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Griselle, la chica que no podía ser más que lo que es, artista, en el contenedor de la plaza de Larratxo. ARIZMENDI
«Si esto fuera Cuba, Larratxo sería casi mi barrio de La Habana Vieja»

Ciudadanos | Griselle Morales Padrón

«Si esto fuera Cuba, Larratxo sería casi mi barrio de La Habana Vieja»

'Babalore', marca de cerámica, cuadros, magia; 'de lo común a lo extraordinario'

Begoña del Teso

San Sebastián

Jueves, 15 de agosto 2024, 06:31

Plantaron un contenedor en Paseo de Larratxo-Bertsolari Txirrita. Un contenedor grande. Bonito. No de los de la basura. Como recién no más había habido un mitin político, todos creyeron que Griselle era la delegada y empezaron a entrar a contarle sus quejas e ilusiones. Pero no iba de eso la historia. Como en el contenedor ponía 'Donostia Sustapena/Fomento San Sebastián' creyeron también que era un punto de información municipal y también entraron con sus protestas y sugerencias pero Griselle, cubana y habanera, no era un chica de Fomento. Luego se dieron cuenta, el contenedor, que forma parte del plan Ekinndendak, era un lugar para el Arte y la Naturaleza. Y ahí están todos, pintando, comprando, jugando.

– ¡Me encanta!

– ¿El qué?

«Creo que la belleza es algo fundamental en nuestras vidas. Quizás haberlo olvidado, haber arrinconado las cosas bonitas por 'inútiles' ha acabado provocándonos tanta infelicidad»

– En realidad, todo el contenido en el continente luminoso y acristalado que es este contenedor pero sobre todo, esa bolsa qu pone 'Magic Larratxo', menudo puntazo para el barrio.

–Mira, hay gente que todavía no entiende que no me dé pena que este contenedor del proyecto 'Ekinn dendak' no esté en el Centro, Lo Viejo o en Gros pero aparte de que sé muy bien los peajes que se pagan por estar en esas zonas, yo me encuentro más que a gusto aquí. Y no solo por la gente sino porque me recuerda a mi Habana, a mi Habana Vieja. Sí, Larratxo tiene magia.

– Mira que es lugar en el que hay cosas y pasan cosas (hasta la increíble Heavy Jaia anual en el Centro Cultural) pero nunca habría imaginado que se pareciera a La Habana Vieja. Aunque si tú lo dices... la habanera eres tú.

– Lo juro. Nací allá aunque lleve 16 años aquí y tenga un hijo maravilloso y una marido majísimo en el que se cumple la icónica frase de '8 apellidos vascos'...

– ¿Cuál de todas?

– 'Me llamo Iñaki y soy de Hernani'. A lo que íbamos, nací en la Habana Vieja. Decían que era un barrio, 'canalla', había quien no se atrevía a entrar en él pero yo me sentía sumamente segura, era mi universo, mi universo lleno de vida, de gente en la calle, de puestos de comida. De santería. Soy de formación comunista (recitábamos como un mantra que éramos 'materialistas dialécticos'...) pero en aquellas calles, en aquellas plazas y casas he visto cosas de magia y santería que vosotros no creeríais. Yo sí creo. Creo más en eso que en muchos dogmas cristianos. La magia mueve fuerzas, mueve energías. Que desconocemos. Para mí la magia es la hermana bastarda de la ciencia...

– Buena definición. Continúa...

– La ciencia usa fórmulas calculadas, calibradas. La magia no. Pero las dos buscan. Y encuentran. Eso sí, bien has de saber que aquello que haces con la magia vuelve a ti. El mago, la hechicera, son intermediarios entre quien pide y esas fuerzas. El mal que hagas te rebotará y de ellos, de quienes mueven fuerzas oscuras, se dice que suelen tener muertes terribles. Pero magia había ya en las pinturas rupestres. Magia y Arte. Representaciones de la Vida real. Creencia de que si no pintabas al bisonte no lo cazarías. Arte y Magia. Representación, deseo, defensa. Imagina todas las cosas extrañas de las que eran testigos aquellos primeros seres humanos; una gran bola amarilla que alumbraba de día y al ocultarse se hacía la oscuridad. Buscaban sentido, explicación. Sin ciencia (aún), con magia...

–Maravillosa charla pero aún no sé por qué Larratxo te recuerda La Habana Vieja.

– ¿Ves ese niño en el banco? Tiene un refresco, unas chuches y está jugando con sus muñecos...

– Sí.

– Pues por eso. Aquí la gente está en la calle, en los bares, en las plazas, en el curro. Aquí los niños son del barrio y es el barrio quien cuida de ellos. Aquí se mezclan unos con otros. Como allá. Aquí te plantan un contenedor como un ovni y cuando ya descubren que no es ni una carpa electoral ni una oficina municipal todos pasan a saludarte, darte la bienvenida y preguntarte qué haces. Aquí vienen los chavales a los talleres de pintura y las madres te compran soportes de madera para el móvil. Aquí les cuento que he sido chica de 10.000 trabajos pero que no, no escogí mis estudios. Nací artista así que me licencié en el Instituto Superior del Arte. Y soy de agua, me gusta la acuarela donde yo puedo manejar el pigmento pero es el agua la que pinta.

– Oye, tampoco está nada mal esa bolsa negra con un dibujo punkarra de cresta amarilla, lengua roja y cuchillo blanquinegro.

– En realidad no es lo mismo pero sí me recuerda en cierta manera al eguzkilore que se pone en las puertas de las casas de esta tierra para ahuyentar al Mal. Esa cresta amarilla con un ojo bien abierto y la lengua atravesada por la navaja se pintaba por toda La Habana. Protegía contra los chismorreos y las miradas aviesas: 'No me mires mal, no hables mal de mí o te clavo el cuchillo'.

– Y tú aquí decorando con mariposas tazas de cerámica blanca que resisten 3.000 lavados ...

– Hago y vendo cosas para y por conectar con la Belleza, la Naturaleza y los Placeres olvidados, un buen café, un buen té...

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