Gorka Rueda, director gerente del cementerio de Polloe. Michelena

Un paseo por la ciudad de Polloe

Urbanismo verde y generoso. Construido a la manera del Ensanche Cortázar, el cementerio destaca por sus amplias avenidas a sotavento y su abundante arbolado

Cristina Turrau

San Sebastián

Domingo, 1 de noviembre 2020, 07:46

Calles anchas y rectas, manzanas bien ventiladas, con una dotación suficiente de paseos...'. Esta cita pertenece a la memoria descriptiva del Proyecto de Ensanche Cortázar de 1864 para San Sebastián pero bien podría aplicarse al cementerio de Polloe. Así comienza la guía que la historiadora ... del arte María Ordóñez, junto con Ana Fontán, realizó del cementerio de Polloe y se publicó en 2018. En un día en el que recomiendan no acudir al camposanto para evitar aglomeraciones, proponemos un paseo virtual por la historia y los personajes ilustres enterrados en Polloe. «Es un cementerio ejemplar», explica María Ordóñez. «He visitado muchos camposantos y pocos son como éste, accesibles, equilibrados y de un tamaño ideal».

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Polloe está hecho a la medida de San Sebastián. «Se concibió a la manera del ensanche de la ciudad, con calles anchas y rectas, con manzanas de viviendas bien ventiladas», explica. «Por el cementerio de Polloe puedes pasear. En otros, hay problemas para acceder a alguna sepultura porque, o están juntas o no existen calles como en el de Donostia. Creo que Polloe es ejemplar por su urbanismo. Accedes a los sepulcros y puedes contemplarlos. No solo se trata de enterramientos; hablamos de obras de arte realizadas que es necesario conocer».

El interés por el cementerio de Polloe le llegó a María Ordóñez como estudiante de Historia del Arte. «El autor de la catedral del Buen Pastor tiene varias capillas funerarias en Polloe. La obra ha salido de la misma mano y del mismo gabinete de arquitectos. Paseando por el cementerio se demuestra que lo que hay en la ciudad de los vivos está en la ciudad de los muertos».

El vínculo comenzó con la publicación del artículo 'El romanticismo funerario en Polloe' en la revista de Eusko Ikaskuntza. Desde la gerencia del cementerio, entonces al frente de Juanjo Martínez, contactaron con la autora. Nacida en Zizurkil, estudió Historia del Arte en Salamanca, donde ahora reside.

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A Gorka Rueda, director gerente de Polloe desde 2010, le ha tocado ocuparse de la publicación de la guía. «Es un trabajo abierto, porque pueden irse añadiendo más personajes y sepulturas», dice. «Puede accederse a ella a través de la página web». Defiende que la ciudad de los muertos es una parte de la ciudad y afirma que trabajar en Polloe ayuda a relativizar. «Aunque procuras no involucrarte con el servicio que prestas, porque podría ser un poco deprimente, te hace ver que nadie es imprescindible y ayuda a dar a las cosas la importancia que merecen».

Historia de Polloe

  • Desde 1878 La zona se eligió como nuevo cementerio en 1875 y la obra estuvo a cargo del arquitecto José de Goicoa

  • Moradores ilustres Bilintx, Raimundo Sarriegui, Miguel Mihura, Usandizaga o Clara Campoamor reposan aquí

La inscripción de la entrada de Polloe así lo aconseja. En 1882 desde el consistorio se sugiere que en la puerta del camposanto se labre la inscripción de Agustín Iturriaga que estaba en el antiguo cementerio de Hernani, aunque no invite a la alegría: 'Pronto dirán de vosotros lo que suele ahora decirse de nosotros. ¡Murieron!'.

