Miguel Arenas, flanqueado por sus dos hijos, ante el bar Alaia de la calle Matía de Donostia DV

Cierra el bar Alaia tras 45 años en El Antiguo de Donostia

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El popular establecimiento de la calle Matía cierra este sábado sus puertas con una despedida con sus clientes

Jorge Sainz

San Sebastián

Viernes, 28 de abril 2023

Un nuevo clásico de la hostelería donostiarra baja la persiana. Se trata, esta vez, del bar Alaia, de la calle Matía del barrio de El Antiguo, que cierra este sábado sus puertas tras 45 años de andadura, al igual que ha anunciado otro de los ... bares que acompaña a donostiarras y visitantes desde hace décadas, y que también echa la persiana, el Tomás Gros.

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El Alaia es uno de los establecimientos más populares y con más solera de esta zona de la capital guipuzcoana, famoso por su tortilla de patata, a la altura de las mejores de la ciudad, y por ser punto de encuentro de los antiguotarras desde primera hora de la mañana en su concurrida barra y terraza.

El responsable del bar, Miguel Arenas, ha decidido cerrar esta larga etapa en la que lleva trabajando desde niño, al vencer el contrato de alquiler y preferir seguir otros derroteros. La noticia, aunque se intuía desde hace unos meses, ha provocado tristeza en El Antiguo aunque sus clientes y proveedores podrán tomar «la última» este sábado al mediodía, de doce a dos de la tarde, en una despedida que ha organizado Arenas para decir 'agur' como es debido.

Los «zarpazos» del Covid y de la guerra

El local, ubicado en el centro de la calle Matia, podría ser ocupado próximamente por otro negocio hostelero. Precisamente este bar fue uno de los protagonistas del reportaje publicado por este periódico en octubre del año pasado en el que Arenas confesaba los «zarpazos» que la pandemia del Covid había dado a su negocio. «Primero fue la pandemia y ahora la crisis energética ha sido la gota que ha colmado el vaso«, avisaba para hacer referencia también a los márgenes de beneficios »cada vez más pequeños«. «O subes el precio o trabajas más horas, más de las 12 diarias que ya metemos. Seguir así es imposible, la crisis nos ha hecho mucho daño y para trabajar gratis...», explicaba

En aquella ocasión Miguel Arenas señalaba también que es «hijo de taberneros y yo no les he conocido a mis padres. Estaban todo el día trabajando en el bar, desde las 5 de la mañana hasta las 12 de la noche, y yo no quería eso para mis hijos».

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