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Los conductores de Dbus están «hartos». Cansados de que no se cuente con ellos para nada que esté relacionado con la movilidad de la ... ciudad. Si el penúltimo capítulo de este desencuentro tuvo que ver con la falta de espacio para los autobuses en su propio carril reservado de la calle San Martín, el último está relacionado con los resaltos que hay situados en varias calles de la ciudad. Pasos de peatones demasiado elevados que provocan, en su opinión, retrasos en los trayectos por la necesidad de reducir la velocidad al máximo, desperfectos en los bajos de los vehículos y problemas de salud en los conductores.
El comité de empresa de Dbus pone como ejemplo ilustrativo de esta denuncia el badén situado en el paseo de Berio 116. A finales de mayo el Departamento de Movilidad instaló en ese punto de la vía, situada entre la antigua sede de El Diario Vasco y la zona alta de Berio, un paso elevado de peatones con el objetivo de que los vehículos reduzcan la velocidad. Tan elevado denuncian que, tal y como muestran las fotografías, en este corto periodo de tiempo el deterioro de la calzada es evidente por los golpes y roces que recibe de los bajos de autobuses y camiones.
«Todos los bajos de los autobuses que pasan por esta zona, yendo a una velocidad muy reducida, pegan contra ese resalto», señala Fran Andrino, presidente del comité de empresa de Dbus. «Ese de Berio está situado cuesta arriba y está muy mal puesto, creo incluso que es de dudosa legalidad. Está generando muchos problemas. Hasta las motos que pasan por la zona sin conocer cómo está el asfalto tienen problemas para no caer por la anchura de las roturas. Y una caída de un motorista ahí puede ser peligrosísima porque el asfalto está desgastado. Por no hablar de una ambulancia de urgencias que circule por esa calle», señala.
Esta situación ocasiona «que los conductores de Dbus tengan que ir más despacio, lo que provoca que estén perdiendo mucho tiempo en sus trayectos», afirma.
Según indica Andrino, estos resaltos afectan a los autobuses de 12 metros, a los microbuses y sobre todo a los buses articulados. «Estos últimos golpean dos veces en el resalto, pegan en la zona central y en la parte trasera donde está el motor. Aunque circulen medio parados, se pegan. Y por ello, los vehículos están sufriendo daños y averías. Todas las zonas que cubren el motor, sus protecciones, están golpeadas y rayadas. Todo esto acarrea averías y pérdida de piezas. En definitiva, un gasto que la compañía se podría evitar», comenta.
Más allá de confirmar que para los autobuses de la Compañía del Tranvía de San Sebastián ese tipo de resaltes no son los mejores, la situación también está provocando que «los chóferes están siendo perjudicados. Hay problemas de salud derivados de esta situación, la espalda sufre, también la vista con informes realizados sobre desprendimientos de retina... Incluso los pasajeros se quejan. Lo oyes in situ, en el mismo autobús. Es muy molesto. Y más si vas en un microbús. El golpeo en la parte de abajo es menor, pero es mayor el zarandeo general del vehículo».
Estos resaltos de los que reniegan están situados en la carretera a la altura del bordillo de la acera. El gran problema «es el desnivel de caída que tienen. No es igual que esa pequeña rampa se vaya estirando a dos metros de distancia, a que finalice en 70 centímetros y la pendiente sea más pronunciada. Por eso hay varios de estos elementos que creo que son de dudosa legalidad».
Esta situación que denuncian desde el comité de empresa de Dbus deja patente otro problema aún mayor: «Movilidad no cuenta con nadie de Dbus para elegir y colocar estos resaltos. De aquí surge también la queja. De hecho, en la nueva línea de Atotxa Erreka ya han puesto varios resaltos. También son muy altos y lo normal es que pase lo mismo que con el de Berio. Sabemos que existen otros sistemas para instalar, pero como no nos preguntan no podemos hace nada», avanza.
El presidente del comité de empresa de Dbus confirma que este problema se repite en otros puntos de la ciudad. «Por ejemplo, en Loiola. Desde la rotonda de Urki hasta la de los cuarteles hay siete resaltos en cada sentido, es decir, catorce pasos de peatones elevados. Cuando te toca cubrir esa línea, hacemos cuatro vueltas por turno con catorce resaltos. Pero hay más. En la zona de Bertsolari Txirrita en Altza hay otro muy alto, igual que en Baratzategi. En el paseo de Aiete a la altura del ambulatorio hay uno más, igual que a la altura del Colegio Mayor, otro en el ambulatorio de Altza... los hay por toda la ciudad. Y esto nos provoca perder mucho tiempo en nuestros trayectos».
Esta situación está generando que «todos los conductores de Dbus están muy enfadados con este tema. Es algo que se comenta cada día y hay mucho hartazgo», finaliza diciendo.
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