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Los nuevos hoteles que en el futuro se implanten en edificios protegidos no residenciales de la ciudad tendrán que justificar que el nuevo uso es ... mejor para la preservación de los valores culturales de la construcción y además deberá contar con el visto bueno del Consejo Asesor de Patrimonio, un foro de expertos que se va a constituir el próximo día 14 y cuyos informes y opiniones van a servir de referencia en adelante al Departamento municipal de Urbanismo.
El alcalde, Eneko Goia, informó ayer en rueda de prensa que la Junta de Gobierno Local aprobó ayer de forma inicial la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para la regulación de los usos de hospedaje, el último recurso municipal para modular la hasta ahora imparable expansión hotelera.
Este expediente será aprobado el día 21 en el Pleno, nueve días antes de que expire la moratoria de licencias para nuevos hoteles adoptada en marzo del año pasado. Con este trámite el Ayuntamiento gana dos años más (hasta 2026) para proceder a la aprobación definitiva, ya que la Ley de Suelo permite en la actualidad ampliar 24 meses la moratoria de licencias una vez efectuada la aprobación inicial del cambio de planeamiento.
El objetivo de esta modificación normativa es endurecer las posibilidades de establecer nuevos establecimientos hoteleros en la ciudad ante la situación de saturación a la que se ha llegado en determinadas zonas. La nueva norma divide la ciudad en dos partes. En la zona roja o zona 1 (Parte Vieja, Centro, Gros, Antiguo-Ondarreta, Ibaeta y Ulia) no se podrán establecer nuevos alojamientos turísticos «independientemente de su calificación pormenorizada». Es decir, que no se podrán establecer nuevos hoteles sean los suelos del tipo que sean. Ni en un edificio de viviendas ni en uno de actividades terciarias se podrá ubicar un alojamiento hotelero. En la zona verde o zona 2 (el resto de la ciudad), no se podrán abrir alojamientos en las parcelas residenciales, pero sí en las terciarias.
Hay una excepción a esta regla general que son los usos de hospedaje que se quieran implantar en edificios catalogados, sean terciarios o de uso religioso (conventos e iglesias).
La modificación del PGOU permitirá que este tipo de edificios puedan transformarse en hospedaje si justifican que los nuevos usos (un hotel, por ejemplo) van a permitir preservar mejor los valores culturales de estos inmuebles que seguir cerrados sin un uso factible.
Además, de esta justificación, estas operaciones necesitarán el visto bueno del Consejo Asesor de Patrimonio, según indicó ayer Eneko Goia. Este nuevo órgano municipal se va a constituir el día 14 con la protección de los cuarteles en el orden del día, entre otros temas. Este foro está compuesto por expertos del Ayuntamiento, de Diputación y especialistas independientes del Colegio Oficial de de Arquitectos Vasco-Navarro, la Escuela de Arquitectura de la UPV, más un representante de la asociación en defensa del patrimonio Áncora.
Aunque como órgano asesor sus decisiones no son vinculantes, el Departamento de Urbanismo tomará sus deliberaciones como una referencia válida y contrastada para sustentar sus resoluciones.
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