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Polloe tiene su fecha clave y es la del incendio de la ciudad, el año 1813. Con la destrucción de San Sebastián terminaron las inhumaciones en San Vicente y Santa María y se organizó el primer cementerio municipal 'extramuros', en el barrio de San Martín. A mediados del siglo XIX fue ampliado con un segundo cementerio en el cerro de San Bartolomé. En 1864 se buscó una reubicación, ya que estos dos camposantos impedían el avance urbanístico de la ciudad tras el derribo de las murallas. Polloe fue el lugar elegido en 1875, con la obra a cargo del arquitecto José de Goicoa Barcáiztegui, ayudado por el maestro de obras Juan Muguerza. La bendición del cementerio fue el 12 de agosto de 1878.

La ruta que ofrece el cementerio de Polloe es también de personajes ilustres. «No podíamos hacer una ruta con todos ellos», explica María Ordóñez. «Era moverte por el cementerio sin seguir una línea continua». Optaron por un deambular por ese agradable 'ensanche' dedicado a los muertos. «Aparecieron personajes importantes de la industria de San Sebastián y su territorio, del mundo del comercio o de la cultura. Así salió la ruta. Queríamos que la gente paseara, conociera el cementerio».

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El visitante puede encontrar en Polloe el panteón de Antonio Cortázar Gorria, autor del Ensanche Cortázar, premiado en la Exposición Universal de 1888 en Barcelona. Fue el predecesor de una saga de notables arquitectos, enterrados en este panteón, entre ellos, su hijo, Ramón Cortázar Urruzola o su yerno, Manuel Echave Zalacaín. Entre todos, dejaron un extenso legado arquitectónico en San Sebastián, entre ellos, el edificio de Kutxa de Garibay, el antiguo Balneario de La Perla, la Caseta Real de Baños, el Bellas Artes, las estaciones del Ferrocarril del Urola o la catedral del Buen Pastor y muchos panteones del cementerio de Polloe.

También, el del poeta y bertsolari Bilintx, diseñado por José de Goicoa. Bilintx murió en 1876 en su puesto de conserje en el Principal por una granada lanzada el día de San Sebastián por las baterías carlistas.

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Espera al paseante la tumba de Joaquín Calbetón Legarra y su hijo Fermín Cándido Calbetón, juristas y miembros del círculo de políticos liberales que a lo largo del XIX quisieron convertir a San Sebastián en una ciudad moderna y próspera. El nombre de la calle Puyuelo, en la que había nacido Fermín Calbetón, fue cambiado por el de éste tras su muerte por decisión del consistorio. Homenaje obligado de un donostiarra es a Raimundo Sarriegui Echeverria, nacido también en la antigua calle Puyuelo. En San Sebastián, por caprichos del destino reposan los restos de la familia Mihura: el padre Miguel, empresario teatral, y su hijo, el escritor Miguel Mihura Santos. Podemos visitar también los sepulcros del compositor José María Usandizaga, el pintor Ignacio Zuloaga, el escritor donostiarra Álvaro de Laiglesia, y el del autor de 'Tiempo de silencio', Luis Martín-Santos, donostiarra nacido en Marruecos. En Polloe reposan los restos de Clara Campoamor, a quien le debemos el derecho de voto de la mujer.

Del Romanticismo a las capillas neogóticas y la sencillez racionalista

María Ordóñez ha visitado muchos cementerios y sabe que son lugares que incorporan el estilo artístico predominante en cada momento. «Cuando se construye Polloe impera el Romanticismo, que juega con la idea de la muerte», explica. «A la entrada del cementerio está la capilla de Luzuriaga, en la calle San Martín, con sus elementos tétricos a base de murciélagos y calaveras. Va cambiando el estilo en los tiempos en que se construye la catedral del Buen Pastor, cuando surgen las capillas neogóticas majestuosas, como las que hay en Polloe. Y luego se va a la idea sencilla del Racionalismo, con el elemento simple de una cruz. En un cementerio como el de Polloe se puede contemplar muy bien cómo evolucionan los estilos artísticos y arquitectónicos de acuerdo a cada época».

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