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Cayetano Martínez de Irujo, hijo de la Duquesa de Alba, quiere explotar y poner en valor la finca Arbaizenea y está en un proceso de consultas con el Ayuntamiento de San Sebastán para informarse de los procedimientos urbanísticos que tendría que seguir para lograr este objetivo. El Conde de Salvatierra ha planteado al propio alcalde, Eneko Goia, su idea de que la parcela pueda ser utilizada también por el propio consistorio para sus eventos.
La última reunión entre Martinez de Irujo y Goia se produjo este miércoles en Ijentea, pero ha habido otros encuentros en los últimos meses en los que también ha participado la concejala de Urbanismo, Nekane Arzallus.
La finca tiene unos 20.000m2 de superficie exterior y en ella se pueden celebrar eventos, por ejemplo bodas, con hasta 1.000 invitados. El Palacio de Arbaizenea dispone de dos carpas, la principal, de 500 metros cuadrados, y una segunda de ambiente chill out, según indica en su página web. Cayetano Martínez de Irujo cree que las posibilidades que tiene la finca deben ser más ampliamente explotadas no solo por empresas sino por instituciones públicas como el Ayuntamiento de San Sebastián, algo que, según fuentes municipales, se ve con buenos ojos. De momento todo está «en fase de consultas» y no hay ninguna decisión tomada por los propietarios.
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La casa ha sido puntualmente utilizada por la familia y sus hijos celebraron en 2019 su puesta de largo. Genoveva Casanova, exmujer de Cayetano Martínez de Irujo, acostumbra a visitar la ciudad de forma asidua residiendo en esta finca durante sus estancias. La mexicana pasó el confinamiento en 2020 en la finca, es habitual que disfrute de días de vacaciones en verano y la última vez que se tuvo constancia de sus presencia fue en noviembre cuando se refugió tras la polémica suscitada por la publicación de unas fotografías con Federico de Dinamarca.
El Palacio es uno de los pocos ejemplos que quedan en Donostia de las casas de veraneo del siglo XIX que construyó la aristocracia y alta burguesía y, sin duda, es la mejor conservada gracias al empeño de sus propietarios, según explicaron Lola Horcajo y Juan José Fernández Beobide en un reportaje publicado en El Diario Vasco en 2021. Aunque la mayoría de los donostiarras la conocen como la villa de la duquesa de Alba, el origen de la finca de Arbaisenea se remonta a 1881 cuando Carlos Martínez de Irujo y del Alcázar, III marqués de Casa Irujo y duque de Sotomayor (bisabuelo de Cayetano, el actual propietario), agrupó los terrenos de varios caseríos e hizo construir esta villa.
Esta familia provenía de Beriin, una población de Tierra Estella. El bisabuelo de Carlos había emigrado a la corte donde llegó a altos puestos del reino. Su hijo, embajador en Filadelfia, obtuvo el título de marqués. Su nieto, padre de Carlos, llegó a ser presidente del consejo de ministros en 1847. Carlos llegaría a ser Mayordomo mayor de Alfonso XIII y Jefe Superior de Palacio.
Casado primero con María Caro Szechenyi, hija del marqués de La Romana, tuvo 10 hijos, muriendo María en 1897, en un nuevo parto, en Arbaisenea, donde había pasado «sus más felices meses del año rodeada de hermosas arboledas en las que jugaban sus hijos», según reseñaba la prensa. Años después, en 1932, la familia vendió la finca al arquitecto Fausto Gaiztarro. Fue el quinto hijo de este matrimonio, Luis Martínez de Irujo Artázcoz, quien heredaría la finca. Casado en 1947 con Cayetana Fitz James Stuart, quien luego fuera la XVIII duquesa de Alba, Arbaisenea fue una de sus más queridas posesiones, convirtiéndose a partir de entonces en la casa de veraneo de esta numerosa familia de 6 hijos. Luis falleció en 1972, pero la duquesa no faltó un solo verano a su cita donostiarra hasta 2014, (falleció en noviembre de ese año). La duquesa decidió legar Arbaizenea a su quinto hijo Cayetano (1963) dado el gran afecto que tenía por esta casa, por ser la única proveniente de su padre.
Arbaisenea está construida en estilo pintoresco o cottage inglés. La estructura y los elementos ornamentales son de madera, y los tejados de pizarra con chimeneas de ladrillo. El edificio apenas ha sufrido cambios desde su construcción en 1881, aunque se añadió una torreta en 1897 con planos del arquitecto José Clemente Osinalde, posiblemente su autor original.
La casa posee cuatro plantas de 480 m2. En el sótano se hallan las cocinas, cuartos de plancha, almacenes, etc. En la planta principal se distribuyen las estancias de recibir, el comedor, el salón y el despacho, así como la capilla. Del amplio hall central arranca la magnífica escalera de madera que conduce a la primera planta donde se encuentran los 8 dormitorios de la familia e invitados. Por una escalera secundaria se accede a la buhardilla con las habitaciones del personal de servicio.
Arbaizenea estaba rodeada de un jardín paisajístico con denso arbolado, diseñado seguramente por Pierre Ducasse. La finca llegó a tener más de 14 hectáreas de terreno, suma de tres antiguos caseríos: Txanpoene, Arruene y el propio Arbaisenea.
Tras un convenio con el Consistorio, en 1999, se vendieron tres hectáreas de terreno para construir viviendas (urbanización Arbaisenea Berri). Su importe fue donado por la duquesa a la Hermandad del Cristo de los Gitanos de Triana (Sevilla), de la que era Camarera Mayor. El resto de terrenos, que bajan hasta Morlans se cedieron para dedicarlos a parque público, (todavía sin ejecutar). Arbaizenea conserva dos hectáreas de jardines con sus setos de hortensias bordeando los caminos y todo el encanto de una casa de campo del siglo XIX.
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