San Sebastián
Lunes, 13 de junio 2022, 18:53
El programa 'Cuarto milenio' que dirige Iker Jiménez trataba este pasado domingo los «espectáculos dignos de gladiadores y de circos romanos» que se representaban en España en el siglo XIX y principios del XX, incluyendo San Sebastián, ciudad que acogió en 1904 al último ... de estos entonces denominados espectáculos. Se trataba de las conocidas como 'peleas de fieras' que fue desgranando en el programa de Cuatro el naturalista Álex Lachhein.
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Desde mediados del siglo XIX fueron incrementando su popularidad estas luchas entre fieras salvajes que solían formar parte o servía de intermedio en las tradicionales corridas de toros. Durante las largas tardes en las plazas de las grandes ciudades de la época se alternaban luchas con toros, osos, leones, tigres, perros, leones e incluso elefantes como protagonistas.
Algunas de las más demandadas por el público de la época eran aquellas en las que un oso de gran tamaño (a veces incluso polar) se enfrentaba a diversos animales cada vez más grandes: perros, leones, tigres, toros y hasta elefantes.
«Las sensibilidades han cambiado, esto hoy sería inconcebible, hay que ponerse en el contexto de aquella época, al público le apasionaba descubrir qué animal era más fuerte. Era una lucha en la naturaleza no se produciría, como la de un toro de lidia y un elefante, aquí se daba de forma antinatural y azuzados por los humanos», explicaba Lachhein.
San Sebastián, ciudad en la que veraneaba la corte de Madrid, era uno de los puntos preferidos por los empresarios dedicados a este negocio, que movían animales por toda América y España. Y precisamente en la capital guipuzcoana tuvo lugar el último gran evento de este tipo, el 24 de julio de 1904 y que finalizó en trágicas circunstancias.
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Los protagonistas de aquella tarde de verano eran un tigre de bengala de 250 kilos llamado César y un toro llamado Hurón. Los detalles de aquella jornada que se saldó con la muerte de una persona y una veintena de heridos de bala los relataba en estas mismas páginas Antton Iparraguirre en este reportaje. El resumen de aquella tragedia es que el enfrentamiento sangriento entre ambos animales destrozó la jaula y entre el público cundió el pánico. Los Miqueletes trataron de abatir a las fieras pero las balas salieron rebotando por todas partes.
También Mikel G. Gurpegui recordaba estos hechos en 2010: «Llegaba uno de los episodios más negros y extraños de nuestra ciudad. Ya saben, el tigre que no ataca al toro, el astado que embiste, la jaula que se rompe, el tigre que asoma, un momento de pánico, los miqueletes que empiezan a disparar contra el tigre... y acaban hiriendo a una quincena de espectadores, de los que uno fallece».
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Fue tal la repercusión de aquel suceso, ocurrido en la plaza de toros del Chofre del barrio de Gros, que este tipo de espectáculos se extinguió y el escritor estadounidense -apasionado de los toros- Ernest Hemingway lo mencionó en su relato 'Muerte en la tarde'. Unos 10.000 espectadores llenaron aquel día la plaza de toros estrenada un año antes.
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Esta industria tan peculiar creo fieras célebres, como el elefante Pizarro, una hembra traída de Ceilán con colmillos de casi un metro y medio y que recorrió América y España, según recordaba Iker Jiménez y su colaborador en la nueva entrega de 'Cuarto milenio'. «Llenaba las plazas, a veces le obligaban a luchar contra cinco animales a la vez», explicaban ambos
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