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Arbaizenea, la finca de Cayetano Martínez de Irujo que ha vuelto a la actualidad por las conversaciones que mantiene el duque de Arjona con el Ayuntamiento de San Sebastián para acordar una nueva delimitación de los terrenos, mantiene intactos los recuerdos de toda una época marcada por los veraneos de la duquesa de Alba en San Sebastián. Hemos visitado esta semana el palacio y sus jardines, con Cayetano Martínez de Irujo como anfitrión. «No he tocado nada, la casa está igual que cuando murió mi madre», resume.
Historia de Arbaizenea. La finca es la aportación del primer marido de la duquesa, Luis Martínez de Irujo Artázcoz, al matrimonio en 1947 con Cayetana Fitz James Stuart. Este palacio y sus jardines llegaron a tener casi 15 hectáreas cuando el bisabuelo de Cayetano, Carlos Martínez de Irujo y del Alcázar, marqués de Casa Irujo y duque de Sotomayor, agrupó varios caseríos e hizo construir esta casa de estilo inglés en 1881. Un palacio rodeado de jardines, hoy limitados a dos hectáreas, que aún guardan la atmósfera que rodeaba las casas de campo señoriales del siglo XIX: estructura y elementos ornamentales de madera pintados de rojo bermellón, tejados de pizarra y chimeneas de ladrillo. Toda la envolvente está cubierta por una hiedra que tiene, como el palacio, siglo y medio de vida.
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Estructura y distribución de la finca. La casa tiene cuatro plantas de 480 m2 cada una: en el sótano se distribuyen las cocinas, los cuartos de plancha y almacenes; en la planta principal Martínez de Irujo nos mostró el recibidor, flanqueado por los sombreros que se ponía su madre durante sus estancias en la ciudad, el comedor, el salón y el despacho, así como la capilla. «Todos los domingos el padre Mocoroa venía a dar misa y después se pegaba unos desayunos...», explicó el heredero de Arbaizenea. Cayetano rezó en esa capilla cuando era niño en los últimos días de vida de su padre, una época amarga para él durante años porque no le dejaron despedirse de él en vida.
En el vestíbulo principal destaca un gran retrato de la duquesa de Alba y un coqueto mueble inglés del siglo XIX donde reposa un antiguo teléfono de latón. Las estancias están llenas de fotos, alguna de él con su exesposa Genoveva y también se puede ver alguna del rey Alfonso XIII firmada por el monarca.
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Mobilidario y decoración de Arbaizenea. El mobiliario de la casa es de estilo victoriano y colonial a juego con la decoración de estilo inglés y las tapicerías de cretona con flores coordinadas con los papeles pintados, todo en un ambiente campestre muy 'british' al gusto de una duquesa educada en Inglaterra. Sorprenden al visitante la altura de los techos, los zócalos pintados, la tarima de pinotea y la espectacular escalera de madera que conduce a la planta de los dormitorios. Preguntamos a Martínez de Irujo por los cuadros que cuelgan en el vestíbulo casi al mismo tiempo que nuestro fotógrafo, Fernando de la Hera, descubre que uno de ellos tiene la firma de Van Dyck, el pintor flamenco más destacado del período barroco.
El duque de Arjona nos dejó entrar en la habitación de su madre, pero nos pidió no hacer fotografías por «respeto», un dormitorio espectacular que aún guarda todas las reliquias de Cayetana, incluidos «sus vestidos y camisones» y las figuritas de porcelana que jalonan todos sus tocadores y mesitas.
20.000 metros cuadrados tiene Arbaizenea, ubicada en el número 37 de la calle San Roque.
450 metros cuadrados tiene cada una de las cuatro plantas de la casa, que solo en la principal dispone de 8 dormitorios
Habitaciones de invitados. Aparte de este singular dormitorio con dos orientaciones hay otros siete en la primera planta de la casa. Desde este piso se accede por una escalera secundaria a la buhardilla donde están las habitaciones del personal de servicio y que en la actualidad se usan para los invitados de Martínez de Irujo, quien nos muestra algunos problemas de humedades que surgen de vez en cuando en algún cuarto. «Cada vez que llega una reparación se me erizan los pelos», explica. Los papeles de las paredes cuando se despegan los vuelven a pegar porque ya no se encuentran estos materiales.
Desde la buhardilla se puede acceder al tejado, desde donde se divisa a los lejos la pista de tenis, «la segunda más antigua de España», donde la duquesa de Alba se ejercitaba con el histórico profesor del Club de Tenis, ya fallecido, Pablo Jiménez.
Jardines de Arbiaizenea. Los jardines de Arbaizenea esperan a que en breve broten las hortensias, nos dice Virginia, una de las empleadas de la casa que lleva 24 años con la familia, los últimos seis en Donostia. Son dos hectáreas de terreno en el corazón de San Sebastián y con vistas privilegiadas sobre la ciudad. El palacio de Arbaizenea llegó a tener más de 14 hectáreas de terreno, fruto de la suma de la tierras de tres antiguos caseríos: Txanpoene, Arruene y el propio Arbaisenea. En sus inicios, la finca estaba rodeada de un jardín paisajístico con denso arbolado, diseñado seguramente por Pierre Ducasse. Los setos de hortensias son su mayor seña de identidad.
Tras la visita, Cayetano Martínez de Irujo nos deja con Virginia para que nos enseñe la casa, mientras él pregunta si Eduardo está listo para llevarle al aeropuerto.
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Javier Bienzobas (Texto y Gráficos) | San Sebastián
Iñigo Puerta e Iñigo Puerta
Rocío Mendoza | Madrid y Lidia Carvajal
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