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No puede ser que vayamos con este calor dentro de los autobuses. ¿No es posible que pongan más fuerte el aire acondicionado?». La queja de una usuaria de Dbus es compartida por muchos viajeros que no entienden cómo se puede viajar con una climatización tan deficiente. La compañía municipal de transporte explica a DV que el asunto que tocamos es peliagudo porque así como hay usuarios que se quejan del calor, hay otros que piensan que hay demasiado aire acondicionado.
No sé cómo lo llevarán los autobuses de Málaga o Sevilla en verano, pero la climatización de los vehículos de Dbus es, cuando menos, polémica. Nadie parece a gusto con la temperatura interior de los vehículos, sean del trayecto que sean. «No te digo nada si te toca viajar al fondo del autobús, como me tocó a mi hace unos días, durante la última ola de calor. ¿Es normal que los asientos estén pegados al lado del motor? Es que nos cocíamos. Me levanté y fui de pie todo el recorrido», cuenta Carlos Algorta. Otra usuaria explica la diferencia de viajar en Dbus y en el Topo. «Euskotren es una maravilla. Vas fresquito siempre, nadie toca la climatización y nadie puede perturbarla abriendo ventanas», apunta Elisa Manterola. Hay viajeros que también aplauden la climatización de los autobuses de Lurraldebus: «Es mucho mejor que la de Dbus».
Fuentes de la empresa municipal de transporte explican que «la climatización es un tema muy sensible y del que Dbus está muy concienciada. Por eso, el personal de conducción no puede regular la temperatura, que está fijada en los 23ºC».
DV contrasta esta afirmación con algunos conductores que esperan a incorporarse en el Boulevard a alguna de las líneas que hacen allí la parada término. «Efectivamente, nosotros ponemos el aire acondicionado, pero no podemos regularlo. Cuando se llega a esa temperatura (23º) el sistema se apaga automáticamente». Ocurre que como todo el mundo tiene una sensación térmica diferente, hay personas que sienten que ese aire es excesivo o es escaso y casi por impulso abren las ventanas esperando lograr un mejor ambiente. Esta acción, sin embargo, lo que hace es perturbar la climatización prevista y provoca que no se logren los objetivos marcados. «Es la pescadilla que se muerde la cola. Yo he visto a una mujer latina abrir todas las ventanas de un autobús porque consideraba que hacía mucho frío y un señor ir por detrás cerrándolas todas para mantener la climatización», comenta otro usuario.
Desde la empresa se subraya que «es importante mantener las ventanas cerradas. Todos los autobuses salen de cocheras con las ventanas cerradas y así deberían mantenerse a lo largo del día. Realizamos campañas para concienciar a las personas usuarias de la importancia de no abrirlas, no solo para que funcione el aire acondicionado, sino también por eficiencia energética».
Pese al mensaje oficial de la compañía, la realidad no es tan sencilla. Primero, porque hay autobuses que aún no tienen un termómetro que marque la temperatura interior. Segundo, porque hay conductores que hacen de su capa un sayo y no tienen accionado el aire acondicionado de forma permanente, como determina la empresa. «Yo, la verdad, soy de los que no lo pone salvo cuando hace falta. Prefiero ventilar con las ventanas abiertas y, si hace falta, las cierro y pongo el aire», apunta un chófer.
Si además de utilizar criterios subjetivos por parte de los conductores, los viajeros abren y cierran ventanas a su libre albedrío... Algunos chóferes comentan que hay viajeros se quejan de que el aire acondicionado les cae directamente a la cabeza, dado que las rejillas están colocadas sobre las ventanas. Al abrir las ventanas, lo que ocurre es que el aire se pierde y la climatización pretendida se desvanece. «Hay que tener en cuenta que desde el punto de vista de la climatización, un autobús es chapa y cristal, es decir, un invernadero en verano. Si no pones el aire se va calentando el interior».
Si la compañía se marca un objetivo de temperatura interior y tiene un sistema semiautomático de climatización, la pregunta es por qué permite que los viajeros puedan abrir las ventanas. La respuesta es que la pandemia de Covid está aún demasiado cerca en la mente de todos, una época en la que era preceptivo y deseado que las ventanas se pudieran abrir. Quizás habría que revisar esto. También habría que asegurar que todos los conductores accionasen el aire y quizás preguntarse si 23º es la temperatura adecuada para viajar en el bus.
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José Mari López e Ion M. Taus | San Sebastián
Miguel González y Javier Bienzobas (Gráficos) | San Sebastián
Javier Bienzobas (Texto y Gráficos) | San Sebastián
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