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Bustintxulo 55. Intxaurrondo. Es la sede social de la empresa Davidi Dú, tocados, sombrerería, turbantes y complementos. Ella es de Pasai San Pedro. Crecida entre ... agujas, dedales, retales y pinchazos. Compañera de Alberto, madre de Axel, el pelirrojo. Comparte atelier con su jefa de marketing, Adriana Limousin. Llegó muy alto en su primera profesión, en el universo de los seguros privados y los productos financieros, pero el 2 de julio de 2016 Isabel, una de sus mejores amigas, se casaba. Y ella quería ir de rojo y con un canotier. Allí empezó a fraguarse Davidi Dú, que ahora expone en Garbera, desfila en San Telmo y mañana imparte, en compañía de la gran Mar Balmón, un taller para sombrereras y sombrereros de todo el orbe sobre la aplicación al oficio del material termoplástico.
- ¿Copa Davidi Dú?
- Me has preguntado por mi sombrero fetiche para este otoño y te he respondido que sería parecido al que ya he llevado otra temporada, uno realizado a partir de la copa que yo he creado porque pienso que me sienta bien. Es redonda y tiene una hendidura transversal que le da altura y gracia. Lo haría de fieltro. Fieltro burdeos. Con un ala no excesivamente ancha en tonos rosas. Tendría un bies en terciopelo.
- Pero todo empezó en la boda de Isabel (2-07-2016). Tú querías lucir un canotier. Me gusta ese sombrero. Lo llevan Julie Andrews y Dick Van Dyke en 'Mary Poppins'.
- Ya sabes que su origen está en Venecia. Hacia 1880 lo empezaron a usar los gondoleros. De paja trenzada, con su cinta de seda, su copa bajita y su ala estrecha. La boda de Isabel se celebraba en un entorno campestre, natural, bucólico y yo, que había aprendido a coser y de moda con mi abuela Mari Carmen, pensé que un canotier sería el complemento ideal. Yo idealizo mucho precisamente eso, los complementos.
- ¿Por qué?
- Porque, bien elegidos, dicen mucho de ti, recogen tu esencia, muestran tu verdad. Más aún los sombreros, los tocados, las gafas. La gente lo primero que ve de nosotros, lo primero a donde dirige la mirada es a los ojos, al rostro, a la cabeza. Así que yo, que iba a ir de rojo a la ceremonia, pensé en un canotier. Que llevara flores (verticales) de seda en el ala.
- Pero no lo encontrabas por nuestros alrededores. Y mira que tenemos sombrererías y maestros sombrereros artesanos tal que Gorka González.
- Ya, pero era yo la que no sabía nada de tocados ni de cómo trenzar la paja natural. Conseguí un contacto en Sevilla, encontré las flores y me presenté en la boda con mi canotier. Fui la única. Fui feliz y, aunque ya era gerente comercial para todo el norte de la compañía en la que trabajaba, algo empezó a removerse en mí. Quería crear, quería ser sombrerera.
- Buscaste más maestros...
- Maestras, todas eran mujeres. En Sevilla, en Madrid. Me junté con Mar Balmón. Siete días. En los que no vi ni el sol ni el cielo. Empecé a aprenderlo todo sobre cómo ahormar el fieltro, cómo trabajar el bucaram...
- No sé qué es ese bucaram.
- Entretela que se usa para la confección y el refuerzo. Fabricada en algodón 100% en crudo y aprestada.
- Gracias. Nació Axel, os planteasteis Alberto y tú la conciliación. En serio. Te consideraban muy bien en tu trabajo financiero, pero...
- ¿Por qué no? Quería crear. Quería probar. Tenía el corazón caliente, pero mantuve la cabeza fría. Conseguí un espacio en Kutxa Kultur, en La Fábrica. Seguí cursos en Fomento. Encontré este local, frente a nuestra casa. Entré en el Cluster de la Moda y aquí estamos.
- Ya eras firma consolidada cuando este junio fuiste a otra boda. Con una pamela de doble uso.
- Me apetecía. Me apetecía llevar pamela. De la mañana a la noche, así que me hice un dos en una. Una pamela de esas que, bien llevada, bien construida, te estilizan lo más. Iba de azul, con un vestidazo de Inge Zubeldia. Me encanta el cuero como material. Está vivo y transmite fuerza y carácter. Me planteé una diadema de flores en piel (uso siempre piel de animales destinados a carne) en azul. Con flores. Paja, por supuesto. Pero esta vez no es color natural sino tostada. Así, combiné pamela y tocado. Espectacular y cómoda. Y muy importante, fui yo. Fui Davinia. Davinia con pamela. Es algo que siempre les digo a mi clientes...
- ¿Lo de ser uno mismo lleves canotier, pamela o bombín? ¿Te saquen o no cantares?
- Sí. Lo de los cantares no debe importarte. Es normal. De hecho, el nombre de mi sombrerería viene de los cánticos que me dedicaron mis amigas por el canotier. A veces, quien se ríe lo hace porque le gustaría atreverse a llevar lo que tú llevas. Como esa risa nerviosa que se oye en las pelis de terror. Lo importante, siempre, es no ir disfrazado. El sombrero, el tocado, el complemento debe guardar y mostrar, repito, tu esencia. Eres tú. Con sombrero. Con tocado.
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