El domingo no solo miles de personas aprovecharon el levantamiento de las medidas restrictivas de movilidad para visitar Gipuzkoa, también lo hizo un buitre negro. Este ejemplar fue avistado por el ornitólogo Xabier Saralegi en la zona de Antondegi, terrenos cercanos al Polígono 27 ... de Martutene en Donostia. Tras cinco minutos sobrevolando estos terrenos, el animal se desplazó hasta la zona de Txoritokieta, punto en el que los observadores le perdieron la pista. «Es muy raro avistar un buitre negro y muy complicado verlo tan cerca », destaca Saralegi.
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Los buitres pueden tener una envergadura, distancia entre las dos puntas de las alas de un ave cuando están completamente extendidas, de más de dos metros. Estas aves aprovechan las corrientes térmicas para planear, y las fuertes ráfagas de viento Sur de este fin de semana han podido contribuir a la aparición de esta especie de rapaz en Gipuzkoa.
«Es raro ver un buitre negro en Gipuzkoa aunque no es excepcional, pero no hay constancia gráfica», asegura el ornitólogo de Aranzadi, Juan Arizaga. Este ejemplar estaba anillado, por lo que los miembros de la asoaciación Itsas Enara Ornitologia Elkartea han determinado que el ave procedía de la Sierra de Guadarrama, a 300 kilómetos de Gipuzkoa. . «Al ver que el buitre estaba anillado descubrimos su lugar de origen, algo aún más raro que daba más valor al hallazgo», señala el ornitólogo Xabier Saralegi.
En la península Ibérica viven cuatro especies de buitre. El Leonado es el más conocido y el que habita en Gipuzkoa y vive en acantilados como en los de Jaizkibel. El negro es el más grande, vive en Castilla y León y anida en las copas de pinos o encinas. Esta especie estuvo al borde de la extinción pero con programas de conservación las autoridades han conseguido que no desaparezca. El Quebrantahuesos vive en el Pirineo y en las zonas navarras de Isaba y Urbasa. El alimoche es de color blanco y en invierno emigra a África.
El buitre es un animal que se mueve mucho en busca de carroña y sólo ataca a los animales muertos o moribundos. En primavera, paren las yeguas después de once meses de gestación. Un momento que puede llegar a ser peligroso para el potro recién nacido y la madre si el alumbramiento se produce en el prado por el acecho de los buitres al observar a los animales débiles.
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