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Álvaro Batanero, montado en una copia de la Derbi original que llegó a pilotar, dentro de su establecimiento. Lusa
«He vendido 50.000 motos en Batanero»
San Sebastián

«He vendido 50.000 motos en Batanero»

Jubilación. ·

Álvaro Batanero cerrará el 30 de junio su negocio de venta y taller de vehículos de dos ruedas, con más de medio siglo de vida en el barrio de Gros de Donostia

Aingeru Munguía

San Sebastián

Martes, 25 de abril 2023, 02:00

Álvaro Batanero (San Sebastián, 1952) ha vendido 50.000 motos en su medio siglo de vida comercial en el barrio donostiarra de Gros y ahora, ya jubilado, le toca bajar la persiana. Sus hijos Susana y Félix continuarán con el negocio anejo de accesorios y moda motera, en el número 5 de la calle Miguel Imaz, pero la tienda de venta de motos y taller se cerrará probablemente a finales de junio. Una variedad de motivos llevan a poner punto y final a esta emblemática tienda, pero la fundamental es que «las marcas cada vez pesan más que el comerciante» e imponen dinámicas que ni él ni sus hijos quieren mantener. Batanero motos cerrará cuando se vendan los 30 vehículos que le quedan en la exposición. «Hoy es el último día que cogemos pedidos».

El domingo, cuando este periódico contactó con Batanero por el anunciado cierre de una histórica tienda de motos, «mi mujer y yo terminamos llorando en casa, recordando lo vivido». Álvaro comenzó a trabajar pronto. «Con 12 años ya vendía guitarras para Erviti». Pero fue a los 15 cuando empezó con las motos, su verdadera pasión. «A los 16 años me llevó mi padre a hacer la emancipación legal». En 1967 abrió un pequeño taller en la calle Eustasio Amilibia.

En 1972 se trasladó a Gros, en la acera de enfrente a la actual tienda, donde estuvo en dos locales. Allí empezó su historia de amor con la marca Derbi, de la que fue concesionario oficial «durante 38 años». Eran los años 70 cuando Álvaro competía en carreras donde podía, una época en la que «ver a Ángel Nieto por aquí era normal». En 1997 se instaló definitivamente en Miguel Imaz número 3 y en 2010 compró el local del número 5 donde hasta ahora se ha desarrollado un pujante negocio de moda y accesorios vinculado a las motos que llevan sus hijos Susana y Félix.

Álvaro se jubiló hace 4 años, pero el negocio se mantuvo con su hijo y algunos empleados. La estocada de la pandemia y «la esclavitud» que imponen las marcas a los vendedores le hacen irse con un sabor «agridulce». «Quiero que mis hijos hagan lo que quieran. Me encantaría que ampliaran la actual tienda de moda con este local, pero si no lo ven, con libertad y sin compromisos, lo alquilaremos».

Los médicos le recomendaron que se operase de dos válvulas del corazón, pero lo que le consume es la osteoporosis avanzada que padece, una fractura de pelvis ocurrida hace dos años y una reciente caída que le rompió 4 costillas. «Si llega a tiempo el airbag de pantalón y me deja mi médico, quiero despedirme arrancando una Derbi en el circuito de La Bañeza». Batanero «cierra, pero con baile»: En septiembre u octubre «haremos una fiesta en el local para despedirnos de todos; nos lo merecemos».

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