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«Creemos que cómo y lo que vivimos es lo normal. Pues no»

Ciudadanos | Oier Martínez Jiménez

«Creemos que cómo y lo que vivimos es lo normal. Pues no»

Uno de los héroes del ascenso del Milagrés y sus puerros con gambas

Begoña del Teso

San Sebastián

Viernes, 30 de junio 2023, 09:49

De Errenteria. No exactamente de Beraun pero de por ahí. Euskaldun. Buen alumno de los Corazonistas. Bueno en Matemáticas. Bueno en fútbol. Tanto que con ocho o nueve años ya jugó dos torneos. Casi dobló el mapa porque uno fue en Andorra y el otro, en Ponferrada. De la quinta de Odriozola y Jon Bautista. Al Alavés, teniendo la rabadilla hecha cisco, le metió un gol de bandera con el Touring. En un momento dado se le torció, le torcieron o él mismo se torció su vida. Ha dormido en la calle. Ha regresado. Con brío. Con un ascenso. Estudiando un curso de Dirección de Cocina en Cebanc. El lunes empezó a trabajar. En una empresa de catering. En Orereta.

– Fui a Milagro a comprar cerezas y en la plaza la gente coreaba la alineación del club de fútbol local como si fuera... Yo qué sé, alguna del glorioso Touring o la de 'Arriba, arriba el balón que Zamora lo prepara, que Zamora lo prepara y Satrus mete gol'.

– ¿En serio?

– Fíjate, acabé aprendiéndomela. Aparece tu nombre. ¿Me ayudas a completarla? Apesteguia, Oier Martínez, Garde, Lebrero, Badda, Eddahbi, Medrano...

– ... Oscar, Javier Hernández, Javier Godoy, Pape Aly, Yeison Andrés, El Garani, Diago, Ruiz, Pejenaute. Y Arellano, entrenador.

– Histórico aquel 30 de abril de 2022, un año antes de cumplir los 100. El Milagrés ascendía a Regional Preferente. Derrotando al Salesianos. Con un gol tuyo y otro de Juan Carlos Garde.

– Y tanto que fue histórico. Fue, ha sido, el primer ascenso logrado por el Milagrés en sus, hasta entonces, 99 años de existencia. Aquella temporada aparecimos por el pueblo cuatro 'figuras' y dijimos que queríamos jugar (bien) al fútbol. Lo hicimos, sí.

– Ese triunfo formó parte de tu remontada vital. Cuando nos hemos juntado, a la salida del curro (vestías la camiseta del club...), me has contado que hubo un tiempo en que tu vida entró en barrena. En realidad has dicho 'des-crescendo'.

– Sí, lo he dicho queriendo porque ahora tengo la impresión de eso, de la remontada. Creo que voy 'in crescendo'. No me arrepiento de nada ¿Para qué? Me junté con gente que no era la mejor, viví situaciones peligrosas. Algunas decisiones las tomé para que otros no pasaran por lo que yo pasaba, dormí en la calle. ¿Sabes? La calle te lo quita todo. No es solo el frío, las incomodidades y lo demás. Es también que no puedes, por ejemplo, ir a una entrevista de trabajo después de haber pasado la noche en un cajero. Pude retomar relativamente a tiempo el control de mi vida. Me fui a Navarra. A trabajar.

– ¿Temporero? ¿En el campo?

– Había trabajo. Mucho. Mira, trabajo hay pero debes buscarlo, encontrarlo y aceptarlo. Trabajo duro. Yo creo que habré cargado en total más de ocho toneladas de fruta y verdura. No sé si entonces ya tenía tatuados los nudillos....

– ¿Con ese 'Game Over' (juego terminado)? Al menos parece que te lo tatuaste antes de que a ti se te acabaran las bolas de saque.

– Sí, por cierto. Tendría algún año menos que mis 27 de ahora. No me gastaba en exceso así que con lo que ganaba me bastaba para seguir viviendo. Pero pesaba ya mucho. Demasiado, 85 kilos, y no me imaginaba, o no quería imaginarme, a mí mismo con 45 y así. Por otro lado, el curro en el campo aparte de duro es muy de temporada. Di otro volantazo. Regresé a Gipuzkoa. Me apunté en una ETT. Fue bastante tremendo, había veces que salías de casa a las 6 de la mañana para llegar, andando, a las ocho a tu trabajo absolutamente ocasional y cobrabas poco, muy poco, tirando a menos. Me apunté a Lanbide.

– Te llamaron para un curso...

– Era en Irun. Me dormí. Mi madre se enfadó. Nuevo volantazo. Miré más cursos. Descubrí el de Dirección de Cocina. En Cebanc. Fui a por él. No tenía graduado, no tenía muchos certificados de estudios. Pero hice el examen de entrada. Me admitieron.

– Comienza tu 'in crescendo'.

– Eso es. Me doy cuenta de que la cocina me gusta. Y de que no quiero malgastar la comida. Yo he visto cuando era crío coger un pollo, cortar pechugas, muslos y alas y tirar el resto. A mí hoy eso no se me pasa por la cabeza. Sé despiezar un pollo sin que nada tenga que ir a la basura. Con los huesos y la carne sobrante hecha en tiras o migas, caldo. Mollejas e higadillos, pues para un guiso o un salteado. Y por ahí has puesto algo de puerros con gambas, ¿no?

– Sí.

– Aún solo soy ayudante, pero con supervisión ese plato no me sale nada mal. Creo que en la cocina has de conocer el producto que cocinas y pensar que quien lo coma solo lo disfrutará si tú has disfrutado preparándolo.

– ¿Por qué la frase del titular?

– Me da la impresión de que mucha gente piensa que lo normal es vivir como vive ella (casa, poteo, vacaciones, cama caliente...). Y resulta que para nada. Hay miles de personas que no viven esa vida 'normal'. Por eso, agradece siempre a quien te invita a una caña de dos euros teniendo solo cinco y olvídate de quien teniendo más ni un zurito te paga.

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