercado. Así, quienes entren por la puerta ubicada en la plaza de la Bretxa se toparán a la derecha con la tienda Bacalao Uranzu y, un poco más dentro, con las carnicerías Etxezarreta y Prontxo. Los clientes que accedan al mercado por la calle San Juan se encontrarán con la pescadería Espe, a la derecha, enfrente tendrán a Bretxoliva y a la izquierda a Kristina Belardenda. Por último, los que opten por acceder al mercado por la calle Iñigo tendrán en los primeros metros a la charcutería Quintela (izquierda) y la charcutería Iñaki Vega (a la derecha).
En el sótano se quedará un ampliado Lidl, que se desplazará a la zona hoy ocupada por charcuterías y pescaderías. Su actual ubicación será empleada para alojar un centro logístico, una zona de residuos y para emplazar almacenes, vestuarios, local de hielo y dos obradores de los asentadores de la planta baja.
Ahora se trata de hacer realidad el nuevo mercado con las obras de acondicionamiento de la última fase, que no solo afectan al edificio Pescadería, sino que también permitirán reordenar la plaza de la Bretxa trasladando a las caseras en la fachada norte del edificio Boulevard, eliminando el 'túper' y generando un nuevo y redimensionado acceso, pegado a Aldamar, hacia la planta sótano.
Eneko Goia explicó que las obras que ahora comienzan «son un hito importante en el avance de los trabajos para la ejecución de un proyecto de gran relevancia para la zona. Es el paso definitivo para adecuar el edificio a sus futuros usos». A principios de 2023 abrirá el nuevo mercado y a lo largo de ese año lo harán el resto de los equipamientos: ambulatorio, fundación y cancha polideportiva.
DV visitó ayer el edificio Pescadería donde ya es posible apreciar las condiciones que tendrán los nuevos equipamientos. La reforma integral de la cubierta va a permitir una poderosa entrada de luz natural, tanto a las diferentes plantas del nuevo ambulatorio como a la cancha polideportiva que se ubicará en la segunda planta. En el primer caso, este efecto se producirá gracias a un patio central que trasladará la luz de la claraboya central a las tres plantas y a los grandes ventanales del edificio. En el caso de la zona deportiva, la iluminación natural se deberá a su cercanía a la claraboya de la cubierta y al ventanal corrido de la mansarda (plano inclinado) del edificio.
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